domingo, 20 de junio de 2021

PRIMAVERA CULTURAL

Resulta una redundancia, al menos en nuestra Comunidad, unir estos dos conceptos: Primavera y Cultura. Pero este año había especialmente muchas ganas de volver a disfrutar con eventos de todo tipo. Con sentir el pálpito de calles, plazas, auditorios, escenarios móviles…. En definitiva por recuperar el tiempo añorado, que nunca perdido. Es el momento de poner de nuevo de manifiesto el agradecimiento a los promotores de las Ferias del Libro, de los Festivales de Teatro, de los organizadores de Certámenes literarios. Del mismo modo no podemos olvidarnos del fiel público que acude a conciertos, conferencias, rutas culturales… Es decir, los protagonistas del hecho de convertir la pasión por la lectura, el aprendizaje de la escucha del que enseña o muestra, el aplauso a los creadores. Es el instante en el que se produce el caldo de cultivo preciso para incentivar, para plantar la semilla en los estudiantes que acaban el curso, en la gente que tiene inquietudes, en el personal que busca enriquecer y dar mayor contenido a sus vidas alejándolas de la rutina. Son inversiones donde la mente visionaria une primavera con cultura en nuestra tierra. Ocupación y descanso. También recuperación de lo que casi nos han llegado a parecer añejas costumbres. Es también el preludio del verano. De nuevo volveremos a contar con días muy largos donde la música, la escena, la diversión en su completo sentido nos distrae y nos ayuda a luchar contra la abulia. Es la luz y su contrapartida, la noche, así como el disponer de mayor tiempo libre lo que nos hace sacar el máximo rendimiento a las horas. Por eso las excelentes expectativas: ¡ sólo hay que ver la cara de la gente que acude a los eventos! Nos muestran que había, reitero ganas. De ahí las repercusiones que cada actividad están teniendo en medios de comunicación y en redes sociales. Es una enorme alegría poder contribuir, poder formar parte, poder continuar el camino que ha venido definiendo a nuestra región en estas fechas. Cultura, en su más genuino sentido.

domingo, 13 de junio de 2021

CUMPLIR LA LEY

En el último Pleno de la Asamblea de Extremadura nos encontramos con unas actuaciones, no por sorprendentes menos llamativas. Se trataba de una apelación de las dos derechas: el Partido Popular y Ciudadanos a no cumplir la Ley. No es menos cierto que el PP en su momento se había pronunciado en contra de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura, pero ese hecho no exime de su cumplimiento una vez aprobada. Ya saben ustedes, si una Ley no les agrada existen mecanismos para derogarla: presenten esa medida en su Programa electoral y sobre todo si llegan al Gobierno eliminen la Norma ( todo lo contrario de lo que sucedió en la etapa de M.Rajoy: eso sí la vaciaron de contenido al no dotarla presupuestariamente. Por eso insisto, me pareció de una irresponsabilidad mayúscula el llamamiento que se hizo a que no se implementaran los contenidos sobre valores democráticos en el curriculum educativo extremeño. Al parecer no les gustaba que el alumnado de Extremadura sepa diferenciar una Dictadura de una Democracia. Pueda valorar la importancia que tuvo la presencia de las primeras mujeres en la vida pública. Aprendan a ser tolerantes con los que no piensan igual que ellos. Sean conscientes de lo necesario que, en unos momentos donde los brotes de intransigencia surgen con cada vez mayor frecuencia, seamos respetuosos y asimilemos que el pluripartidismo es una riqueza en la lucha contra el pensamiento único. De eso trataba el debate que las derechas quisieron obstaculizar y lo que más me incomodó, fue la falta de confianza en nuestro profesorado. Intuían que iban a adoctrinar. No se fiaban de la libertad de cátedra, de su formación ni de sus competencias. En definitiva, despropósito tras despropósito. Y es queríamos denunciar que ante el avance en muchos países europeos de organizaciones que niegan o tergiversan los hechos históricos, como el Holocausto judío, la brutalidad del fascismo y, en España, la dictadura y represión contra quienes defendían las libertades y derechos democráticos, es preciso que los sistemas educativos, incluyan en sus currículos escolares contenidos sobre la memoria democrática, desde una perspectiva crítica que eduque con rigor sobre el conocimiento del pasado, los valores constitucionales y el amplio recorrido que tiene en España la defensa y conquista de los Derechos Humanos. Con la llegada de la Democracia, el principal objetivo debe caracterizarse por convertir a la educación en un instrumento de desarrollo. Para algunos autores, la relación entre educación y contexto social condiciona su evolución, considerando a hombres y mujeres educados en colectividad hijos de su tiempo y de su medio. Por estas razones no nos cansaremos nunca de reivindicar la necesidad de educación en valores democráticos que tanta falta hacen. Escuchen, lean, miren las noticias y se percatarán de ello.

