domingo, 31 de octubre de 2021

TRANSITAR

El pasado fin de semana el PSOE de Extremadura ha realizado su 13 Congreso Regional del PSOE. En este cónclave, además de elegir a su nueva Ejecutiva, reafirmar sus principios, diferenciar entre ideas e ideología…. ha encaminado sus pasos para transitar hacia la confirmación de la confianza de los extremeños en el trabajo que viene desarrollando durante muchos años. Porque como se dijo en más de una ocasión: “ la Historia de Extremadura es la Historia del PSOE”. Y por lo que al autor de estas líneas le afecta, enormemente satisfecho, dado que la Memoria Democrática, una labor que iniciamos en el PSOE extremeño hace ya varias legislaturas, se sigue situando como uno de los baluartes que nos rearma de fuerza y de pasión. A ello contribuye, sin duda, el excelente trabajo del equipo que me ha rodeado. Pasión por los demás. Pasión no sólo por recuperar otras vidas, otras vivencias, otras experiencias… si no también por proyectar ese caudal en el presente y el futuro que nos acontece. Para los próximos años seguiremos muy interesados por los temas y asuntos que tradicionalmente nos ocupan y preocupan, como son: la relación con las familias víctimas del franquismo, la colaboración con las instituciones en las políticas públicas de recuperación de restos de los represaliados, el fomento de la investigación y celebración de actos y Jornadas de contenido histórico y reivindicativo, el conocimiento del exilio…. Del mismo modo, ahora que todavía viven, debemos homenajear a nuestros militantes más veteranos. Tenemos también que valorar el enorme mérito que suponen las Casas del Pueblo que se han mantenido muchas durante un largo periodo. Algunas ya centenarias. Pero además queremos prestarle especial atención a la profundización en el estudio del papel desempeñado por los extremeños en la Transición y singularmente por las mujeres, que desempeñaron una labor muy desconocida como concejalas, alcaldesas o primeras diputadas en aquel periodo de nuestra historia reciente. Finalmente estamos empeñados en unir a la Memoria Democrática nuestro pasado más sangriento. Nuestros antecedentes más tristes. El horror que supuso el terrorismo que causó muchas pérdidas humanas entre nuestros paisanos. Entendemos que una de las vías para superar este tipo de conflictos que deterioran, que rompen gravemente nuestra convivencia, es la educación. Tenemos que saber qué pasó. Tenemos que cuestionar el por qué y tenemos que seguir condenando unos hechos que, en este caso, no tienen matices: fueron una sinrazón.

lunes, 25 de octubre de 2021

PROCLIVIDAD

Hay determinadas personas y colectivos que tienen, de manera habitual, tendencia a lo negativo. Si se produce cualquier avance, no ponen el acento en el acierto, si no en la insatisfacción que les queda. Sucede a ambos lados del espectro. Pondremos algunos ejemplos. Cuanto más te vas a la izquierda, sobre todo en políticas fundamentalmente sociales, las cuales, sea la medida que sea, siempre las considerarán insuficientes. Dicho de manera coloquial, si tú les das 2 te piden 4. En la derecha, la oposición se pone por principio y el foco es colocado con adjetivos como inoportunidad o en el hecho de que, para ellos, siempre existen otras prioridades que cubrir. Algo similar ocurre con los resultados electorales ( de cualquier tipo de elección). En estos casos la línea a seguir consiste en poner “peros” aludiendo a todo tipo de motivos excusatorios para los ganadores. Cosa similar sucede con los nombramientos. Este perfil de personas o de organizaciones no se alegran ( incluso ni siquiera se muestran indiferentes) ante los logros de un paisano. Al contrario, centran sus ataques y críticas en lo que supuestamente va a dejar de hacer al ocupar su nuevo cargo. Eso si no dudan de su preparación o el merecimiento para ocuparlo. Por tanto, se gastan muchas energías en la teoría de aquel entrenador de fútbol ( Louis Van Gaal) que solía repetir “¡ siempre negativo, nunca positivo! Prefiero que se me tache de excesivamente optimista (“ siempre positivo”). Ya habrá tiempo de penar. Ya habrá tiempo de evitarlo o mitigarlo. ¿Qué necesidad tenemos de mostrar siempre la peor cara? Se puede ser reivindicativos, además de críticos, sin necesidad de las malas formas. También, como hemos comentado en otras ocasiones, hay matices. Toda una gama de grises entre el blanco y el negro. No podemos consentir que el derrotismo sea la guía de nuestros pasos. Si diseñamos una agenda de actuaciones. Si calificamos los hechos de los que nos rodean. Si analizamos los acontecimientos que, día a día se producen… Entonces no podemos caer en la imagen penosa, doliente, quejosa sin alternativas, de estar continuamente alegando que todo es un desastre y que nadie puede remediarlo.

viernes, 22 de octubre de 2021

HUMANISMO

El pasado viernes, 8 de octubre, tuve el honor de intervenir en el Centro Universitario Santa Ana de Almendralejo en la presentación de unas Jornadas sobre Humanismo Extremeño. En primer lugar, me llamó la atención, al margen de la alta calidad de los ponentes, la extraordinaria organización que habían preparado, la anfitriona, la Doctora Carmen Fernández-Daza, así como el alma mater de este evento, el doctor Emilio Monjo. Una dosis más cualitativa la daba la presencia de la Real Academia de las Letras y las Artes. Allí les recordaba la importancia de tener en cuenta los antecedentes históricos del humanismo. Seguro estaba de que en las próximas horas se oirían los ecos de Maquiavelo, Ockam, Thomas More o Luis Vives. Y muy lejos no andarían nuestros paisanos extremeños Arias Montano, Cipriano de Valera o Casiodoro de Reina. Por cierto, desde la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta de Extremadura, se están ultimando los trabajos para la publicación de un texto de Casiodoro ( una selección de la denominada Biblia del Oso). Un autor que, por otra parte, fue objeto de una interesante propuesta en la Asamblea hace unos meses. En todos ellos estarían presentes el concepto que guió sus pasos: combatir contra el fanatismo e intentar que todos los actos fuesen guiados por la razón. Sin embargo, quizás tendrá mucha más relevancia el debate en torno al valor de la tolerancia en época de persecuciones, odios e intransigencias. Parece que nos vamos al siglo XVI, pero no podemos obviar que muchas de las circunstancias que entonces se vivieron, tienen similitudes con episodios actuales. Hoy en día convivimos con la intolerancia, con el odio y con la intransigencia. No respetamos al “otro”. Al diferente al que piensa, viste, se comporta de forma distinta a la que la cultura predominante, que no convencional, quiere imponer en cada momento. Así pues, debemos profundizar en el compromiso como se dejó patente en Almendralejo con las libertades. Con la unión y colaboración entre culturas. Con el mestizaje. Por eso son muy necesarios estos espacios de encuentro intelectual. Porque, parafraseando al director de la Editora Regional, Luis Sáez, las instituciones escuchan y en la medida de lo posible funcionan. Aunque como dirían los humanistas, la Reforma siempre está en el horizonte.

domingo, 10 de octubre de 2021

JUSTICIA EQUITATIVA

Leyendo a mi siempre admirado, el profesor Enrique Moradiellos, sacó una conclusión que, al margen de las diferencias entre la manera de entender la Memoria y la Historia ( y en las que también podemos coincidir), me sirve para actualizar temas no meramente referidos a la represión durante y después de la guerra civil que padeció España entre 1936 y 1939. Quisiera hacer hincapié en el concepto de justicia equitativa. Ahora que vuelve a resurgir, con el debate de la nueva Ley de Memoria Histórica, la necesidad de que las exhumaciones de fosas sean una política de Estado, es preciso insistir en que no es meramente parte de un relato. Hubo parcialidad en su momento para honrar a determinadas víctimas. Para silenciar su destino. Para evitar incluso que se haga público su funesto final. Para los que desconozcan el procedimiento, existió la denominada Causa Nacional, que recogió todas las muertes acontecidas en el bando franquista. Las honró. Recuperó sus restos. Y fueron objeto de todo tipo de homenajes y exaltación pública durante varias décadas. Sin embargo, las familias de los caídos en el llamado bando republicano no tuvieron esa oportunidad. Incluso en muchas ocasiones no pudieron ni siquiera señalar que habían fallecido sus personas más queridas. Estaba negado reconocer el derecho a su Memoria. Prácticamente se anulaba su existencia. Por eso nos referimos a que no hubo una justicia equitativa. Y además porque para avanzar como sociedad en todos los ámbitos ( y podemos aplicarlos a otros momentos, a otras circunstancias, a otros asuntos), es preciso que seamos capaces de condenar los excesos propios. La función de la Historia es contar la Verdad. La justificación, la interpretación, la simulación de hechos, es propio de otras disciplinas. A veces nos puede la ideología. Pero lo honesto, lo profesional, es conseguir que las experiencias pasadas, por muy traumáticas que puedan resultarnos desde el punto de vista emocional, sean narradas, para así poder trascender. Siempre se ha aludido a la función magistral de la Historia. Sin embargo, a la hora de la verdad, nos encontramos con algunos supuestos historiadores que confunden su actividad con la de un propagandista, en el mejor de los casos, cuando no un simple fabulador que trata de impartir doctrina, de fabular ( que no revisionar, ese es otro debate que excede el espacio de este artículo), en lugar de mostrar hechos. No podemos, como ya han citado otros autores, jugar con el silencio.

