lunes, 19 de diciembre de 2011

Paciencia

PACIENCIA

Tras las últimas elecciones generales parece que bruscamente han proliferado multitud de “expertos” analistas en extraer presuntas causas y en pontificar sobre posibles consecuencias si no se siguen, de manera exclusiva, sus acreditados consejos.

Por eso, parece oportuno que se impulse una catarata de opiniones, que como tales, puedan ser rebatibles, en lugar de imponer novedosas fórmulas por un lado, o atrincherarse con añejas prácticas por otro.

Lancemos algunas: es evidente que durante la campaña se ha demostrado que las bases del PSOE se ha comportado con resuelta pasión hasta el extremo de que en muchas ocasiones han desorientado a cuadros y dirigentes que han podido tener una percepción lejana de lo que era la estricta realidad de la calle. Los votantes no son sólo los militantes.

Es una obviedad, dada las cifras, que miles de extremeños siguen confiando en los socialistas extremeños. Por tanto, habrá que concluir que es y será en un breve plazo una auténtica  alternativa de gobierno. No entiendo ese mensaje de cambio de ciclo.  

Pero si se compara de donde veníamos y donde estamos tendremos que reconocer que hay mucho trabajo que planificar. Muchas cosas que corregir. Muchas decisiones que rectificar. Suelo emplear el símil del atleta de fondo. Su éxito radica en entrenar a diario. En estar bien acompañado en carrera. En coger el grupo “ bueno” y no lanzarse de manera precipitada a la meta. En saber reconocer que tras algunos sinsabores, victorias agridulces, derrotas amargas… si tienes claro el objetivo, al final la marca sale.

En otro orden de cosas, queda claro que la aritmética parlamentaria regional tiene un componente mayoritario de izquierdas. Por esa razón no parece descabellado que se tienda hacia una comunidad de intereses. Que se evite la fragmentación. Que se acentúen las cuestiones compartidas y se minoricen las diferencias.

Otro rasgo a reforzar es el mental. Los socialistas debemos recuperar la simpatía de la gente. Huir de dar la sensación de estar enfadados con todos y con todo. Hacer ver que la crispación es cosa de otros. Pelear por conquistar la imagen del político creíble. Aglutinar de nuevo a los nuestros. A todos. Siempre se dijo que el PSOE era el Partido que más se parecía a la sociedad española. Era capaz de recoger buena parte de las sensibilidades de su espectro más democrático.

La línea que separa la derrota de la catástrofe está en nuestra organización. No se puede echar la vista atrás para evitar errores. Pero se puede y se debe aprender de ellos. Tendremos que poner en práctica, por ejemplo, aquellos anuncios de transparencia y participación en la selección de candidatos cuya tarea será misión de los próximos Congresos.

Ahora que desde fuera se percibe  con asombro el incremento de postulantes, tanto a nivel individual como en grupos organizados, hay que hacer ver que eso lejos de ser negativo, es prueba de la riqueza, libertad y pluralidad de este Partido. Es en la discrepancia y no en la unidad donde se demuestran los buenos compañeros. En saber aceptar que alguien te indica que te estás equivocando sin que lo entiendas como una ofensa o como una falta de respeto.

No surgen repentinamente los mirlos blancos, ni los salvadores de última hora. El éxito de nuevo vendrá del trabajo reposado. Sin prisas pero sin pausa. Con paciencia. Como decía Enrique Bumbury, “ todo arde si le aplicas la chispa adecuada".