martes, 31 de enero de 2017

SOMOS DEPORTE.SOMOS SALUD

SOMOS DEPORTE. SOMOS SALUD
Esta semana hemos tenido un debate intenso en la Asamblea sobre el nuevo Programa “Somos Deporte. Somos salud”, que combina, como bien indica su denominación, la actividad física ( fundamentalmente con mayores y colectivos con determinadas patologías) con la salud.
Para aquellos que lo han cuestionado, les hemos insistido en que estamos ante un cambio de modelo. Es fruto del análisis pormenorizado de los resultados del anterior. Como muy bien explicaba Esther Gutiérrez, la Consejera de Educación y Empleo, hemos pasado de una etapa en la que se han producido, por un lado, numerosos efectos positivos, incluso reconocimientos,  con respecto al anterior Programa, a otra en la que estábamos abocados al estancamiento.
Necesitábamos crecer. Necesitábamos mejorar. Necesitábamos priorizar el interés general sobre el  particular. Por eso, era preciso el cambio. El cambio, obviamente a mejor.
Cierto es, que se precisa de una extraordinaria pedagogía para hacer ver a todos los implicados que las modificaciones se han realizado con la sana intención de progresar. Y lo veremos. Y lo disfrutaremos. Y nos alegraremos cuando, tengamos que volver a debatirlo. Cuando tenga que reconocer la oposición que se equivocó, que malinterpretó las señales, que obró de manera torticera buscando otros objetivos, seguramente muy diferentes a los contenidos en un Programa de Deporte y Salud.
Estamos en un cambio de modelo y lo comprobaremos en unas pocas semanas. Asistiremos a la incorporación de muchos vecinos de otros pueblos que nunca tuvieron la posibilidad de disfrutar de este loable Programa.
Si nos paramos un momento y analizamos los cambios en una simple tabla  a dos columnas, la conclusión es muy sencilla. El Programa Somos Deporte. Somos Salud, conlleva con respecto al anterior más empleo, más usuarios, más municipios y más competencias. ¿ Hay alguna razón para oponerse? Seguro, que si las  hubiera, no estarían relacionadas con los beneficios del nuevo Programa.


miércoles, 25 de enero de 2017

COLONIAS PENITENCIARIAS


Esta semana, el grupo parlamentario PSOE/SIEX, ha presentado en la Comisión de Cultura de la Asamblea de Extremadura una Propuesta de Pronunciamiento. En esta ocasión hemos pedido al Gobierno de la Nación que señalice las Colonias Penitenciarias de Montijo.
Para aquellos que lo desconozcan, es bueno recordar que en Extremadura, como en muchos otros sitios de España, se utilizó la mano de obra esclava, es decir los trabajos forzados, con miles de presos políticos durante el franquismo.
En pleno siglo XXI, algunos presumen de la herencia que nos dejó el aciago Régimen en forma de, por ejemplo, obras faraónicas.  Se olvidan de precisar cuánto dolor, sufrimiento, enfermedad y muerte ocasionó su construcción por parte de los trabajadores explotados en condiciones de enorme dureza para llevarlas a cabo.
Por eso, nos ha parecido interesante, realizar algún tipo de reparación moral hacia ellos. Comprobar que junto a los vestigios que aún quedan en forma de barracones no existe ningún tipo de placa o monolito que indique el significado de lo que allí se hizo.
Lo símbolos, y más en el caso que nos ocupa, deberían tener un valor tremendamente pedagógico. Sería conveniente que incluso se pudieran utilizar con fines educativos, para que las generaciones joven﷽﷽﷽﷽﷽﷽nte que incluso se pudieran utilizar con fines educativos, para que las generaciones jos de España, se utilizóvenes conozcan esta parte de nuestra tenebrosa Historia.
En la construcción del Canal de Montijo, fueron casi 1500 prisioneros políticos, muchos de ellos extremeños, los que pasaron por este auténtico campo de concentración. Un lugar donde es necesario bloquear el olvido y fijar la memoria.
Este tipo de reconocimiento público ha de ser útil para, por un lado, saldar una deuda pendiente con sus familias  y, por otro, recordar que no hace mucho tiempo, se saltaron todos los límites del respeto entre compatriotas. Todavía hoy hay quiénes lo justifican. Todavía hoy, algunos se enorgullecen de la barbarie. Todavía hoy.







