martes, 29 de septiembre de 2015

JALEO


Desde un escaño de la Asamblea, supongo que ocurrirá lo mismo, lamentablemente, desde otros púlpitos institucionales, se observa la falta de respeto que en muchas ocasiones se tiene hacia el que está en el uso de la palabra.
Parece como si la necesidad de montar un espectáculo deviniera de la ausencia de educación, pese a que, como indica el refrán, “ las apariencias engañan”.
Así, bajo el ropaje que da un rostro atildado, un uniforme impoluto, una cabeza supuestamente lustrosa, se esconde un deseo de marullerismo. ¿Dónde está la supuesta formación cristiana ante lenguajes soeces? ¿ Cómo es posible escuchar ( sin el amparo de un micrófono) lo que se escucha cuando interviene una mujer o uno de los que te han sucedido en el cargo)?. Coloquialmente, diríamos, “ háztelo mirar”. Has debido estar ausente el día que te enseñaron el funcionamiento de la Cámara. Las mínimas normas de convivencia observables están en tu agenda de asuntos pendientes.
Parece que la impaciencia les puede y quieren imponer un arbitrario turno de palabra inexistente. Parece que la costumbre tiene que ser dejarse oír, aunque no  les toque o aunque esté completamente fuera de lugar lo que insinúan.
Por el contrario llama la atención el otro extremo. La actitud pasiva ante el discurso del adversario. El “ estar a lo tuyo”, salvo cuando repentinamente escuchas alguna alusión a tu entorno. Entonces, raudos, vuelven a la actitud anteriormente descrita. El caos, se pone en marcha.
Da la sensación de que solamente se interviene para los medios de comunicación o para su grupo. Las reacciones son silencio indiferente o aplausos enfervorecidos de apoyo al próximo.
Por último está el tema de la sobreactuación. Ese mostrar papeles desde la tribuna sin saber qué es lo que pone en ellos. Enseñar sin entregar. Decir sin explicar. La línea del tiempo. Esa a la que con recurrencia volvemos. Esa a la que interpelamos para recordar lo que fuimos o lo que fueron. Lo que hicimos o lo que hicieron ( o lo que queremos creer o hacer creer).

En definitiva, formas. La pena, el jaleo. Tenemos mucho que cambiar. Ya nada volverá a ser como antes.

martes, 22 de septiembre de 2015

COOPERACIÓN Y EDUCACIÓN


Esta semana en la Asamblea hemos hablado de cooperación al desarrollo. Si bien buena parte de la política se tiene que versar en tratar de solucionar lo inmediato (y se podía pensar en oportunismo) hemos enfocado el asunto desde las líneas generales de actuación que debe tener el establecimiento de este tipo de acciones.
A mí, sobre todo, lo que más me interesa resaltar, es la imperiosa relación que debe tener la cooperación al desarrollo con la educación. Ahora que todos estamos tremendamente sensibilizados con la crisis de los refugiados en Europa. Ahora que todos nos ponemos en marcha para proponer iniciativas que palíen los dramas. Ahora, es el momento de recordar la necesidad, sí la necesidad, de volver a implantar la asignatura Educación para la Ciudadanía.
Nuestros jóvenes desde la etapa infantil hasta la Universidad deben ser conscientes de que podrán ser extraordinarios científicos, excelentes abogados, resolutivos médicos y sanitarios, aplicados informáticos, geniales escritores y profesores…. Pero ante todo tienen que construir su personalidad profesional basada en la defensa de los Derechos Humanos.
Así, tenemos que luchar porque materias como la descrita no se queden en el cajón de la transversalidad. Al igual que  las Matemáticas, la Lengua o los idiomas, necesita su espacio propio en el curriculum.
Se trata de una temática, la cooperación al desarrollo, que no sólo pueden ver en las noticias o que les suene recurrente en las bocas de los políticos, sino que, por el contrario, son acciones que pueden ejecutar a su alrededor con la voluntad de la implicación directa.
Estoy completamente seguro que con una buena base educativa en este sentido, muchos de los problemas actuales se aminorarían. Estamos hartos de presumir de globalidad, de fronteras más permeables, de interactuación en todos los niveles pero a la mínima objeción nos ponemos a la defensiva y tiramos de instintos primarios.

