miércoles, 24 de julio de 2019

RESPONSABILIDADES COLECTIVAS


Leyendo el fin de semana pasado un artículo de opinión del profesor Álvarez Junco sobre responsabilidades colectivas en la Historia, me vienen a la memoria, entre otras muchas más cosas, reflexiones sobre la culpabilidad de las sociedades, en su conjunto o a nivel individual de sus integrantes, en los diferentes procesos o momentos históricos que nos han precedido.
Pongamos algunos ejemplos que han salido al debate público recientemente. Uno de los casos más mediáticos fue la disparidad de posicionamientos en torno a la conocida como leyenda negra española y que ha dado lugar a trabajos de investigadores sobre la imperiofobia o por el contrario la imperiofilia. Al hilo de este contraste de opiniones y más cerca de nosotros tenemos en Extremadura todo lo que rodea a la figura del papel de Hernán Cortés y las relaciones de España con México.
En todos estos casos se ha pretendido juzgar bajo el paraguas del presentismo actuaciones sacadas de su contexto temporal y cultural. Sin embargo, por otro lado, no podemos obviar las cuestiones éticas que son imperecederas.
Así podemos transitar desde la comprensión de los fenómenos sin implicar su aprobación. También puede servirnos la aceptación como paso previo al aprendizaje y con la idea de evitar que se reproduzcan males mayores.
Está claro que la multiculturalidad en la que nos desenvolvemos es el fruto de la herencia del paso de los años, de las distintas razas, lenguas, culturas… por un mismo espacio.
Hay otros modelos de conducata, como la responsabilidad en el mantenimiento de las dictaduras (la que más nos afecta, la franquista), donde el peso de la Historia no puede hacernos decir que la culpa fue de todos, pues sería lo mismo que decir, que no fue de nadie. Salvo los que abiertamente lucharon contra lo que representaba el Dictador, el resto tienen que soportar bajo sus espalda diversos grados de culpabilidad, que pasan desde aquellos que la aceptaron  e incluso la exaltaron, hasta los que se mostraron sumisos, pasando por los que discurrieron bajo el silencio o el miedo.
Parafraseando a Fito, “ no he perdido la razón, pero tampoco la he encontrado”.





miércoles, 17 de julio de 2019

VERANO Y CULTURA


Durante los meses de verano, en los que los días parecen no acabar y disponemos habitualmente de mucho más tiempo libre o para el ocio, se prestan a que las actividades culturales proliferen en nuestros pueblos y ciudades.
Dentro de este ámbito se pueden incluir un amplísimo elenco de ofertas que van desde el teatro, la música, el arte, los talleres literarios, el deporte, los mercados de época, la pedagogía sobre antiguos oficios y la artesanía, el cine en escenarios al aire libre…
Cada categoría puede tener un acceso restringido a una élite interesada en determinados temas o, lo que viene siendo mucho más frecuente, una popularización o extensión a lo que desde el mundo audiovisual nos enseñaron a conceptuar como la cultura de masas.
Afortunadamente, ya no es  el privilegio de la cuenta corriente el que marca  poder permitirnos disfrutar con expresiones artísticas y culturales que enriquecen nuestras vidas.
Las instituciones públicas vienen apostando por su generalización. Si bien Extremadura y, en especial algunas de sus ciudades, se ha caracterizado por tener una excelente oferta cultural durante  los mese de otoño hasta la primavera, motivados por las especiales condiciones climáticas, no lo es menos, que desde hace unos años son impresionantes las posibilidades que nos ofrecen los distintos escenarios en verano.
De esta forma estamos asistiendo  durante los meses estivales a una profusión de un turismo de gente que, al margen de buscar en nuestras tierras la tranquilidad de pueblos, valles, montañas, ríos y pantanos, decide venir a visitarnos por la exquisita muestra de actuaciones en cualquier de los aspectos culturales que venimos citando.
Siempre será positivo la convivencia de diferentes culturas, pueblos y personas venidas de todas partes. Siempre será positivo que los propios autóctonos conozcamos y nos deleitemos con lo que podemos ofrecer desde dentro de cada una de nuestras casas. Y sobre todo, siempre será deseable que podamos conjugar el salir fuera a conocer otros mundos, con conocerlos desde aquí y con darnos a conocer nosotros mismos a componentes de otras culturas.