domingo, 3 de octubre de 2021

PREDECIBILIDAD

Todos conocemos a personas que utilizan argumentos que según nos los van comentando sabemos dónde nos van a conducir. Asimismo, por mor de la repetición, nos percatamos que la credibilidad del emisor se conjuga con la del mensaje. Es decir, vemos en las redes sociales, escuchamos conversaciones, incluso llegamos a leerlos tanto en soportes digitales como en papel, y cada vez con más frecuencia, nos sucede como con un mal libro, una aburrida película o una canción que no nos gusta: dejamos de prestar atención, cuando no cambiamos y desconectamos o nos ponemos a hacer cualquier otra cosa. Es a lo que me refiero cuando aludo al concepto de predecibilidad. Habría que exigir algo más de esfuerzo a determinado interlocutores. Habría que pedirles que piensen en los demás. Que hay más vida alrededor de ese mundo imaginario que han construido. Es cierto que somos consecuencias ( en algún otro artículo ya lo he mencionado) de nuestros actos. Y por esa misma razón, se podría deducir, que en muchas ocasiones ya sabemos donde van a conducir muchas de nuestras acciones. El problema se deriva cuando uno trata de aparentar en el mejor de los casos, (cuando no se lo cree de verdad), que es algo que el resto no somos conscientes de ver. Algo parecido al cuento del rey que se paseaba desnudo… Esta manera de simplificar que ocasiona el hecho de no ser capaces de profundizar en las tareas que emprendemos. De perseguir sólo mostrar y no insistir en el detalle. De creer que meramente con que se vislumbre que lo intentas o que lo enseñas ya no tienes más trabajo que hacer. Por todo ello, es necesario equivocarnos. Corregirnos. Variar de rumbo cuando no es el correcto. Aprender de los demás. Se es más sabio cuanto más caudal de información, de experiencias de vida logras hacer tuyo. Nunca es tarde para un abrazo. Nunca es tarde para tender la mano incluso cuando pensabas que no iba a ser posible. Permitamos que sea primero el análisis, el estudio sosegado de cada una de nuestras actuaciones. El contraste entre pros y contras. En definitiva, y como nos enseñaron en la Facultad: formular una síntesis a base de confrontar a sus contrarios o bien en función de resumir un conjunto de elementos.

domingo, 19 de septiembre de 2021

BEBÉS ROBADOS

Esta semana hemos aprobado y leído en el Pleno de la Asamblea de Extremadura una Declaración Institucional sobre los bebés robados. A algunos les puede parecer que estamos hablando de un tema que se hunde en un pasado muy remoto y del que parece que volvemos, una y otra vez, identificándolo con los “ viejos asuntos de la Dictadura franquista” y que por lo tanto, poco tienen que ver con la actual Democracia de la que disfrutamos. Es verdad que el origen de estos crímenes fue el tráfico de niñas y niños que se inició en la década de los 40 del siglo XX, como medida de represión política, cuando a las mujeres republicanas les arrebataron sus hijos. Del mismo modo es cierto, que lo que se inició como un método de represión, continuó como un lucrativo negocio. Los bebes se robaban para venderse. Pero también es un craso error identificarlo solamente con esa tenebrosa época. Nos estamos refiriendo a un asunto, todavía irresuelto, con múltiples trabas para facilitar información y que, si bien es cierto, que se gestó amparado en las crueldades de poderes intocables en aquellos momentos del franquismo, no lo es menos, que continuó funcionando sin dificultades, varios años con una Transición en marcha y luego con una Democracia funcionando. Siguen siendo muchas familias, como hemos recordado en varias ocasiones, las que manifiestan su confusión, cuando no su repulsa, al desconocer, en el mejor de los casos, el origen y/o el destino de sus familiares directos. Han escuchado en sus casas, a veces han soportado el dolor de la duda, de la sospecha, del rumor de una hermana o una hija desaparecida, robada, entregada sin su consentimiento e incluso bajo su ignorancia. En la actualidad en el Congreso de los Diputados está registrada una Proposición de Ley que tiene que conseguir afianzar los derechos de las víctimas, del pasado y del presente, de las que ya no están y de las que todavía buscan reencontrarse con sus familias o recuperar su identidad. Y ese es nuestro objetivo, impulsar a los legisladores para que, ya que ha pasado tanto tiempo, no permanezca fuera de sus agendas, una cuestión por la que tantas Asociaciones, Partidos, colectivos sociales… han mostrado su acuerdo en buscarle una salida y en manifestar su apoyo. Son numerosos los motivos, son numerosas las razones, por las que, una deuda más de esta Democracia con parte de su sociedad, deba ser saldada. Se lo seguimos debiendo. ¡Cuántas lágrimas derramadas! ¡Cuánto silencio!

domingo, 5 de septiembre de 2021

COMPROMISOS

Como todos los veranos, en realidad, como en cada lapso de tiempo que queramos medir, se suceden una serie de acontecimientos ante lo cuales se suelen producir, cuanto menos reacciones inmediatas, proyecciones de intenciones, denuncias o exaltaciones de ánimo que con el tiempo o se suavizan o se van diluyendo acaparados por nuevos titulares. Pero de lo que nada cabe la menor duda es sobre la responsabilidad, no solamente de los servidores públicos, sino también de Asociaciones, colectivos y en muchas ocasiones de la ciudadanía en general. Disfrutando de un tiempo mayoritariamente de descanso y como se tiende a precisar, de desconexión, sería propicio para que nos inhibiéramos, para que dejáramos las preocupaciones para nuestras vueltas a las rutinas o para que egoístamente pensemos en clave individual. Sin embargo, no es lo que, afortunadamente ( siempre hay excepciones), se ha producido: hemos tenido catástrofes naturales, incendios, inundaciones, crisis internacionales como la de Afganistán, búsqueda de soluciones a los menores de los países vecinos del Sur que atravesaban nuestras fronteras… y ahí hemos procurado estar, atendiendo sus reivindicaciones, colmándonos de solidaridad, interesándonos por otras vidas muy diferentes a las nuestras, viendo en muchos rostros la imagen de gente que no ha tenido la fortuna de nacer donde nosotros. Comprometiéndonos. Eso sí, muchos han huido de sus obligaciones ( ahora que tanto se habla de derechos y de libertad) y han mirado a otro lado ante la gran desgracia que padecemos en los últimos meses con la pandemia del COVID-19. Ha sido lamentable ver como cientos, miles de vándalos, una y otra vez desoían el cumplimiento de las mínimas normas que hemos tenido que asumir y que ir acostumbrándonos a adoptar por el interés general. En lugar de eso, se ha encontrado una nueva diversión para, fundamentalmente algunos jóvenes, dedicar sus noches de estío a enfrentarse a las fuerzas de seguridad, destrozar el mobiliario público, concentrarse masivamente y sin ningún tipo de medida de contención, en un puro alarde de confrontación. Es esa minoría ruidosa que rompe estadísticas. Que ahora se muestra exhibiendo una falsa rebeldía detrás, en numerosos casos, de una vida cómoda. Que luego se lamenta cuando las consecuencias de su afrenta le tocan directamente. No mancharán el reto que nos hemos puesto: luchar contra todo aquello que se desvía del progreso. Hoy contra la COVID-19. Ayer y siempre contra cualquier acontecimiento o asunto que nos deshumanice. Ante eso, sólo cabe comprometerse.