Si algo me está enseñando esta nueva etapa de mi vida, es que no sólo las reuniones, los discursos, las intervenciones (todas ellas importantes para llegar a acuerdos) son precisas. Llega mucho más a mi corazón las palabras de algún ciudadano cundo te agradece haberle escuchado.

martes, 15 de septiembre de 2015

NUEVO CURSO


Estos primeros días se septiembre (y como todo avanza o se modifican las actitudes, casi podría atreverme a decir que algunos de los últimos de agosto), se aprecia en el ambiente la adaptación de nuestros jóvenes a la realidad inminente que se les avecina.
Las largas jornadas de asueto, en numerosos casos lejos de sus entornos, se trastocan en grupos de encuentro con amigos y compañeros que vagan por las calles de nuestros pueblos y ciudades. Desprenden el aroma del sentimiento de vuelta. Ya están aquí, parecen decir los vecinos.
Pronto modificarán sus rutinas. Tras unos días, para algunos horas, se producirá el volcado de anécdotas veraniegas, la catarata de información acerca de lo que se ha hecho, la elevación de los sueños a realidad cotidiana, los recuerdos, la memoria, en definitiva, la nostalgia.
El curso educativo comienza. Ellos, los alumnos, enseguida se adaptarán a la situación. Los adultos, sus padres, profesores, la comunidad educativa en general, llevan mucho tiempo preparándolo.
En esta ocasión no se puede dejar pasar de largo el esfuerzo por tratar de que, de una vez por todas, la normalidad sea la nota dominante. Ha tenido que producirse un intenso diálogo para conseguir que se pase a poner en práctica, sin ningún género de dudas, derechos adquiridos y luchados, por generaciones durante mucho tiempo.
Así, la igualdad de oportunidades se demuestra en la resolución de los conflictos sempiternos con el transporte escolar. En el acceso generalizado a becas y ayudas al estudio. En el desbloqueo del recorte en los libros de texto para familias cada vez más necesitadas. En la búsqueda del equilibrio entre la reducción de la ratio y el aumento de las plantillas del profesorado.
En el horizonte nuevos proyectos que aumenten la calidad de la enseñanza: seguiremos profundizando en el aprendizaje de idiomas,  en la diversificación de las familias o ciclos de formación profesional, en la programación e introducción de las ya no tan nuevas tecnologías y sobre todo, en una sociedad tan necesitada de valores,  en la inclusión en el currículum permanente de aspectos como la solidaridad, la libertad, la democracia, la igualdad…. Verán como son muy necesarios.

Póngale al lado fenómenos actuales que vemos diariamente en las noticiasaraciones durante mucho tiempo..ente en las noticias y se dar, la libertad, la democracia, la igualdad...udio. En el desbloqueo

domingo, 6 de septiembre de 2015

LA TENCA


Sirva de pretexto el título que encabeza estas líneas para retomar mis artículos de opinión semanales. He querido significarlo en la fiesta que disfruté el pasado sábado en Talaván, donde miles de paisanos, venidos fundamentalmente de los pueblos de la Mancomunidad Tajo-Salor, pudimos apreciar lo que es un auténtico ritual de convivencia en los pueblos extremeños.
Claro que sí. Desde primeras horas de la mañana era un continuo ir  y venir de organizadores, participantes, visitantes… que alcanzó su cenit alrededor del mediodía, donde nos juntamos un elevado número de personas ansiosos por recorrer puestos, degustar las tencas, establecer interminables conversaciones y pausados paseos.
Al margen de las ceremonias de premiación, de los contactos con los galardonados, de las entrevistas con las autoridades… qué duda cabe que el buen hacer de aquellos que se implican buscando meramente el bienestar de sus vecinos quedó sobradamente recompensado.
Es el palmario homenaje a alcaldes y concejales que imbricados con sus pueblos, reparten sonrisas y abrazos y se estimulan con las críticas, a la vez que aumenta su listado de propuestas por hacer con las iniciativas que reciben de primera mano.
Dicho todo esto,  he pretendido singularizar en Talaván y este año en la Fiesta de la Tenca, todos aquellos paréntesis en los que se intercalaba trabajo y ocio. En los que se unen esfuerzos y diversión. En los que se hace balance de todo lo que podemos acometer cuando, por encima de nuestras diferencias, decidimos buscar la mejor salida para los que nos rodean.
Ha sido tiempo de muchas fiestas en la geografía regional. Todas tendrán su culmen en el Día de Extremadura. Todas tendrán su hueco para el recuerdo. Para luchar por aquellas cosas que pudieron evitarse, para levantarnos cuando nos hemos caído, para reivindicar nuestra idiosincrasia. En definitiva para pelear por avanzar.
Comenzamos curso político. En esta ocasión con nuevos retos y plagado de experiencias por descubrir. Es el momento de aprender. También de mostrar lo que se puede llevar a cabo mezclando compromiso, cualificación y trabajo. Vamos, pues, a ello.