domingo, 24 de septiembre de 2023

EPATANTE

Causa admiración, sorpresa, en definitiva, resulta epatante escuchar a la Presidenta de la Junta de Extremadura ( y a continuación repetirlo, una y otra vez, a los dirigentes de la derecha), que los socialistas hemos dejado en herencia una Extremadura inventada. En las entrevistas paralelas que ha mantenido con los medios de comunicación, en lugar de hacer balance de las intenciones o de lo que ha llevado a cabo en estos dos meses de gobierno, insiste en su pérdida de credibilidad ( una más, por si no la tuviera ya tocada). No puede señalarse con rotundidad hechos que define como mentiras, pues en ese camino de ser agorera, se encuentra con que la realidad le pone en su sitio. Lo último, la concesión del PERTE para hacer una gigafactoría en Navalmoral de la Mata. Podemos estar en desacuerdo con determinadas actuaciones de nuestros oponentes políticos, pero negarlo todo lleva al descrédito, fundamentalmente cuando se apoya en contradicciones. Se muestra muy orgullosa de su Gobierno, pero a la vez contundentemente crítica con las opiniones y valores fundamentales de su socio de la extrema derecha: censura a la Agenda 2030, la forma de abordar la violencia de género, el cuestionamiento del cambio climático… ¿Está de adorno VOX en el gobierno de la Junta de Extremadura? Dado que incidir en la nula o escasa relación con su socio no es la mejor muestra de sintonía. ¿De qué se habla, entonces, en los Consejos de Gobierno o en las actividades conjuntas? No se ha producido un análisis, Consejería por Consejería de cómo estaba la situación ( lo que algunos llaman “ herencia”). A ver si va a ser que todo lo hecho estaba mal. Pues lo negativo es lo único que se cita. Después se pide comprensión a la oposición y se teme una legislatura bronca. No olvidemos que nos encontramos ante modelos ideológicos muy diferentes. Para la izquierda la prioridad son el mantenimiento en el mejor estado posible de los servicios públicos. De eso va la gratuidad y la universalización de determinadas prestaciones. Para la derecha, la prioridad en sus primeras medidas está en la retirada de impuestos para los más pudientes y en no poner recursos para todos bajo la excusa de la limitación de las rentas ( “el que pueda que lo pague…”). En esas estamos.

domingo, 17 de septiembre de 2023

SIMULTANEIDAD

Al hilo de los Diarios que elaboran algunos escritores, donde reflejan sus vivencias más inmediatas y las resguardan del paso del tiempo ( al modo, por ejemplo de “Porque olvido”, del poeta placentino Álvaro Valverde), se me ocurren algunas cuestiones que me gustaría contribuir a desentrañar. Se trata, en un primer momento de buscar evitar la confrontación entre la sencillez y la humildad, por un lado, y la profundidad y el desarrollo, por otro. El ser lo que uno es sin mayores florituras. Sin disfraces. Sin adornos que, en muchas ocasiones, exceden el carácter de la auténtica personalidad y donde, también a veces, no es tan importante la reflexión profunda y sí la crítica directa. Las emociones. El conocimiento. El saber historiar, como se decía en otras épocas, es otra forma menos académica y encorsetada de conocer la realidad. Frente a ello, a mi juicio, podemos buscar el equilibrio entre la profundidad y la superficialidad. Entre lo denso y lo liviano. Entre lo intelectual y lo rudimentario. La vida te enseña a aprender tanto de las cosas más simples que nos rodean, como de la aventura que te produce sumergirte en una ardua tarea de investigación. Sea la disciplina que sea. Por eso, la escena pública debe llevar aparejado el complejo o delicado sistema de saber adaptarse a las circunstancias. No se trata de lanzar mensajes contradictorios, de acuerdo a la situación o el lugar donde te ubiques. Si no más bien, el ser tan certero en aprovechar las posibilidades que te ofrece tu auditorio, para transmitir, de manera más completa, comprensible y directa, las ideas o proyectos que pretendes explicar o desarrollar. Ese es el sentido de la humildad al que me refería cuando intentaba conjugar la sencillez con la complejidad. Por esa misma razón, tienen mucho más avanzado ese mecanismo divulgativo, las redes sociales y algunos programas de televisión muy mediáticos. Creo que cada cosa en su sitio. Lo principal es discernir cuándo, cómo y dónde utilizar cada una de las herramientas o instrumentos dialécticos que hemos mencionado. De esta forma, simultaneidad en la manera de poder expresar nuestros objetivos. En ocasiones de una forma, digamos más coloquial, directa o sencilla. En otras con un abanico de recursos que permiten extendernos en el razonamiento. O bien, sumando ambas maneras de percibir la realidad.

domingo, 10 de septiembre de 2023

COMPRENDER

La libertad de expresión, la diversidad de opiniones, el pluralismo…, son conquistas en las que hemos ido avanzando a lo largo de la consolidación de nuestros sistemas democráticos. Sin embargo, estos valores que, en principio, no deberían ser ni indiscutibles ni cuestionados, se fragmentan, una y otra vez, con acontecimientos cotidianos que pueblan los medios de comunicación e intoxican los debates en las redes sociales e incluso en las tertulias supuestamente más profundas. Hasta los que consideramos más formados, es más los profesionales del estudio y análisis del pasado, los historiadores, incurren, en ocasiones, en el error de no colocarse en el lugar y en el contexto temporal del otro para comprender sus comportamientos y así poder reaccionar ante sus actos. Es más, parece claro que no podemos juzgar los hechos que no hemos vivido con la visión del mundo contemporáneo. Sin embargo, sí que podemos establecer una serie de pautas comunes que no deberían invalidar nuestras apreciaciones. Por ejemplo, justificar las afirmaciones con argumentos y si es posible con documentación. No establecer guiones preparados de respuesta inmediata ante cualquier crítica que no nos gusta. En lenguaje coloquial, vendría a ser aquella expresión de “ pues anda que tú…”. Si esto pasa con la validación de la Historia, independientemente del tiempo transcurrido, no menos cierto es que en el entorno de la vida pública, de la política, la comprensión de los fenómenos actuales recibe también el poso de la nula aceptación de las debilidades. De esta forma es frecuente escuchar o leer comentarios ante cualquier noticia en la que el receptor, o el que se siente aludido, en lugar de pedir disculpas, en unos casos, o contraargumentar con datos o información diferente en otros, se limita a tirar de un guión establecido para acusar y acosar al emisor con cuestiones, que al margen de que puedan o no estar mal, no son el objeto del debate establecido. Es decir, podemos llegar perfectamente a entender los hechos, pero no somos capaces de comprender, de asimilar, que en un intercambio de ideas no se gana porque se grite más, se tenga más fuerza o se desvíe la atención hacia otros temas. Parafraseando a Unamuno, y es válido hoy en día: “ ganaréis pero no convenceréis”