miércoles, 30 de marzo de 2011

DOÑA EUGENIA

Hace unos días he estado en Valencia del Ventoso pasando una grata jornada con Doña Eugenia, una señora de 106 años, auténtica memoria viva del último siglo en Extremadura. He de agradecer las buenas gestiones de Lorenzo, el alcalde y sobre todo la excelente compañía de mis compañeros Serafín, las dos Cármenes... que me hicieron ver cómo es la política diaria en una pequeña población de la región. No es un tópico decir que significa estar al servicio público las 24 horas, ni tampoco, como pude comprobar, la cercanía ( ¡ cuánto dista de la imagen distorsionada del cargo en su despacho!) que hacía posible, a modo de ejemplo, la resolución de manera directa a un vecino de "unos papeles" en el Ayuntamiento, el pararte cincuenta veces en el paseo por las calles, el sonreir a todo el mundo de la manera más sana que yo haya visto, el compartir problemas y alegrías en los bares...
Centrándonos en Doña Eugenia hemos de resaltar la sorpresa que pudo representar hacer una entrevista, con una cámara de televisión lejos de la intimidad. Nos rodeaba buena parte de su familia a los que, sin ninguna duda identificaba ( al igual que los retratos de nietos, bisnietos y tataranietos). Nos interesaba conocer su punto de vista sobre las diferencias en las costumbres y en las formas de vida de los últimos 100 años.Algunas le gustaban más que otras, si bien coincidía en que ahora se vivía mucho mejor. Y nos dio varias pinceladas curiosas.Como cuando indicaba que en su juventud las chicas iban acompañadas al baile de sus madres, quienes esperaban mirando sentadas a ver qué hacían y sin embargo, en los tiempos actuales, dice Doña Eugenia, se marchan por la noche con toda la libertad y sin las limitaciones que ellas tuvieron. O el papel de la mujer, al lado del esposo, trabajando siempre. En su caso pudo ir a la escuela hasta los 15 años ( todavía puede leer y firma los documentos que se le ponen delante), luego pasó un tiempo en el servicio doméstico hasta que se casó y tuvo dos hijas. Aquí sí se produce un punto de inflexión en el valor del género. Apuntaba Doña Eugenia que vivían y trabajaban en un cortijo, pero que cuando fallece su marido, ella al no tener hijos varones, no pudo seguir adelante en el campo y volvió al pueblo. Y lo repite casi con pena. Otro detalle significativo de lo que han cambiado los tiempos fue su referencia a los "amos". Trabajaban para el dueño del cortijo y, lo hemos escuchado muchas más veces, eran, "los amos", un concepto que difícilmente entenderán las nuevas generaciones, afortunadamente repletas de derechos ganados al pulso de la negociación en democracia. También hizo alusiones muy gráficas al hambre de postguerra. A como acudían a ella la gente en busca de las hojas de las coles que comía el ganado y cómo la solidaridad de los pobres contribuía a aminorar la miseria. O las condiciones en las que algunos vivían, en cobertizos sin luz, en camastros de paja... es decir en parecidas situaciones a las que denunciamos cuando vemos en televisión los alojamientos de muchos inmigrantes en la opulenta Europa ( ¡si así hemos vivido aquí, me decía una señora, hasta no hace tanto tiempo!
Ya en tono más distendido tuvo unas palabras muy cariñosas para recordar la visita que le hizo, hace algo más de un mes, el Presidente de la Junta. O al repertorio de aprecio con el que le rodean las autoridades locales que regularmente van y se interesan por ella.
Esta precipitada crónica sirve a modo de resumen de una muestra de un testimonio vital de nuestra tierra que hemos grabado para conservarlo para que nos sirva dentro de unos años como mirada retrospectiva que explica, en gran medida, lo que somos. No lo olvidemos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

