domingo, 25 de junio de 2023

PACTOS

Estamos en el proceso de constitución de instituciones, tanto las municipales como las supramunicipales y se inundan los comentarios de tertulias y redes de supuestos expertos en estrategia que avanzan sus pronósticos o que insisten en sus deseos de que se produzcan determinados encuentros. Esto, claro, si fuese bajo determinados parámetros, no me parecería mal. El primero, desde mi punto de vista es que se reflejaran una buena parte de puntos concordantes entre las distintas partes. No tiene mucho sentido si en los aspectos más relevantes se tienen posiciones contrapuestas. Es algo parecido a lo que hacíamos en el proceso de elaboración de una Ley. Los grupos políticos que a la hora de la votación decidían apoyar un Proyecto, se veían identificados en él. Posiblemente no en su totalidad, pero habían tenido la posibilidad de negociar, y en su caso, que se le aceptaran, algunas enmiendas que enriquecían el texto y les daban la oportunidad de que se vieran reflejadas sus aportaciones. Otro elemento a destacar es que la ciudadanía perciba la supremacía del interés general sobre el particular. Que no se asocien puestos o zonas oscuras en el presunto acuerdo. Al margen del tema ideológico. Ya que España no ha tenido la oportunidad ni tiene la cultura, como ha sucedido en otros lugares de gobiernos de concentración ( que por cierto, habría que analizar cuál fue el resultado final de su trayectoria). Si es verdad, que en momentos puntuales de nuestra Historia reciente, se llegó a grandes y muy conocidos compromisos de actuar conjuntamente. El profesor de la Universidad Rovira i Virgil, Gerard Cintas Hernández, nos recuerda cómo se forjaron en 1978 los famosos Pactos de la Moncloa. Fue determinante el miedo a que se relacionase la crisis económica con la democracia y, por consiguiente, se favorecieran las soluciones involucionistas. Ahora hemos consolidado durante más de 40 años de gobiernos multicolores nuestro actual sistema político. Quizá cabe pensar más en qué vamos a perder o ganar a la hora de que culminen determinados pactos. Quizás los grupos políticos deban centrarse en trasladar a la ciudadanía que frente a la estabilidad no debe predominar “ la casa de los líos”. Quizás todos tengamos que ser conscientes de que hay muchos derechos que afectan a colectivos muy amplios de la sociedad que no sólo se pueden ver afectados por la aplicación de líneas programáticas con las que algunos partidos se presentaron a las elecciones, sino que condicionan la convivencia. Todo lo demás forma parte del juego de la Democracia: se ganan las elecciones para gobernar y aplicar las propuestas que has presentado a tus votantes. Del acierto o del error se les juzgará en próximas ocasiones.

domingo, 18 de junio de 2023

DEROGAR

Pues sí, al igual que cuando se produjo la erupción del volcán de La Palma se popularizaron palabras como: colada, fajana, boca del volcán… o en la pandemia de COVID otras como: distanciamiento social, anticuerpos, test de antígenos, PCR…. ahora y en términos más políticos, no hacemos más que escuchar el sonsonete “ derogar”. En efecto, aquellos que quieren gobernar, al margen de no comprender que más de la mitad de la ciudadanía no les ha votado, insisten en su empeño por derruir, derribar, eliminar… la obra de sus antecesores. Me gustaría detenerme, en especial en un aspecto que me afecta muy directamente: la ley de Memoria Democrática. Ya lo decía esta semana un famoso presentador de televisión: “¿ a quién la perjudica que se exhumen los restos de familiares asesinados” Insisto, al margen de cualquier ideología. Lo he repetido muchas veces, da igual que sea de derechas o de izquierdas, que se le haya hecho desaparecer por causas personales, políticas o en acción bélica. No es mínimamente digno, ni humano, ni merecedor de cualquier sentimiento de aprobación, el hecho que se impida que estos restos descansen en un lugar que sus seres queridos puedan identificar. Y de eso, por un lado, se trata con esta oleada reaccionaria. Eliminar por una parte, los vestigios físicos para dar un paso, a mi juicio más preocupante, al combatir los valores democráticos que representan la pluralidad, la convivencia, en definitiva la diversidad de opiniones, creencias, gustos o maneras de vivir. Van a tener que ser las instituciones donde la izquierda salvaguarda el poder, en el caso de Extremadura las Diputaciones y multitud de ayuntamientos, desde donde se defiendan este tipo de iniciativas. Estoy convencido que la gente de bien de la Asamblea, del Congreso y del Senado van a estar combativos en el argumentario a favor de perseverar en la continuidad de mantener, difundir y si cabe, en momentos tan complicados como los que se nos avecinan, impulsar todo lo que rodea a lo que comúnmente venimos conociendo como Memoria Democrática. No olvidemos que ello supone un paso cualitativo mucho más allá del necesario resarcimiento a las víctimas de la Dictadura. Significa, o lleva consigo, que sepamos que estamos donde estamos porque la lucha entre la libertad y la tiranía , la Democracia o los totalitarismos están representados en los elementos que identifican las políticas que tengan que estar al alcance de las mayorías más vulnerables. Por lo tanto, frente a la derogación, el refugio en instituciones que seguro harán valer la trascendental importancia que tiene mantener el derecho a vivir y continuar dentro de los principales valores que nos definen como demócratas. Continuaremos.