domingo, 25 de julio de 2021

LACERADO

Tristes, infelices, con bajo estado de ánimo, lacerados… así nos encontramos las personas de bien cuando escuchamos declaraciones de la derecha defendiendo la presunta culpabilidad de un régimen democrático, como fue la Segunda República, en el inicio del desgraciado conflicto entre españoles que fue la guerra civil. Señalando el comienzo del episodio bélico no fue un golpe de Estado. Justificando la iniciativa. Revisando la Historia. Y lo peor de todo, el silencio cómplice de los dirigentes del PP que no tuvieron el sentido común, ni siquiera, de matizar tan lamentables declaraciones en un espacio público y ante los medios de comunicación. Lo cual representa un altavoz y un aldabonazo que corrobora o afirma el despropósito. Por todo ello cobra mayor significado el hecho de que se haya aprobado el Proyecto de una nueva Ley de Memoria Democrática. Un texto que amplía, pone al día y supera algunas limitaciones de la actual Ley en vigor. Del mismo modo supone una coordinación con las cada vez más numerosas normas autonómicas aprobadas por los Parlamentos regionales en los últimos años. Porque, como se cita en su argumentario, el olvido no es una opción en Democracia. Porque tenemos que poner en su justo término el catálogo y la consideración de las víctimas de la represión y de la Dictadura franquista. Porque, de nuevo, es importante rescatar de la deliberada amnesia el papel que tuvieron las mujeres en todo este desgraciado proceso que supuso el poder sacar adelante multitud de familias señaladas por el oprobioso régimen durante más de 40 años. Y además porque todo esto no podemos dejarlo en manos del generoso voluntarismo o del extraordinario papel que han venido desempeñando Asociaciones Memorialistas y ONGs. Tiene que ser una política de Estado. Las Administraciones públicas deben hacerse responsables y ejecutoras para que ni un solo español siga yaciendo en una cuneta o en el fondo de una mina. Y para los historiadores resulta fundamental que se proteja el acerbo documental y el depósito archivístico. Un elevado número de expedientes que paulatinamente tienen que ser de acceso generalizado para cualquier investigador o incluso para cualquier persona que tenga necesidad o interés en consultarlo. Finalmente no quería obviar que detrás de todo estamos hablando de Derechos Humanos. Estamos hablando de la imperiosa actitud de consolidar las garantías de no repetición. Estamos hablando, en definitiva, de no permitir que sigan en los espacios públicos una simbología que exalta las Dictaduras y que, como mínimo, precisa de una adecuada resignificación.

domingo, 18 de julio de 2021

INDOLENTE

Con el paso del tiempo quieren dirigirnos la opinión para hacernos ver que nos hemos acostumbrado a no conmovernos. A no sentir nada especial frente, por ejemplo, a grandes catástrofes o como citaré a continuación, a situaciones que afectan a los demás, pero que, por muy desagradables que sean, no nos tocan de cerca. A veces esa indolencia se altera porque conocemos, aunque sea de manera muy indirecta, algún caso similar. Otras, preferimos colaborar en oleadas de campañas de caridad o de solidaridad colectiva y temporal que hacen que, por momentos, nuestras conciencias se reblandezcan. Parece que lo dejamos todo en manos de los profesionales o de los técnicos. Como en tantos ámbitos de la vida contemporánea, la ideología, en estos casos los derechos humanos, también tienen su cuota de burocracia y su parcela definida desde las Administraciones públicas. Así, unas veces con mas fortuna o sensibilización, de acuerdo con el lugar del espectro desde el que se gobierna, se pone más o menos el acento en minimizar las consecuencias o en atajar las causas. Una vez más la pugna entre el liberalismo individualista y la socialdemocracia que procura la acción de un Estado benefactor y redistribuidor o al menos corrector de desequilibrios. Llegados a este momento quería lanzar un aviso de que la política también se puede hacer desde los consensos. Desde las cesiones. Desde el reconocimiento al trabajo de los demás. Así sucede en ocasiones en los Parlamentos. Lejos del ruido, que es lo que queda como noticia la mayoría de las veces, se aprueban, bien por unanimidad de todos los grupos con representación parlamentaria o bien por acuerdos de diferentes fuerzas, propuestas, declaraciones, iniciativas... Es la muestra de que somos capaces de ponernos de acuerdo. No es una excepción como suele transmitirse hacia fuera. Somos capaces, además, de escuchar las demandas de la sociedad civil organizada de manera usual. Somos capaces, en definitiva, de aportar matices, de enriquecer textos, de debatir de manera puntual algunas cuestiones, pero sin trazar finalmente líneas rojas que hicieran peligrar acciones común. Pese a que no siempre sea así, o al menos en todas las posibilidades deseables. Por todas estas razones, a base de trabajo y de esfuerzo, es motivador corroborar que si se quiere, se puede. Hay acciones que, pese a que mayoritariamente no se consideren prioritarias, forman el alma de lo que debe ser un servidor público: despojarnos del yo, pensando y poniéndonos en el lugar de los otros.

domingo, 11 de julio de 2021

COHIBIDO

Ahora que volvemos a encontrarnos en multitud de actos sociales. Volvemos a los encuentros presenciales ( si bien mantenemos las actividades virtuales, que como se ha insistido últimamente, han llegado a nuestras vidas para quedarse y aumentar su frecuencia). Asistimos a celebraciones, convocatorias, espectáculos… es entonces cuando nos encontramos de nuevo con actuaciones en las que la duda, en determinados perfiles personales hace que te mantengas más callado que cuando te refugias en las redes o tras la cámara de una pantalla. Cierto es, que somos muy dados a hablar de todo. A simular especializarnos en cada tema que se aborde y perorar acerca de cada cuestión que se plantea. Por eso, vemos que cuando estamos cara a cara, otra vez se reproducen, en mayor número de lo habitual, actitudes reservadas, el miedo al ridículo ( no siempre, pues se escucha cada cosa, cuando se pierden los complejos…), el no ser tú el que tengas siempre la última palabra. Cohibidos ante aquello en lo que no podemos mostrar nuestras habilidades. Donde no podemos aportar nuevos puntos de vista. Donde ni siquiera enriquecemos los debates, sino que tan sólo ganamos tiempo, que no notoriedad. Prefiero hablar en aquellos momentos donde tu visión de la realidad aporta novedades. Rebate argumentos. Despeja incertidumbres. O incluso genera nuevos interrogantes. Hace años se denominaba a estas tipologías que no se constriñen, que no se callan, que no evaden ningún tratamiento de asuntos de actualidad, como charlatanes. Peyorativamente a algunos tertulianos de medios de comunicación se les encasilló en esa categoría. Hoy, tras tanto tiempo en casa, refugiados de las reuniones frente a frente, con la ausencia del calor físico próximo, tenemos la oportunidad de recuperar el valor de la palabra en su máximo esplendor. Es decir, utilizarlas cuando y como sea necesario y preciso. Evitemos las sobreactuaciones. Huyamos de la farsa. Introduzcamos el silencio en muchas de nuestras apariciones como síntoma del deseo perenne de aprender. De asimilar. De captar lo mejor que nos pueden ofrecer nuestros compañeros de auditorio o simplemente de mesa. Hay momentos en los que estar cohibido no es sinónimo de debilidad ni de ausencia de controversia. Es el turno de saber escuchar para poder transmitir lo oído en muchos otros lugares.