martes, 17 de enero de 2017

MESOCRACIA


Hasta hace muy poco tiempo, buena parte de las intenciones de los que diseñaban los programas de los partidos políticos iban dirigidas a lo que convencionalmente se denominaban las clases medias. Allí estaban los principales caladeros de votos y parecía ser una agradable aspiración de la mayoría ser etiquetado dentro de ellas ( en sus diferentes acepciones: clase media baja, media media o media alta). En definitiva, eran partidarios de un gobierno mesocrático, donde el concepto obrero había quedado devaluado y el de élite o clases nobles o altas era tan minoritario que se despreciaba ( en el sentido fundamentalmente demoscópico).
Sin embargo, la crisis económica ha arramblado con todo esto. Ha hecho posible que, sobre todo, desde la izquierda reconsideremos nuestros postulados. Se nos reclamaba volver a nuestros orígenes. Centrarnos en la lucha contra la desigualdad. Preocuparnos esencialmente por los más débiles. Situar el centro de nuestras políticas no en la consolidación de los que han conseguido, aunque sea mínimamente, ascender en la pirámide social, sino volver a mirar atrás. A aquellos que se han quedado parados, estancados, que han retrocedido. En definitiva, que han perdido muchas oportunidades.
Hemos construido un estado del bienestar que cuesta una barbaridad mantenerlo para un amplio espectro de nuestras capas sociales. Se engrosa la columna de los que deben y se adelgaza la de los que tienen.
Si esta descripción corresponde a un esquema general, afecta mucho más a comunidades como la nuestra, Extremadura, tradicionalmente sojuzgada y sometida a la presión de ver cómo las diferencias políticas, económicas y sociales agudizan o polarizan aún más las posturas o las tomas de posicionamiento.
Sería una pena, pero si no cambiamos esta dinámica, nos meteremos de lleno en antiguas batallas dialécticas entre arriba y abajo, pobres y ricos, explotados y explotadores…. Y en ese caso de nuevo tiene que estar claro dónde y con quién tiene que estar, la izquierda y la derecha.










martes, 3 de enero de 2017

SUBLIMADAS


En su obra, “La luz que no puedes ver”, Anthony Doerr hace la siguiente definición del concepto sublimadas:  se trata del instante en el que una cosa está a punto de convertirse en otra. El día en noche, el capullo en mariposa, el cervatillo en corzo, el experimento en resultado,…
Es precisamente en el punto en el que deseamos situarnos durante estos días. Época de balances y también de asumir nuevos proyectos. Recapitulación de errores y de aciertos. De sentimientos y de certezas. De inquietudes y de inseguridades.
Salvando las distancias sería como las hogueras de San Juan en junio. Cuando quemamos lo viejo para entrar en el camino de lo nuevo. O para los cristianos en la época inmediata a la Cuaresma. Cuando el carnaval permite sobrepasar los enjutos límites que ponemos en nuestras vidas. En ese intervalo nos prodigamos en excesos físicos y verbales, sabedores de que un tiempo mejor está a punto de nacer.
Ponemos una x en el cronograma para romper lo cíclico de la existencia. La sucesión de horas, de días y de noches, la encadenación de acontecimientos que, sin estos paréntesis, serían una sucesión de secuencias tremendamente aburridas.
Por eso es positivo situar horizontes en lontananza. Colocar aspiraciones a corto y medio plazo. Proponernos retos. Asumir riesgos. Compartir experiencias. Eso es, en definitiva, la vida.
Con el objetivo de seguir variando, diversificando nuestra presencia, despidamos este espacio en el calendario que hemos denominado 2016, para adentrarnos en una nueva secuencia que, sin duda, nos traerá multitud de cambios. En eso consiste estar sublimado. En pasar de un estado a otro.