martes, 9 de julio de 2019

TAPIAR


Cada vez que sucede una catástrofe, una guerra, un conflicto social, en definitiva un drama, suelen venirnos a la cabeza expresiones tan comunes como las que apelan al empecinamiento en no aprender de experiencias anteriores.
En ese sentido, no está de más recordar, que somos lo que somos por acumulación. Es decir, no podemos tapiar las ventanas del pasado. No podemos obsesionarnos en una defensa a ultranza del presentismo, como pasa en muchas ocasiones con generaciones jóvenes movidas por el impulso que da la aceleración de la vida, o por el contrario, por nostálgicos del inmovilismo que se aferran a la huida del riesgo que pueden provocar las constantes innovaciones.
Siempre he buscado la compatibilidad en la lucha por la defensa de todo tipo de derechos ( y obligaciones) humanos como: el trabajo, la vivienda, la vida, la diversidad, la opinión o la libertad de expresión…. con la persecución de mantener incólume las llamas de lo que la Historia nos ha ido legando. Tanto en positivo, como en negativo.
Esta es la labor de la Memoria, que junto con el análisis objetivo y científico de lo que sucede a nuestro alrededor forman un binomio que nos enriquece y ayuda a los servidores públicos a desarrollar mucho mejor nuestro trabajo.
En ese sentido, me tendrán en frente de aquellos que pretendan pugnar por el olvido. Mientras tenga un hálito de fuerzas reivindicaré la permanencia en nuestras vidas de las lecciones de aquellos, tanto personas como acontecimientos, que nos precedieron.
Además, hoy lo que antes buscábamos en los archivos, en las hemerotecas, en la charla distendida con los ancianos, lo podemos encontrar en un mundo inacabable digitalizado.
Nunca como ahora hemos tenido tanto acceso a la información. Por esa razón, no cabe, como indicábamos al comienzo de nuestra columna, que todavía quede gente que, en aras de un supuesto y falso humanitarismo, mezclen perdón con conocimiento. Confundan el futuro como una infinita secuenciación de momentos continuos. La simplicidad versus la profundización. El análisis contra la ligereza. La concentración frente a la dispersión.





martes, 2 de julio de 2019

PREMIOS


Con motivo de la celebración de la entrega de los Premios “Empresario extremeño del año” organizados por El Periódico Extremadura, me han venido a la memoria una serie de reflexiones sobre el papel de los agentes sociales en el desarrollo de nuestra Comunidad.
En primer lugar, me ha llamado agradablemente la atención, que la mayoría de los premiados hayan hecho referencias en sus discursos al reconocimiento que les hacen a sus familias, los clientes y los trabajadores.
Es muy significativo el papel en su trabajo de cada uno de estos tres elementos. Por eso cobra relevancia que se haga saber en público.
Es de todos sabido que con unas mejores condiciones de vida todo el mundo sale ganando. El incremento de las rentas lleva consigo un incremento de las ventas y, por supuesto, una menor conflictividad social. Es lo que podríamos dar en denominar el capitalismo social.
Por otra parte, fueron muy entretenidas las tertulias posteriores al acto de entrega de los Premios. Se mezclaron los tres poderes: el económico el político y la prensa, sacándose unas conclusiones en medio de un clima que habría que fomentar en más ocasiones.
Tuvimos, del mismo modo, nuevos protagonistas, como el alcalde de Cáceres, que apeló determinadamente al ofrecimiento para acompañar en el crecimiento de la ciudad.
El Presidente de la Junta, entonces en funciones, nos interpeló sobre el papel de la Cultura en la ciudad, las oportunidades que da el turismo o, lo más importante a mi juicio,  la colaboración entre las distintas Administraciones: Ayuntamiento, Diputación y Junta de Extremadura.
También hubo tiempo para el saber estar, el contemporaneizar: así las sonrisas que nos arrancó continuamente la presentadora se pudieron conjugar con la solidaridad de los asistentes  con la tragedia de los refugiados.
En definitiva, muchas imágenes que reflejaron un Cáceres en color.
Debe quedar claro que en la Historia la felicidad ha ido unida siempre al cumplimiento de las expectativas. Que así sea.