martes, 25 de abril de 2017

EXIGENCIAS Y RENUNCIAS


Esta Semana Santa he leído que hay determinadas palabras en español que no tienen una traducción literal en otros idiomas. Forman parte, al parecer, de nuestra particular forma de ser y estar en la vida y ante los acontecimientos.
Me vienen a la memoria conceptos como compromiso o crispación. Pero prefiero hoy quedarme con el de negociar. Cierto es, que cada uno tiene unos principios de los cuales le cuesta moverse ( y para los que no acepta ni siquiera matizaciones). No lo es menos que, en muchas ocasiones, si queremos que algo funcione, que no se paralice, que no permanezca estancado, tenemos que ceder.
Eso no significar renunciar. Eso no significa transigir en las exigencias. Viene a decir que en el balance de lo conseguido, lo progresista es comprobar si se han producido avances o retrocesos con nuestra postura.
A lo largo de la Historia reciente hemos tenido numerosos casos de exigencias pero también de renuncias. Uno de los más paradigmáticos fue la Transición. Tan necesitada de estudio, ahora que podemos contar con la distancia prudencial en el tiempo. Tan denostada de manera precipitada o poco prudente ( por no decir, con escasa profundidad) por parte de algunos. Y tan endiosada por parte de otros, fundamentalmente sus protagonistas. Unos dicen que otro mundo fue posible. Otros que las circunstancias del momento no permitieron hacer lo que les hubiera ( insinúan) gustado.
Pero la verdad es que se bajaron los niveles de las exigencias y se subieron el de las renuncias. Es el momento de hacer un análisis de lo conseguido. De ver si mereció la pena.

Otro caso reciente fue la postura del PSOE ante la investidura del último Presidente del Gobierno español. Su decisión de abstenerse podría chocar con las exigencias de militantes y votantes. Sus órganos de decisión,  a través del Comité Federal, pensaron que lo mejor para todos es dejar que las instituciones funcionasen. Con el paso de los meses miles de compatriotas están viendo si esa posición fue la más correcta. Sería pretencioso por mi parte hacer un somero recorrido de los avances sociales y económicos conseguidos en gran medida gracias al papel que está desempeñando en la oposición el PSOE. El tiempo dará la razón. Frente al calor del momento, la frialdad y la lectura objetiva de los datos.

martes, 18 de abril de 2017

DERECHOS SOCIALES


A medida que cambia el tiempo supuestamente evolucionan las sociedades. Sin embargo, persisten problemas, que a fuerza de convivir con ellos, los damos por irresolubles o apenas ponemos más ímpetu en nuestras quejas que el lamento (salvo, eso sí, cuando nos afecta directa y personalmente).
Ahora son los refugiados los que inundan nuestras retinas. Una vez más revivimos imágenes de otros tiempos. Una vez más desenmascaramos fantasmas que pensábamos enterrados. Una vez más, tratamos de expiar nuestra responsabilidad buscando culpabilidades ajenas.
Quizás, el origen de este desaguisado está en que no sabemos, o no queremos, hacer cumplir las normas de convivencia de las que nos dotamos. Firmamos Tratados Internacionales cuando se terminan las guerras mundiales. Nos acogemos a Convenciones y acudimos a solemnes Conferencias, con multitud de países, donde proclamamos el establecimiento de nuevas formas de relación entre el norte y el sur, el este y el oeste. Todo en aras de la sostenibilidad del planeta, de la necesidad de supervivencia de la especie.
Para ello lo adornamos con la creación de Asociaciones raíces sectoriales: seguridad, alimentación, infancia, desplazados…. Pero lo fundamental, la pervivencia de los derechos, se vulnera una y otra vez.
Allí donde hay derechos debe haber obligaciones. Y esto es lo que parece que brilla por su ausencia, tanto en los países más desarrollados como en las capas sociales que podrían contribuir a paliar los desequilibrios.
¿Hay un límite a la hora de establecer la obligatoriedad del cumplimiento de un derecho social? En efecto, los derechos nacen, parafraseando la expresión que se le atribuye a Eva Perón, donde hay una necesidad.
Así pues, independientemente del lugar y/o del tiempo, cuando alguien precisa de la ayuda de un semejante puede y debe tener la mano tendida. Pero, claro, eso quedaría al albur de la voluntad. Yo prefiero la consolidación que dan las normas. Cuando se cumplen, evidentemente.