domingo, 20 de junio de 2021

PRIMAVERA CULTURAL

Resulta una redundancia, al menos en nuestra Comunidad, unir estos dos conceptos: Primavera y Cultura. Pero este año había especialmente muchas ganas de volver a disfrutar con eventos de todo tipo. Con sentir el pálpito de calles, plazas, auditorios, escenarios móviles…. En definitiva por recuperar el tiempo añorado, que nunca perdido. Es el momento de poner de nuevo de manifiesto el agradecimiento a los promotores de las Ferias del Libro, de los Festivales de Teatro, de los organizadores de Certámenes literarios. Del mismo modo no podemos olvidarnos del fiel público que acude a conciertos, conferencias, rutas culturales… Es decir, los protagonistas del hecho de convertir la pasión por la lectura, el aprendizaje de la escucha del que enseña o muestra, el aplauso a los creadores. Es el instante en el que se produce el caldo de cultivo preciso para incentivar, para plantar la semilla en los estudiantes que acaban el curso, en la gente que tiene inquietudes, en el personal que busca enriquecer y dar mayor contenido a sus vidas alejándolas de la rutina. Son inversiones donde la mente visionaria une primavera con cultura en nuestra tierra. Ocupación y descanso. También recuperación de lo que casi nos han llegado a parecer añejas costumbres. Es también el preludio del verano. De nuevo volveremos a contar con días muy largos donde la música, la escena, la diversión en su completo sentido nos distrae y nos ayuda a luchar contra la abulia. Es la luz y su contrapartida, la noche, así como el disponer de mayor tiempo libre lo que nos hace sacar el máximo rendimiento a las horas. Por eso las excelentes expectativas: ¡ sólo hay que ver la cara de la gente que acude a los eventos! Nos muestran que había, reitero ganas. De ahí las repercusiones que cada actividad están teniendo en medios de comunicación y en redes sociales. Es una enorme alegría poder contribuir, poder formar parte, poder continuar el camino que ha venido definiendo a nuestra región en estas fechas. Cultura, en su más genuino sentido.

domingo, 13 de junio de 2021

CUMPLIR LA LEY

En el último Pleno de la Asamblea de Extremadura nos encontramos con unas actuaciones, no por sorprendentes menos llamativas. Se trataba de una apelación de las dos derechas: el Partido Popular y Ciudadanos a no cumplir la Ley. No es menos cierto que el PP en su momento se había pronunciado en contra de la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura, pero ese hecho no exime de su cumplimiento una vez aprobada. Ya saben ustedes, si una Ley no les agrada existen mecanismos para derogarla: presenten esa medida en su Programa electoral y sobre todo si llegan al Gobierno eliminen la Norma ( todo lo contrario de lo que sucedió en la etapa de M.Rajoy: eso sí la vaciaron de contenido al no dotarla presupuestariamente. Por eso insisto, me pareció de una irresponsabilidad mayúscula el llamamiento que se hizo a que no se implementaran los contenidos sobre valores democráticos en el curriculum educativo extremeño. Al parecer no les gustaba que el alumnado de Extremadura sepa diferenciar una Dictadura de una Democracia. Pueda valorar la importancia que tuvo la presencia de las primeras mujeres en la vida pública. Aprendan a ser tolerantes con los que no piensan igual que ellos. Sean conscientes de lo necesario que, en unos momentos donde los brotes de intransigencia surgen con cada vez mayor frecuencia, seamos respetuosos y asimilemos que el pluripartidismo es una riqueza en la lucha contra el pensamiento único. De eso trataba el debate que las derechas quisieron obstaculizar y lo que más me incomodó, fue la falta de confianza en nuestro profesorado. Intuían que iban a adoctrinar. No se fiaban de la libertad de cátedra, de su formación ni de sus competencias. En definitiva, despropósito tras despropósito. Y es queríamos denunciar que ante el avance en muchos países europeos de organizaciones que niegan o tergiversan los hechos históricos, como el Holocausto judío, la brutalidad del fascismo y, en España, la dictadura y represión contra quienes defendían las libertades y derechos democráticos, es preciso que los sistemas educativos, incluyan en sus currículos escolares contenidos sobre la memoria democrática, desde una perspectiva crítica que eduque con rigor sobre el conocimiento del pasado, los valores constitucionales y el amplio recorrido que tiene en España la defensa y conquista de los Derechos Humanos. Con la llegada de la Democracia, el principal objetivo debe caracterizarse por convertir a la educación en un instrumento de desarrollo. Para algunos autores, la relación entre educación y contexto social condiciona su evolución, considerando a hombres y mujeres educados en colectividad hijos de su tiempo y de su medio. Por estas razones no nos cansaremos nunca de reivindicar la necesidad de educación en valores democráticos que tanta falta hacen. Escuchen, lean, miren las noticias y se percatarán de ello.

domingo, 6 de junio de 2021

IMPUDICIA

Pues sí, aunque parezca mentira es precisamente la gente que debería estar más tranquila, serena, dispuesta a aprender, la que habitualmente se pronuncia, sin falta de pudor ni recato. Sin complejos. Llama la atención leer, escuchar un programa en la radio, ver la televisión, asistir a una tertulia… y percatarte de que el tono altisonante, la agresividad, el ruido, ha sustituido a la formación, la mesura, la argumentación. Quizás la clave vuelva a estar en la educación. Se añora recordar las enseñanzas de los maestros que nos marcaron. Las lecturas de los autores que tanto nos enseñaron. Las visiones de la vida de aquellos personajes a los que admirábamos y que vuelven una y otra vez a nuestras retinas. Quiero pensar que este falso atrevimiento, algunos opinan que esconde una sustancial timidez o miedo al ridículo, será pasajero. Que como todo en la historia estamos ante un proceso cíclico. Que pronto volveremos a actualizarnos poniendo las cosas en su sitio: en definitiva, no hablamos tan solo de respeto, hablamos quizás aún más de hacer valer el proceso enseñanza-aprendizaje y ponerlo en funcionamiento en la práctica para cualquier situación que nos rodea. De eso se trata. De que lo hemos conseguido asimilar con el paso del tiempo sirva para algo. La realidad nos pone a prueba. No todos estamos capacitados para todas las cosas. Cada uno ha adquirido con la práctica y el empeño una serie de habilidades y capacidades que hacen que nos diferenciemos. Sin embargo, todavía es habitual observar como hay algunos que no es que quieran saber de todo. Es que quieren saber, o supuestamente demostrar, que saben más que cualquiera que les rodea. Y ahí es cuando nos referimos a la impudicia. A esa falta de recato o de pudor a la que hacíamos alusión en el comienzo de este artículo. En muchas ocasiones he escuchado que el mejor líder es aquel que es capaz de rodearse de gente que puede enseñarle algo. Que, en román paladino, sabe más que él de determinados asuntos. No siempre es fácil asimilar que es mejor estar callado que tener que pasar por el escarnio de que, una vez que no estás presente, se ponen en evidencia las múltiples carencias. A eso también se le podría llamar humildad. Pero ese es otro déficit del que podríamos hablar en otra ocasión.

martes, 1 de junio de 2021

SUTIL

En esa fina línea que diferencia el espectáculo de lo que en realidad es útil, surge el interrogante sobre lo que de verdad quiere la gente ver en nuestros representantes públicos. En primer lugar, no creo que nos quieran ver con cara perenne de enfadados. Si bien, por otro lado, es cierto, que la moderación parece, en términos mercantilistas, no vender. Así, nos encontramos en muchas ocasiones con algo parecido a un concurso para comprobar quién es más ingenioso. Se trata de reírnos las gracias y de aplaudir el tono agresivo. Gana quien machaca. A veces, se llega a rebajar tanto el nivel no sólo para que la mayoría de la gente nos comprenda, sino para que tampoco deba esforzarse en comprendernos. Es el elogio de lo simple. La cultura del no leer. Ni tampoco escuchar ni ver. En este sentido alguien me confesaba que no tenía tiempo para ver los vídeos que se comparten y que por lo tanto, sugería hacerlos lo más breves posibles. No se te ocurra profundizar que el personal desconecta. Claro que no podemos generalizar. Y son muchos los políticos preparados, respetuosos, bien hablados, informados, trabajadores… pero también los hay que se dedican habitualmente a mostrarnos una edificante imagen como la de golpear como hooligans sus escaños. Muchos han invertido buena parte de su vida en formarse en temas relacionados con la vida pública. Algunos desde jóvenes, partiendo prácticamente de cero han llegado, con su continuo empeño, a ocupar grandes puestos de responsabilidad. Otros han traslado sus buenas prácticas de la calle, de su trabajo, de sus relaciones al entorno político. Sin embargo, me da la sensación de que deberíamos esforzarnos más para conseguir no despreciar la inteligencia. No me estoy refiriendo a buscar en exclusiva la excelencia o a reducir los espacios públicos a una élite. Valorar la entrega, la dedicación, la capacidad… no es incompatible con recuperar para la política a los líderes de sus ámbitos profesionales: médicos, eminentes juristas, profesores, artistas y gente de la cultura, dirigentes vecinales… En lenguaje coloquial “ lo mejor de cada casa”. Todos ellos deberían tener cabida en puestos relevantes. Habría que preguntarse por qué no están. Pero eso sería objeto de una disquisición mayor. Queremos volver a verlos.