LAS RATAS

Estos roedores generan para algunos simpatía y para otros auténtico pánico o repulsión. Como casi todo en la vida: cuestión de gustos. Sin embargo quizás lo que mejor les define es su carácter huidizo ante la mínima perturbación a su tranquilidad y sosiego. Algo parecido a lo que está sucediendo con determinados sectores, no militantes fundamentalmente, pero sí que se habían permitido estar cerca de la izquierda cuando ésta tiene poder y "quedaba bien" arroparlos. En especial, los medios intelectuales, donde algunos que presumen el declive del actual gobierno se están apuntando de manera esperpéntica a una crítica feroz, por desproporcionada y/o por inesperada en ellos, ante cualquiera de los movimientos e iniciativas de éste. Di, lo que sea, que me opongo, parecen pretender. Quizás quieran generarse las simpatías de los que ellos entienden sustituirán a los actuales. Pero esa deslealtad desde el punto de vista de la opinión, da, como diría un castizo, mucho el cante.
Y es que no se trata de estar a las duras y a las maduras. Tampoco se pretende que nadie pueda evolucionar o cambiar. Sin embargo resulta,casi caricaturesco ver la catarata de descalificaciones, de críticas deconstructivas que se están acumulando en los últimos meses, precisamente por muchos de los que, hasta la fecha, se habían preciado de aduladores.
Por esa razón es preferible la honestidad, la auténtica independencia del no militante o la costra dura y la ideología a ultranza del que apuesta por el compromiso político en un Partido. Y es despreciable la actitud de aquellos,( siempre han existido) que se arriman al sol que más calienta.
La verdadera gente progresista siempre estará con un camino por emprender,adaptando, eso sí, la ruta a las circunstancias que le rodean, sabiendo que nuevos tiempos precisan nuevas estrategias de comunicación. Por estos motivos hace 4 años a los socialistas nos ilusionó la marea roja. Ahora estaremos atentos a la singladura de Mr. Guille.

miércoles, 16 de marzo de 2011

DEPORTE Y CIUDADANÍA

El domingo pasado, cerca de 1000 atletas procedentes de toda Extremadura, Portugal y de muchas otras partes de España participamos, bajo una intensa lluvia, en una convivencia deportiva: la media maratón de Mérida. Si nos centramos, por un lado, en los aspectos meramente competitivos, válidos, no sólo para las decenas de los primeros que realizan registros para los que hay que dedicarse muy intensamente, sino también para el resto, a los que, cada uno a su nivel, el esfuerzo les garantizó, en la mayoría de los casos, la satisfacción por el deber cumplido, hemos de concluir que el duro perfil de las calzadas emeritenses se compensaba ampliamente, con el deambular por espacios milenarios y el empuje de los animosos espectadores que no dejaban de impulsarnos hasta la meta.
Sin embargo, mi comentario de hoy quisiera situarlo en la esfera de los discursos. Me quedo con un detalle que escuché al alcalde de la ciudad, Ángel Calle. Se refería a que los esforzados deportistas habíamos realizado un auténtico ejercicio de ciudadanía. Habíamos corrido por puentes romanos y contemporáneos, por modernas avenidas y romanas calzadas, atravesado el circo, circulado bajo el acueducto de los Milagros, deslizado por las zonas nuevas de la ciudad y finalmente saludando al teatro y anfiteatro, junto al Museo nos dirigimos camino del templo de Diana, detrás de la alcazaba y los restos de Morerías hacia la plaza mayor donde nos acogían amigos, familiares y sorprendidos viandantes. Todo un lujo.
Sirvió además para consolidar a los que acaban de acercarse a nuestra disciplina. Fue curioso escuchar, después de los duros minutos de carrera, como algunos que debutaban te preguntaban cuando sería la próxima. Sirvió además para fomentar el turismo y el conocimiento de la tierra: al día siguiente, el dueño de un restaurante me comentó como algunos de sus clientes habían sido atletas de la media maratón o como, a modo de ejemplo, pude observar a varias familias haciendo fotografías en lugares emblemáticos, antes y después de la prueba. Sirvió finalmente, para recrear, una y otra vez, el paso de los kilómetros, la dureza de las pendientes, el horizonte perdido tras la lluvia en las amplias avenidas y/o puentes, la compañía cambiante, el que " hubiera pasado si..." y así hasta infinitos comentarios e imágenes que podemos ver en distintos foros. En fin, hasta la próxima.