domingo, 11 de junio de 2023

RETROPÍA

Con este concepto se trata de designar el anhelo a la rectificación de los defectos, resucitando los aspectos del pasado que consideramos ideales, reales o presuntos, que inspiraron la idea de un futuro mejor. La filósofa Marina Garcés abunda en este sentido haciéndonos ver que las retropías abordarían las utopías que se proyectan en un pasado idealizado. Desde el punto de vista de la Historia contemporánea de España se han tenido algunas breves experiencias: como las surgidas impulsadas por los movimientos anarquistas que deseaban “ vivir sin Gobierno” durante la guerra civil. Eran soñadores, en el sentido positivo de lograr un mundo mejor. También cuando se quiso romper la dicotomía comunismo/ fascismo a través de la combinación que daba el socialismo en libertad. Aquí se tomaba la igualdad del comunismo con la libertad del liberalismo ( el individual no el económico). En nuestros días y después de unos días de los resultados de las elecciones municipales y autonómicas y a las puertas de unas generales, la retropía puede representar esa ensoñación hacia todo lo que una parte de la ciudadanía entiende que va a perder. Para algunos serán derechos que creerían consolidados. Para otros, será la aplicación práctica de determinadas políticas que se verán reflejadas en su momento con lo que aparezca en los Presupuestos Generales de cada institución. Por eso, me gusta recordar una frase que leí hace tiempo, donde se apelaba a que se hiciera el esfuerzo de reflexionar a tiempo. No después de haber votado, como parece ser que hacen algunos. Estamos, por consiguiente, en unos momentos en los que se deben trazar los destinos de muchas personas, colectivos y sectores para los próximos años. No vamos a prejuzgar las consecuencias hasta no ver los resultados de la gestión. Si bien, como ha quedado sobradamente demostrado, en muchas ocasiones la decisión de los electores, el voto de la ciudadanía, no tiene nada que ver con el desarrollo de la gestión de aquellos que se someten al escrutinio. Tengamos presente esa visión idealizada, de la que hablábamos anteriormente, sobre lo que pudo haber sido. Pero no perdamos la perspectiva de los hechos que muestran una realidad en marcha. Nos guste más, o nos guste menos. Sobre ella, desde cualquier posición, sí que podremos actuar, para en su caso, influir o tratar de modificarla con nuestras acciones.

domingo, 4 de junio de 2023

ZASCANDILEAR

Los socialistas debemos dejar de estar en los próximos días como un zascandil, es decir inquietos, enredando, en definitiva siendo poco formales o precipitados en los análisis. Son momentos para, desde la seriedad, centrarnos en los objetivos conseguidos, levantarnos y perseguir nuevos retos. Esa sensación de tristeza que provoca el hecho de que las expectativas en marcha no se hayan cumplido, no puede dejar escondida muchas realidades positivas: se han ganado las elecciones con miles de extremeños confiando en nuestras políticas. Se han ganado, sobradamente las dos diputaciones provinciales y se han obtenido excelentes resultados en muchas localidades de la región. Por lo tanto, a mi juicio, hay motivos sobrados, para levantar la cara y seguir caminando. Cuestión aparte, es que podamos, desde el realismo más crudo, analizar las consecuencias que haya podido tener la influencia en el no mantenimiento del gobierno regional. Aquí, podemos coincidir, quizás desde la simpleza, en la determinación a la hora de emitir muchos votos que ha tenido la política nacional que ha actuado, como una cascada, de detonante de un cataclismo generalizado en muchos lugares de nuestro país. Sin embargo, a mi juicio, hay muchos más ingredientes que han contribuido a sumar en esta pérdida de apoyo electoral en Extremadura. Todos coincidimos que no ha sido la gestión. Un empeño impecable por parte de la Junta de Extremadura, por un lado, por paliar los efectos de crisis y pandemias, y por otro, de echar raíces para un futuro muy esperanzador de nuestra región. Esperemos que se haga realidad en los próximos años. Pero, es posible, que a la hora de transmitir los mensajes, la estrategia haya contenido algunos déficits. El PSOE ha sido y es un partido de izquierdas. A mi parecer se ha intentado buscar una moderación en búsqueda del deseado centro que, como en muchas ocasiones de nuestra Historia, ya estaba ocupado. Y, sin querer entrar en demagogias, el votante ha preferido el original a la copia. La derecha ha conseguido rescatar a sus antiguos hijos pródigos y al espectro electoral que les acompañaba. Prueba de ello es el trasvase de votos de los desaparecidos a los aumentados. Seamos pues como los atletas que, tras una ardua preparación, cuando una competición no les sale bien ( ya sea por una mala noche anterior a la prueba, una enfermedad sobrevenida o una lesión imprevista), se levantan, se empeñan en continuar con sus entrenamientos y en la próxima carrera el resultado esperado seguro que sale.