lunes, 24 de mayo de 2021

90 ANIVERSARIO

La Segunda República nació en una coyuntura internacional caracterizada por la depresión económica. La modernización de las estructuras político-administrativas del país, como nos indica el catedrático de Historia contemporánea de la Universidad de Extremadura, Fernando Sánchez Marroyo, no pudo plantearse en peor momento. Estos deseos de cambio social, de regeneración, llevaron a enfrentamiento con los ancestrales intereses oligárquicos. El nuevo régimen debió hacer frente a graves problemas, todos acuciantes. La cuestión agraria determinada por la existencia de grandes masas de campesinos sin tierras; el excesivo protagonismo de la Iglesia en la vida social y política del país; la larga tradición intervencionista del Ejército en la vida pública y las reclamaciones descentralizadoras de raíz nacionalista surgidas en las zonas más dinámicas de España eran aspectos de tan urgente abordaje como incierto porvenir. Por eso cobran especial significado los enormes logros alcanzados en apenas 5 años de aprendizaje democrático. Y por eso es necesario impulsar actos, tanto institucionales como académicos que contribuyan al conocimiento más preciso de lo que supuso esa parte tan importante de nuestra reciente Historia. Por cierto, es conveniente resaltar que en Extremadura vamos a celebrar de manera muy conveniente este aniversario. De hecho se está organizando y dirigido por el catedrático de la UEX, el profesor Julián Chaves, en Cáceres un Congreso de carácter nacional, auspiciado por la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y donde, esperemos encontrarnos a los mejores especialistas en la materia. Seguro que nos dan, aún más luz en este sentido. Conociendo la situación en la que se desenvolvía la realidad de España, hay que señalar que la Segunda República, sí estuvo impregnada de grandes dosis de realismo o posibilismo. Sí podemos afirmar que no hubo impremeditación. Ahora comprendemos el elevado número de razones que demandaban los cambios. La Segunda República advino, pues, rodeada de un conjunto de antecedentes que facilitaron su puesta en marcha. Rápidamente nos encontramos ante un feliz nuevo escenario. Sin apenas incidentes, y en medio del júbilo general, la sociedad española estrenó, el 14 de abril de 1931, una nueva fórmula de convivencia, esta vez auténticamente democrática. De ahí la necesidad de emprender numerosas reformas de todo tipo. El aprendizaje democrático, más en un curso tan acelerado como fueron los años republicanos, fue duro e intensivo. En su haber tenemos el adelanto en bienestar social que se alcanzó en muy poco tiempo: creación de escuelas, realización de obras públicas, extensión de la Sanidad Pública y proliferación de actividades culturales para toda la población ( sirvan como muestra las Misiones Pedagógicas, cuyo mejor ejemplo lo podemos observar en el Museo de Navas del Madroño)…en su debe, el hecho de que, por circunstancias muy ajenas a su voluntad, se viera truncado un proyecto que generó tantas adhesiones y que se vio plagado de una ingente cantidad de obstáculos por todas partes. Y aquí, como señalábamos en nuestro último artículo, cuando quieran debatimos sobre el concepto de Libertad.

domingo, 16 de mayo de 2021

LIBERTAD

Pasados unos días de las elecciones celebradas en Madrid y con los innumerables comentarios, de todo tipo, suscitados en torno a las estrategias y mensajes de campaña, voy a tratar de dar mi opinión. Y lo haré como historiador, intentando buscar causas y consecuencias. Pero no se alarmen, soy consciente de que hago un análisis enormemente subjetivo, por lo que, comprendo que pueda haber otras visiones diferentes de una misma realidad. En principio parece que entra en contradicción la defensa de la presunta libertad con la del otorgado orden constitucional. Y lo digo, porque da la sensación que antes que la preservación del cumplimiento de las leyes ( prueba de ello lo hemos vivido en el desastre de las concentraciones padecidas el pasado fin de semana en algunas ciudades a partir de las 12 de la noche. Denominado, para unos caos y para otros libertinaje). Y lo digo también porque supuestamente se prioriza en estos casos la economía a la salud. Y lo digo también porque podemos estar asistiendo a una serie de influencias externas en los resultados electorales donde se han penalizado las políticas responsables del Gobierno de España, orgulloso de realizarlas, pese a que le haya costado una gran merma en réditos electorales. Asimismo, hay gran coincidencia en la importancia que ha tenido la obsesión por determinados líderes ( que le ha supuesto su dimisión inmediata) y que ha supuesto una política determinada por la confrontación, mientras que paradójicamente se aludía a la concordia. Como consecuencias tenemos dos años por delante. Mucho tiempo todavía. Basta ver cómo en unas semanas, por ejemplo, se ha dilapidado todo el caudal acumulado por Ciudadanos. Y luego están los discursos. Más que victoria de los ganadores, hemos escuchado alegría por la derrota de sus adversarios. Por no hablar de las celebraciones. Una copia de lo que viviríamos unos días después. Tanto respeto a las normas y han vuelto a hacerlo: multitudes juntas, bailando pegados, arremolinados… En definitiva se ha impulsado la defensa de las libertades individuales frente a las colectivas. Este año se celebra la conmemoración del 90 aniversario de la proclamación de la Segunda República. Una experiencia de aprendizaje democrático que se truncó. Ahí sí que merecería la pena hablar de lo que nos costó la ausencia de libertad.

domingo, 9 de mayo de 2021

PRURITO

Afortunadamente mi trabajo me permite reunirme con muchos colectivos y personas de variada índole, tanto por las cuestiones a las que se dedican, como por su procedencia, edad, características sociales, culturales, o económicas… Esta semana he podido comprobar cómo se ponía en práctica ese deseo, a veces excesivo, de hacer las cosas bien, lo que se viene a denominar como prurito. Además, a diferencia de otras ocasiones, la reunión se ha producido en “casa” de los solicitantes, lo que añadía un plus de gratitud, pues siempre me ha resultado positivo conocer dónde se desenvuelve la organización de las actividades de aquellos que deciden formar parte de sociedades, colectivos, emprendedores… Otro elemento a favor fue que, como ya he comentado en alguna otra situación, rodearte de jóvenes, a veces, consigue imbuirte de su energía y contagiarte de su atrevimiento o impulso a la hora de proponer actuaciones. Como se pueden ustedes imaginar, la reunión a la que hago referencia se ha producido con un grupo de jóvenes. En concreto con representantes del Consejo de la Juventud de Extremadura. Al margen de los temas tratados, del intercambio de posiciones, de la amplitud de miras con los que los enfocan, puedo corroborar que me produjo enorme satisfacción el ser consciente del dominio que tiene, esta generación tan bien preparada, de la problemática de la Comunidad. Del mismo modo pude observar cómo ofrecen alternativas tan razonables que no es extraño que los políticos pongamos el acento en recogerlas en los planteamientos que trasladamos en nuestros discursos. De esta manera pasamos a analizar desde el posible uso de los fondos europeos, hasta el deseado pacto intergeneracional o la búsqueda de referentes anteriores. No dejamos de lado, en nuestra Extremadura rural, la necesidad de potenciar la empleabilidad de los jóvenes en el campo, con ejemplos tan ilustrativos como la potenciación de las cooperativas del sector. Sin embargo, fue la investigación, la Universidad, la educación en toda su amplitud, incluida la sexual, la necesidad de que el asociacionismo estudiantil tenga más presencia e influencia en el sistema educativo, lo que ocupó buena parte de nuestro tiempo. Finalizamos con apelaciones a la importancia en un futuro cercano de hacer ver a los jóvenes la importancia que va a tener la atención a los mayores o la presencia en nuestras vidas de la atención a la salud mental. Capítulo aparte, para despedirnos, fueron las alusiones a las mujeres jóvenes. Su presencia y más en las zonas rurales, se antojaba imprescindible. Sobre todo, porque son necesarias para intervenir en la mayoría de los temas a los que hemos hecho mención a lo largo de todo el artículo. Una experiencia, sin duda, que me gustaría volver a repetir pronto. Seguimos aprendiendo.