jueves, 10 de marzo de 2011

VELOCIDAD Y COSTUMBRE

Esta semana los comentarios de la gente han estado ocupados en gran medida en torno al debate sobre la oportunidad de una ( insisto de una) de las medidas de ahorro energético que ha puesto en marcha el Gobierno. Me estoy refiriendo a la disminución de la velocidad máxima en autovías y autopistas a 110 km por hora. Si bien es cierto que a los conductores nos llama la atención, nos cuesta adaptarnos, opinamos sobre sus posibles efectos prácticos... no lo es menos que, incluso para los más recalcitrantes detractores, muchos de los conductores solían ir más allá de los antiguos 120 km en numerosas ocasiones. Y claro cuesta mucho cambiar de mentalidad. Era, una costumbre adquirida asumir el riesgo de ir por encima de la norma. Pese a que podrían sancionarnos. Y ahora lo que antes era frecuente, amplía su distancia. Es decir si hace una semana te pones a 140 y ahora lo vuelves hacer, la vulnerabilidad se aumenta de 20 a 30 y si por el contrario haces el esfuerzo de intentar reducir tu marcha, pues te pasa lo mismo, tienes que aplicarte más.
Y es, creo, por un lado, cuestión de acostumbrarse y por otra, de analizar consecuencias. Por un lado la efectividad de la medida está puesta en dos objetivos: ahorro energético y la seguridad. Y me temo que nadie debería ponerlos en duda. Por otra, estamos ante el precio histórico más elevado de los combustibles, ¿ y que se espera, que no hagamos nada para paliarlo?
Por otra parte, la reducción de la velocidad máxima es solo una de un paquete de medidas, pero es, sin duda, la más mediática. Me gustaría que se pudieran evaluar todas juntas. O bien que antes de pronunciarnos se espere un tiempo para analizar sus efectos. Y como todo, si resultan positivos, se consolide. Si por el contrario, es perjudicial, pues se retire. Pero, me parece que muchos se pronuncian antes de poder valorar el recorrido de las propuestas.
Por último, como en tantas cosas no somos una isla. Hay que ver referentes en otros países de nuestro entorno que aplican medidas similares y nadie se escandaliza. Siempre será mejor que confiar, como hace el PP, en la Providencia, para la búsqueda de soluciones a los problemas.

miércoles, 2 de marzo de 2011

MUJERES Y LISTAS

Voy a resaltar dos actos a los que he tenido oportunidad de asistir y participar durante la semana pasada. Por un lado unas Jornadas sobre el papel de la mujer en la posguerra y por otro el Comité Regional de mi Partido, donde fueron ratificadas las listas con los compañeros y compañeras que nos representarán en las próximas elecciones autonómicas y locales.
En primer lugar, hablemos del acto sobre las mujeres y la posguerra. Se celebró en Escurial, en una tarde muy densa, donde ante un auditorio repleto, disfrutamos de discursos políticos, documentales, mesas redondas y testimonios de algunas de las protagonistas. Y sobre todo la charla y la convivencia. Es muy de agradecer la organización de estos eventos en pequeñas localidades que dan vida y ánimo a los que nos apetece escuchar y aprender de los demás. Te da, asimismo, las claves para conocer nuevas experiencias, para intercambiar contactos, para comprender la importancia que los temas sociales tienen en la mayoría de nuestros pueblos. Y sobre todo te permite ser consciente de cómo llegas a ser tan bien tratado en estos foros. Con una afluencia mucho mayor que las múltiples actividades que organizamos en las ciudades. Y con una gran expectación en su seguimiento. Muy buena impresión, sin duda.
En segundo lugar quisiera hacer alguna reflexión sobre el Comité Regional del PSOE de Extremadura del sábado pasado. En él figura la candidatura que va a visualizar las ilusiones de miles de extremeños. En sus listas se reflejan los criterios de selección que los responsables del PSOE regional han decidido más adecuados para la obtención de los mejores resultados. Evidentemente hay cientos de compañeras y compañeros extraordinariamente bien preparados, pero sólo se puede optar, para esta responsabilidad, por unos cuantos y no es el momento de establecer comparaciones. Si parece claro que con un curriculum de méritos que los avala el resto es acompañar, empujar, identificarse y desplegar la alegría de que la dificultad estribe en tener tanto donde elegir. ¡Peor hubiera sido que no supiésemos a quién poner! Quizás los problemas devengan de que no seamos demasiado explícitos con las formas y/o con los procesos, pero lo que trasciende ( un socialista, un cargo, representatividad territorial, de género...) son suficientemente clarificadoras.