sábado, 23 de octubre de 2010

ÁGORA

Durante esta semana se ha celebrado en Badajoz una nueva edición de Ágora. De entrada me gustaría reflexionar sobre el título, pues es enormemente apropiado para el contenido del evento. En efecto, por un lado nos encontramos con la dimensión mediática y del "buenrollismo" que hemos conseguido consolidar con nuestros amigos portugueses, hasta el extremo de que lo hemos integrado dentro del discurso habitual y ha dejado de ser singular. Por otra parte la puesta en escena cotidiana que deviene en un continuo intercambio de opiniones y contactos. Es un punto de encuentro. La selección de temas cada vez es más acertada y el entramado que lo rodea lo hace especialmente atractivo.
Con respecto a esta edición y por lo que yo he podido inferir ha sido muy sugerente la tensión dialéctica entre Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Teddy Bautista. A veces costaba identificarse plenamente con los postulados de uno y otro. Ambos aportaban argumentos que te hacían complicado decantarte al 100% por una postura.
Oportuna fue la intervención de Fernando Jaúregui quien disertó sobre los medios de comunicación digitales de manera tan ocurrente que nos hizo ver como toneladas de periódicos de papel iban, sobre las 10 de la mañana, a ir a la basura, pues a esas horas se hacía público el cambio de ministros en el Gobierno de España y, evidentemente, sólo se podría leer a través de internet, salvo que te quieras esperar a análisis más sesudos el día siguiente. Me gustó.
Finalmente la estructura de las mesas redondas permite el dinamismo en las exposiciones y no hace especialmente pesadas determinadas intervenciones pues los espectadores somos conscientes de la limitación del tiempo. En contra algunos ponentes a los que te gustaría escuchar más quedan constreñidos por este modelo.
Por supuesto debe continuar Ágora en los próximos años. Esperemos que no les afecte en demasía los efectos de las dificultades económicas por las que todos estamos pasando.

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