domingo, 2 de mayo de 2021

PRESERVAR LA MEMORIA

Conceptos como recuperación de la Memoria Histórica o su contrapeso, la Memoria Democrática, han sido en los últimos años muy manidos, incluso polemizados. Ahora, que las segundas generaciones han fallecido en su mayoría y que sólo perviven los nietos de las víctimas ( eso sí, con mucho interés y entusiasmo por tener presente el legado de sus familias), es el momento de avanzar un paso más. Por eso, leía hace poco un nuevo apelativo para este tipo de cuestiones. Estaríamos hablando de preservación de la Memoria. Todavía tenemos pendiente la deuda de la localización de miles de restos humanos, como tantas veces hemos denunciado, sepultados en ignominiosas condiciones. Todavía tenemos pendiente, y más aún con las herramientas que nos posibilitan las nuevas tecnologías, volver al presente imágenes e incluso sonidos de aquellos años y de algunos de sus protagonistas. Precisamente me ha llegado hace unos días una grabación de Amado Viera, el que fuera alcalde socialista de Valencia de Alcántara, asesinado y tirado en la mina Terría, cantando. Escuchar su voz es tremendamente impresionante. Y ahora, necesitamos conservar la huella de esa parte tan reciente de nuestra Historia. Y lo necesitamos porque, como señalaba Guillermo Fernández Vara en las pasadas Jornadas de Memoria Democrática que organizó el PSOE de Extremadura, no tenemos que permitir que nos conviertan en individuos. Somos ciudadanos. Y ese derecho de ciudadanía, ese no convertirnos en números, se consiguió gracias a la lucha de mucha gente que, como Amado, pagaron con su vida, el simple ejercicio de defender la Democracia y desear mejorar las terribles condiciones en las que se desenvolvían sus vecinos. Y lo tenemos que hacer en la actualidad, como lo harían todos aquellos que creyeron que el sistema parlamentario era el espacio en el que se tiene que debatir con ideas, con proyectos, con iniciativas, las diferentes formas de solucionar los problemas. Con la palabra, con la dialéctica, convenciendo con nuestros argumentos. Ya nos lo recordaba Juan Carlos Rodríguez Ibarra, hablando con ellos, con los que quieren destruir la convivencia, no como ellos. Es cierto que es imposible reparar el miedo, como también se señaló. Y ponemos para culminar el deseo de preservación de la Memoria expresado en estas líneas, el ejemplo de tantas mujeres que esperaban muchas noches en sus casas a que no llamaran a la puerta. Aquellas mujeres viudas, hijas, hermanas, de muchos asesinados. Aquellas mujeres que tuvieron que sacar adelante solas a sus amplias familias. Aquellas mujeres estigmatizadas por ser lo que eran. Todo un orgullo, un deber, una obligación, preservar su Memoria.

domingo, 25 de abril de 2021

LACERANTE

Estamos habituados ya a encontrarnos en campañas electorales permanentes, al margen del tiempo que falte para la convocatoria electoral. Dentro de estos procesos, parece que una de las estrategias mejor definidas por algunos partidos es la de sentirse ofendidos. Coloquialmente es lo que venimos a definir como tener la piel muy fina y así, cualquier pretexto resulta bueno para desviar la atención y no presentar propuestas. Suele resultarle eficaz principalmente a las derechas ( a veces cuesta diferenciar a un conservador o a un moderado como históricamente se les reconocía, de un extremista, radical o incluso antisistema). De este modo, se busca la provocación. Y se utiliza como excusa la supuesta defensa de la libertad. Se puede hacer lo que se quiera si las leyes lo permiten. Indudablemente sí. Lo que resulta lacerante es si previamente sabes las consecuencias, no siempre buenas para la mayor parte de la ciudadanía, por qué empeñarte en seguir adelante. La respuesta está en el rédito político o electoral. Lamentable pero cierto. Nos hallamos ante una pugna entre lo que se considera verdad y lo que es verdad. Es muy complicado convencer con la batalla del relato. De esta manera, se trata de vencer con la profusión de hechos consumados. Se presentan escenarios de conflicto en los que el resultado del enfrentamiento se procura mostrar cómo motivado siempre por los otros. La sorpresa podría ser que las víctimas, si se incide en los antecedentes, serían las causantes de muchos de los incendios. Quizás no por acción, sino por premeditación. No va a haber diminutivo que sirva como ejemplo para clasificar a aquellos que quieran denigrar. En lugar de socavar con argumentos la credibilidad se dirigen como objetivo sustancial hacia la dignidad. El sentimiento de culpabilidad que se pretende transpolar hacia el otro lado, el tiempo ha demostrado que no se mueve por mucho valor, más producto del marketing que de la razón, se quiera mostrar. Por todas estas razones, es cada vez más importante profundizar en el conocimiento, incluso iría más allá, en la exhibición de los valores democráticos. Hoy, al igual que en el periodo de entreguerras ( fundamentalmente en la década de los 30 del pasado siglo) nos encontramos en la disyuntiva de la lucha por la democracia. Y no es precisamente la izquierda parlamentaria la enemiga. Quizás sea la que más haya pagado por su defensa.

domingo, 18 de abril de 2021

FASTUOSIDAD

Venimos viendo, observando, escuchando, numerosas apelaciones a recuerdos pasados o a evocaciones de eventos multitudinarios. Nos presentan paralelismos en cómo fue determinada situación hace un par de años y cómo está la calle, la plaza, la playa, el campo… hoy el mismo día. Se trata de estimular nuestra añoranza y más ahora, en primavera. Una época del año en la que predominan los festejos multitudinarios. Fiestas populares, procesiones de Semana Santas, puentes o minivacaciones en playas, montañas y ciudades monumentales. Escapadas rurales, numerosas romerías y giras campestres. Festivales de música, teatro o libros. Una pena ver hasta hace tan poco los escenarios repletos de gente y ahora tan vacíos. En definitiva, un sinfín de espectáculos visuales donde antes se concentraban miles de personas y que se están encontrando con lo que, coloquialmente hablando, se denominarían “ batallitas de los abuelos”. Esperemos que no. Sin embargo, ¿por qué digo esto? Pues debido a que como nos vienen avisando las autoridades sanitarias, las normas de prevención motivadas por la pandemia parece que han venido para quedarse: mascarillas, distancias sociales, máxima higiene…. Incluso, nos recordaban los medios de comunicación las nuevas tendencias hacia algo tan nuestro como los besos. Se quiere imponer la costumbre social de dudar antes de hacerlo. Se están empezando a hacer estadísticas hasta del cambio de paradigma entre hábitos que teníamos interiorizados como habituales. Para concluir, nos encontramos ante una escenificación de las actuaciones en público, por un lado, cada vez más desprovistas de parafernalia, y por otro, con ausencias de protagonistas que hacen, en muchas ocasiones, muy complicado llevar a cabo determinadas iniciativas. Las nuevas formas de comunicación, la mirada hacia las recreaciones basadas en la tecnología o quizás el propio impulso en la búsqueda de nuevas modas de relacionarse la gente, incluido sus tiempos de ocio, podrían hacer historia de añejos acontecimientos. O a lo mejor, la mayoría perviven bajo nuevas cautelas en ese deseado nuevo tiempo que todos anhelamos Sin embargo, de momento y parafraseando a Quevedo “ Miré los muros de la patria mía, un tiempo fuertes, ya desmoronados…”