martes, 11 de abril de 2017

SOCIALISMO EN EL TIEMPO


Hace unos días nos hemos reunido en Caminomorisco un buen número de socialistas, de carnet y de corazón, para recordar nuestro papel a lo largo del tiempo. Para poner en común aquello que nos une y analizar lo que nos diferencia. Para sonreír ante las cosas buenas que hemos pasado juntos y dejar para el olvido los malos momentos.
Han aflorado sensaciones, razones, sentimientos y vivencias. Hemos aprendido de la Historia. Esa a la que llamamos maestra y de la que constantemente nos despreocupamos. Allí, reivindicamos el orgullo de ser socialistas.
Tenemos muchos referentes. Tenemos muchas similitudes en el resto de España. Tenemos nexos de unión con compañeras y compañeros de todos los lados. En esta ocasión homenajeamos la figura de Ramón Rubial. Ese socialista vasco y español que estuvo, tras pasar por la cárcel, exiliado por la Dictadura franquista en las Hurdes. Ese personaje que se fundió con los paisanos de una zona remota de la periferia. Alejada de los centros de decisión. Y donde volvió, ya en Democracia, en 1992, precisamente para volver a pasear por las calles de lo que fue su dorada prisión. Allí brotaron nuevamente sus recuerdos, especialmente los que tuvo con la gente mayor. Bonitas fotografías son el testimonio de aquellos instantes y ¡cuánto las hemos disfrutado!
Pero también quisimos mirar más atrás. A las formas de vida de los yunteros extremeños en la década de los años 30. A las condiciones miserables de supervivencia. Imágenes crueles que nos explican muchas cosas. Hacinamiento, pobreza, hambre, explotación…
Y en el medio compartimos mesa y opinión con las vivencias de los Secretarios Generales que tuvo la provincia de Cáceres desde 1977. Volvimos a tener  presente esas reuniones clandestinas, en ocasiones en las dependencias de una Iglesia placentina. Esas primeras Asambleas, campañas electorales, mítines, organización de estructuras locales,….Esa fuerza que da volver a encontrarte con la Libertad y con la Democracia.

Y así pasamos el tiempo. Con la bendita sensación de al terminar quedarnos con ganas de más. De seguir profundizando. De hablar de nosotros que viene a significar hablar de España. De sus gentes. De sus problemas e inquietudes. De sus logros y de sus frustraciones. Pronto volveremos.

martes, 4 de abril de 2017

EDUCACIÓN E HISTORIA


Hace unos días acudí a unas Jornadas de Historia de la Educación. Allí, nos juntamos poetas, escritores, profesores de Universidad, maestros, historiadores, filósofos… Durante una amplia doble sesión, de mañana y tarde, estuvimos compartiendo reflexiones sobre el reciente pasado de la educación en nuestro país.
Hablamos de maestros, del papel de la enseñanza. De la necesidad de dignificar su figura y de cómo todo esto no se puede llevar a cabo sin la implicación de la  política. Sí, la política.
A veces demandamos un Pacto de Estado y al mismo tiempo criticamos que el partidismo se inmiscuya en el mundo docente. Pero no somos conscientes de los inexorables puntos de unión entre la educación y la política.
La teoría es esencial, la necesidad de extraordinarios intelectuales que nos iluminen, también, la presencia de miles de vocaciones que la pongan en marcha, resulta crucial. Ahora bien, sin la presencia de la voluntad expresada en los Boletines Oficiales, en los Presupuesto, todo queda en el aire.
Así, nos pasó, hablamos de los impresionantes avances ocurridos durante parte del periodo republicano. En aquellos momentos se conjugaron todos los elementos que acabo de citar. Sin duda, lo que posibilitó pasar de la teoría a la acción fue el incremento brutal del Presupuesto dedicado a la educación. La dignificación de la figura del maestro al otorgarle un sueldo oficial y sobre todo al crearse un Plan de Estudios a través de las Escuelas Normales. A lo que se unió la creación de unas 27.000 escuelas. Todo junto posibilitó la lucha contra el cruel y elevadísimo porcentaje de analfabetismo. Además, habría que sumar todas estas condiciones a las penalidades que se pasaban en el mundo rural o en zonas periféricas, alejadas de los centros de decisión, como era Extremadura.

Y alguien preguntó, ¿ de todo esto qué se puede proyectar para el futuro?: la memoria de nuestros maestros hace que mantengamos vivo su legado. El olor, el tacto, de lo que algunos denominan “tesoros”, los libros, posibilita su crecimiento. La actualización al mundo que nos rodea de lo que ellos llamaron Misiones, junto con las Bibliotecas escolares y el impacto que tuvo en aquellos lugares más alejados de la cultura posibilitarán el resto. En definitiva la Historia, la Educación, la Política.