domingo, 6 de junio de 2021

IMPUDICIA

Pues sí, aunque parezca mentira es precisamente la gente que debería estar más tranquila, serena, dispuesta a aprender, la que habitualmente se pronuncia, sin falta de pudor ni recato. Sin complejos. Llama la atención leer, escuchar un programa en la radio, ver la televisión, asistir a una tertulia… y percatarte de que el tono altisonante, la agresividad, el ruido, ha sustituido a la formación, la mesura, la argumentación. Quizás la clave vuelva a estar en la educación. Se añora recordar las enseñanzas de los maestros que nos marcaron. Las lecturas de los autores que tanto nos enseñaron. Las visiones de la vida de aquellos personajes a los que admirábamos y que vuelven una y otra vez a nuestras retinas. Quiero pensar que este falso atrevimiento, algunos opinan que esconde una sustancial timidez o miedo al ridículo, será pasajero. Que como todo en la historia estamos ante un proceso cíclico. Que pronto volveremos a actualizarnos poniendo las cosas en su sitio: en definitiva, no hablamos tan solo de respeto, hablamos quizás aún más de hacer valer el proceso enseñanza-aprendizaje y ponerlo en funcionamiento en la práctica para cualquier situación que nos rodea. De eso se trata. De que lo hemos conseguido asimilar con el paso del tiempo sirva para algo. La realidad nos pone a prueba. No todos estamos capacitados para todas las cosas. Cada uno ha adquirido con la práctica y el empeño una serie de habilidades y capacidades que hacen que nos diferenciemos. Sin embargo, todavía es habitual observar como hay algunos que no es que quieran saber de todo. Es que quieren saber, o supuestamente demostrar, que saben más que cualquiera que les rodea. Y ahí es cuando nos referimos a la impudicia. A esa falta de recato o de pudor a la que hacíamos alusión en el comienzo de este artículo. En muchas ocasiones he escuchado que el mejor líder es aquel que es capaz de rodearse de gente que puede enseñarle algo. Que, en román paladino, sabe más que él de determinados asuntos. No siempre es fácil asimilar que es mejor estar callado que tener que pasar por el escarnio de que, una vez que no estás presente, se ponen en evidencia las múltiples carencias. A eso también se le podría llamar humildad. Pero ese es otro déficit del que podríamos hablar en otra ocasión.

martes, 1 de junio de 2021

SUTIL

En esa fina línea que diferencia el espectáculo de lo que en realidad es útil, surge el interrogante sobre lo que de verdad quiere la gente ver en nuestros representantes públicos. En primer lugar, no creo que nos quieran ver con cara perenne de enfadados. Si bien, por otro lado, es cierto, que la moderación parece, en términos mercantilistas, no vender. Así, nos encontramos en muchas ocasiones con algo parecido a un concurso para comprobar quién es más ingenioso. Se trata de reírnos las gracias y de aplaudir el tono agresivo. Gana quien machaca. A veces, se llega a rebajar tanto el nivel no sólo para que la mayoría de la gente nos comprenda, sino para que tampoco deba esforzarse en comprendernos. Es el elogio de lo simple. La cultura del no leer. Ni tampoco escuchar ni ver. En este sentido alguien me confesaba que no tenía tiempo para ver los vídeos que se comparten y que por lo tanto, sugería hacerlos lo más breves posibles. No se te ocurra profundizar que el personal desconecta. Claro que no podemos generalizar. Y son muchos los políticos preparados, respetuosos, bien hablados, informados, trabajadores… pero también los hay que se dedican habitualmente a mostrarnos una edificante imagen como la de golpear como hooligans sus escaños. Muchos han invertido buena parte de su vida en formarse en temas relacionados con la vida pública. Algunos desde jóvenes, partiendo prácticamente de cero han llegado, con su continuo empeño, a ocupar grandes puestos de responsabilidad. Otros han traslado sus buenas prácticas de la calle, de su trabajo, de sus relaciones al entorno político. Sin embargo, me da la sensación de que deberíamos esforzarnos más para conseguir no despreciar la inteligencia. No me estoy refiriendo a buscar en exclusiva la excelencia o a reducir los espacios públicos a una élite. Valorar la entrega, la dedicación, la capacidad… no es incompatible con recuperar para la política a los líderes de sus ámbitos profesionales: médicos, eminentes juristas, profesores, artistas y gente de la cultura, dirigentes vecinales… En lenguaje coloquial “ lo mejor de cada casa”. Todos ellos deberían tener cabida en puestos relevantes. Habría que preguntarse por qué no están. Pero eso sería objeto de una disquisición mayor. Queremos volver a verlos.