domingo, 11 de abril de 2021

TRANSICIÓN Y PACTOS

Leyendo el trabajo de fin de Máster del historiador Jesús Movellán Haro se desvelan, alumbran o corroboran algunos mitos sobre este periodo de la reciente Historia de España. En primer lugar podríamos hablar del debate acerca del espacio cronológico que abarca. Pese a algunas disonancias, la mayoría de autores coinciden en señalar que la Transición en España culminó en 1982 con la victoria por mayoría absoluta del PSOE en las elecciones generales de octubre de aquel año o si se quiere prorrogar un poco más, se aguantaría hasta 1986 con la entrada de nuestro país en la Unión Europea. Lo que sí parece atrevido hablar es de un “pacto de silencio” siendo este asunto tratado a día de hoy en miles de libros, documentales, programas…, si bien es cierto que muchos se han centrado en las biografías de personajes como las de Suárez y el Rey y se echan en falta más estudios en profundidad de otros protagonistas esenciales como Torcuato Fernández Miranda, Carrillo, Felipe González o incluso sobre el papel de los colectivos sociales y culturales, el feminismo, las aportaciones de los intelectuales, los medios de comunicación… Otro aspecto reseñable y que sería aplicable a la actualidad, es que a la política no se viene a hacer amigos, como hemos escuchado en más de una ocasión. Sin embargo, tendríamos que analizar el papel que desempeñan las relaciones personales en determinados nombramientos. Pongamos el ejemplo de Suárez como Presidente del Gobierno. Siempre se ha hablado de la proximidad que tenía en un principio al Rey y de lo bien visto que era por los próceres del Régimen, incluido el propio Arias Navarro, debido a su anterior cargo y a la trayectoria política que llevaba hasta ese momento. Frente a él teníamos la oposición de opciones más presuntamente aperturistas como las de Areilza o Fraga. Y miren ustedes cómo terminó. Finalmente una de las características esenciales de la Transición fue la modernización. Las miradas que hacían los españoles a procesos similares en Europa e incluso a América Latina. Huntington lo denominó “ la tercera ola democrática”. Pero hay autores que no creen que España deba ser incluida en este caso. En nuestro país ya teníamos un antecedente de democratización en el siglo XX con la llegada de la Segunda República. Lo que sí estaba claro, era la incertidumbre. No se sabía que iba a pasar exactamente después del denominado “ hecho biológico” ( la muerte del dictador). Temas como la amnistía de presos políticos, el debate sobre las autonomías, la forma del Estado… fueron decisiones de los primeros gobiernos y de los responsables de los partidos políticos y colectivos sociales. Historiadores como Santos Juliá o Álvarez Junco nos apelan a que faltaba ( y falta incido yo) cultura democrática. Pongamos, pues, remedio.

domingo, 4 de abril de 2021

EPATAR

¿Qué puede a estas alturas producirnos admiración o asombro? Es decir epatar. Si hacemos un resumen de los acontecimientos más relevantes a lo largo de la semana, nos percataremos de que para que esto se produzca, se deben dar condiciones como salirnos de la norma, pasarnos de la raya, ver cosas o situaciones inhabituales… Todo ello que, en principio, quedaría englobado dentro de lo anormal, resulta como si de un circunloquio se tratara, que lo realmente epatante va perdiendo su significado hasta, guste más o guste menos, convertirse en lo que sucede repetidamente en cada vez más ocasiones. Pero dejemos de hablar en abstracto y bajemos al terreno de la concreción. En nuestra vida cotidiana, durante los últimos meses, como todos sabemos incluso ya pasada la frontera del año, estamos padeciendo una terrible pandemia que nadie duda en juzgar como dramática en todas sus consecuencias. Del mismo modo, parece que nos hemos conjurado para combatirla. Parece que hay consenso en luchar para minimizar sus efectos. Sin embargo, la noticia que día tras día inunda todos los informativos es la de la gente que entiende que no hay absolutamente ningún problema en continuar como si en su vida no existiera este paréntesis. Fiestas multitudinarias, gente en la calle fuera de las horas establecidas, mascarillas bajadas en circunstancias cada vez más diversas, dudas y más dudas En otro orden de cosas, cuando creíamos que la política daba pasos adelante en torno a la honradez. Cuando pensábamos que la sombra de la corrupción se reducía a titulares del trabajo de los tribunales sobre hechos pasados hace algunos años. Cuando intuíamos que alrededor de los grandes problemas los diferentes grupos políticos, aprendiendo de su pasado, iban a construir asimismo grandes acuerdos. Es en ese momento, en el que aparecen de nuevo sospechas de compras de cargos y escaños, involuciones de determinados personajes que bajo la apariencia de que con el tiempo se percatan de que se encuentran mejor en otro espacio del espectro, en realidad se demuestra que con el tiempo lo que han buscado es la mera supervivencia. O si nos vamos a la creación de gobiernos, de nuevo volvemos a la vieja dialéctica de los vetos, del estancamiento y de las presiones hasta el último minuto. Muchas más cuestiones podríamos abordar como por ejemplo las relaciones entre leyes y deseos de la ciudadanía. O entre solidaridad sin fronteras. O entre negocios e ideologías. O finalmente entre limpieza, deseos de superación, avances tecnológicos y científicos o deporte y salud. Una vez más, no se deja nada atrás.

domingo, 28 de marzo de 2021

REMOVER CIELO Y TIERRA

Acabo de leer la tesis doctoral de Zoé de Kerangat, que bajo el título “Remover cielo y tierra” aborda la exhumaciones de víctimas del franquismo en los primeros años de la Transición, incluso en algunos casos antes. Cuando no había leyes que las amparasen y primaba el silencio, por no hablar del miedo a significarse. En ese sentido, fue muy llamativo sobre el resto el caso de la Barranca en la Rioja. Desde el fin de la guerra civil un buen número de mujeres viudas vestidas de negro ( recordemos que incluso no estaba bien visto por el Régimen ir de luto, pues era reconocer que los desaparecidos, los asesinados, existían) pasaban el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, junto a los cadáveres de sus maridos, tirados en una fosa común. Fue un auténtico desafío a la Dictadura. En silencio. Sentadas, hablaban, comían, pasaban el día permaneciendo junto a ellos. Décadas más tarde ya se empiezan a atrever en otros puntos de la geografía española, incluso a extraer los cuerpos de campos y cunetas y llevarlos al cementerio. Zoé nos da buena cuenta de ello a través de un elevado número de testimonios gráficos que resultan estremecedores. En Extremadura el caso más sobresaliente fue el de Casas de Don Pedro, donde en el paraje de Las Boticarias pudieron, gracias a la férrea voluntad de mujeres animosas como Felisa Casatejada, recuperar el cuerpo de sus seres queridos y darles, según marcan las normas de nuestra cultura occidental, un destino, un entierro, mucho más digno. A partir de ahí nuevas localidades se suman a este tipo de iniciativas, logrando en ocasiones, como relata José María Torreño en el documental Tafos, para el caso de los exhumados en la finca El Almendral de Oliva de Plasencia, congregar a multitudes en los actos de reconocimiento. También hubo lugar para algunas iniciativas polémicas o mediáticas como la que acabó con el alcalde de Torremejía en la cárcel, por medio de una denuncia de la oposición municipal. Se trataba, en definitiva, de un doble castigo: asesinarlos y no enterrarlos de manera individual en un cementerio. Había una imagen muy reveladora: la hierba crecía encima. Era como la siembra de unas almas agitadas que estaban sin descanso y ahora la disidencia bajo el silencio, mostrada tantas veces en estas páginas por figuras como Laura Muñoz o Fernando Barrero Arzac nos las sacan a la luz. Removiendo cielo y tierra.

domingo, 21 de marzo de 2021

VALORES DEMOCRÁTICOS

Anunciábamos la semana pasada que hablar de los valores democráticos merecía mayor espacio que una mera referencia. Quizás por deformación profesional quiero pensar que la solución a su consolidación deba venir desde la educación. En este caso hay que reconocer que la nueva Ley de Educación, la Lomloe tiene que permitir construir, desde las generaciones más jóvenes, una idea de la dignificación de la función pública más acorde a la que desde los radicalismos nos intentan deteriorar. Y es que para hablar de fascismo, un concepto tan maleablemente utilizado, hay que conocer al menos la Historia más reciente. Por ejemplo para asimilar el alcance que pueda tener entre capas vulnerables de la sociedad es preciso detenerse en su nacimiento. En el caso de España, se nutrió más con sentimientos antiseparatistas que anticomunistas. Recuerdo cómo un historiador nos señalaba que el ideólogo fascista Rafael Sánchez Mazas insistía en que antes que quemar la Casa del Pueblo de Eibar, era preferible hacerlo con los retratos de los burgueses de Bilbao. De ahí el peligro, tanto antes como ahora, de que acoja a sectores tradicionalmente de izquierdas e incluso a clases medias progresivamente depauperadas. Especialmente en momentos de crisis. Incluso hubo momentos en sus orígenes, donde determinados sectores socialistas se vieron atraídos por el fascismo. Frontera que se rompió justo en el momento en el que se percataron que su pretensión era pasar la raya de la Democracia. Algo similar a lo que le ocurrió a Fernando de los Ríos en su entrevista con Lenin, cuando éste le irrumpió con la frase “¿Libertad para qué?”. Finalmente aprendamos de la evolución de los acontecimientos. En la primavera de 1936 miles de militantes de la derecha española ( la CEDA de Gil Robles, Renovación Española de Calvo Sotelo…) se pasaron a la Falange de José Antonio Primo de Rivera. Esta formación en aquellos momentos era prácticamente testimonial. Prueba de ello podemos verla en los resultados electorales, de febrero de 1936 donde sólo consiguieron arrancar un puñado de votos en cada circunscripción a la que se presentaron. Sin embargo, se produce una conjunción en la que se une la desmembración de las derechas más clásicas con una radicalización de la sociedad. No le demos tiempo. Asentemos nuestros valores democráticos. Posiblemente podamos hacerlo desde la educación, pero como todos los procesos mentales, serán lentos. Y no deberíamos, en un momento como el que vivimos, llegar tarde.

domingo, 14 de marzo de 2021

RECUPERACIÓN

Con toda la prudencia que aconseja la situación y sobre todo con el aprendizaje inherente de las penalidades que hemos atravesado, se abren en los próximos tiempos algunas ventanas para afrontar el futuro inmediato, con al menos algo de esperanza y confianza en que, como en un espectáculo deportivo, podemos, gracias a nuestro trabajo y esfuerzo, remontar. Tendríamos que apuntar un buen número de factores, pero nos vamos a quedar con los más significativos: la llegada de los fondos europeos y la universalización de las vacunas. Cualquiera que lea estas afirmaciones se percatará de lo ilusos que podemos llegar a ser si nos planteamos que son verdades absolutas. Efectivamente, tanto uno como la otra necesitan hacerse entera realidad y que en caso contrario, prescindamos de egoísmos y saquemos de dentro la auténtica fuerza de un carácter eminentemente solidario y cooperador. Como indicaba Guillermo Fernández Vara, “ ¡hay tantas causas por defender!”. Se habla, por consiguiente, de la buena o mala gestión de los políticos y no se pone el acento en el hecho de que, afortunadamente vivimos en Democracia. Nuestros responsables públicos están ahí porque ganaron unas elecciones y así lo decidió la mayoría de la ciudadanía. Cuando terminen sus mandatos tendrán que rendir cuentas. Por lo tanto, aunque cueste entenderlo, tienen que cumplir, en la medida de lo posible, con las promesas electorales. Y ello incluye, evidentemente ideología dentro de sus programas. Pero es la recuperación de la actividad en calles y en lugares públicos la que nos hace ahora ser más felices. El paso siguiente, si seguimos con escrupuloso cumplimiento las instrucciones emanadas de las autoridades sanitarias, así como las restricciones que nos indiquen, será el vernos en colectividades. Manifestaciones que hoy en día no hemos podido vivir como nos gustaría. Sin embargo, igual que nos hemos adaptado en un sinfín de aspectos de nuestra vida, hay que reconocer que tanto la imaginación como la potencialidad que ofrecen el avance tecnológico, nos ha permitido diversas formas de manifestarnos: desde la vía telemática, hasta las expresiones o llamamientos en los grupos de washaps y en las redes sociales. Ya sea de forma simbólica, ya sea de manera individual, ya sea de tipo grupal. Seguimos, paulatinamente, dando pasos adelante. No lo estropeemos. Quizás, tengamos que poner el acento en la educación en valores democráticos. Este concepto merece la pena una profundización mayor. Nos pondremos a ello.

domingo, 7 de marzo de 2021

INHIBICIÓN

Algunos de lo sucesos que estamos viviendo, más bien padeciendo, últimamente, no deben hacernos caer en la tentación de buscar excusas que suavicen, que comprendan, que amparen o que dulcifiquen sus consecuencias. Por ir comenzando, vamos a referirnos a la denominada violencia descontrolada. Estos actos vandálicos que se están produciendo en algunas ciudades, principalmente catalanas, y que, por cierto, no es la primera vez que ocurren bajo diversa casuística, pueden hacer una apelación al intento de pasar página, inhibirnos. El objetivo buscado podría ser el de calmar las situaciones o, en el caso más oscuro, con la pretensión de encauzar alguna negociación, ya sea política, ya sea más relacionada con la adaptación del Código Penal. Pero lo cierto es que, la violencia, por mucho que tenga razones que la expliquen, ojo, no que la justifiquen, nunca puede ser motivo para que el Estado y los Poderes que le acompañan, abandonen sus tareas y sus responsabilidades. Del mismo modo, conductas reprobables, las haga cualquier ciudadano, tienen que ser reprimidas tanto desde el punto de vista dialéctico, como desde las indicaciones que marquen nuestras leyes, con el objeto de que podamos seguir siendo ejemplares. Es decir, no puede haber distinciones en el cumplimiento de las normas ni por nacimiento, ni por supuesto prestigio social adquirido años atrás. Finalmente, estamos asistiendo a la escenificación de elementos singulares de la escena mediática que, disfrazados con la pátina que les da la fama, procuran enseñarnos el camino de la rebelión frente a gobiernos presuntamente liberticidas. Intentan todos mostrar que las funciones delegadas y que otorgan algún tipo de mandato chocan frontalmente con la independencia completa del individuo. Así pasamos de aquel que nos inquiría con mensajes tales como “ ¿Quién te ha dicho a ti que yo quiero que conduzcas por mi” hasta los que nos asustan con la inserción de chips en nuestros organismos y que doblegarán totalmente la voluntad personal. De ahí a negar las enseñanzas de la Ciencia hay un paso muy estrecho. No podemos dudar ante el propósito de construir una sociedad en la que los valores que primen sean los de las intuiciones, las supersticiones, el abandono de la Razón o la persistencia en la teoría de que todos nos persiguen. De este modo, si hemos decidido sumar fuerzas y crecer gracias a lo que hemos aprendido a lo largo de la Historia, no dejemos que la anécdota, el chascarrillo o en el peor de los casos la fuerza entendida como motivo justificante, sean las que guíen nuestros pasos.

domingo, 28 de febrero de 2021

PUNICIÓN

Ya hemos comentado en este espacio, en varias ocasiones, la posibilidad de fijar a través del castigo, lo que como ha quedado suficientemente demostrado, con la educación, el respeto, la tolerancia, la empatía…, no hemos sido capaces de resolver. Estas últimas semanas con la incidencia de la pandemia claramente a la baja, el debate se dirige en los medios de comunicación a la apertura de las restricciones y el contraste que supone si vamos a ser decididamente responsables, y nos las podemos permitir, o por el contrario, si con motivo de la tan ansiada recuperada libertad volveremos a caer. Y ya sería, esta vez, una cuarta ola. Curiosamente, las amenazas suelen venir precedidas del incremento de los espacios y tiempos de convivencia o, en su defecto, de los lapsos temporales que se desarrollan en las vacaciones ( verano, Navidades, ahora Semana Santa….). Debe quedar claro, que las leyes, todas, se escriben y se aprueban para cumplirlas. Y los reglamentos u órdenes que las desarrollan, evidentemente también. En caso contrario, no tendría sentido que nos sintiéramos vinculados a vivir en sociedad amparados por las normas. Eso sucede en los dos extremos ideológicos del espectro: o bien en el liberalismo más salvaje. El que puede sobrevive sin contar con nadie más que consigo mismo. O en el anarquismo más individualista. El Estado no existe, supuestamente el hombre es bueno y no necesita nada que le regule sus pautas de actuación. Ambas se rigen por lo que deciden sus voluntades personales. Y eso, por no hablar de los regímenes totalitarios o autoritarios, donde las normas ni las decidimos ni las aprobamos los ciudadanos. Pero vivimos en democracia. Tenemos partidos, sindicatos, elecciones, sistemas públicos de atención a las personas y fundamentalmente la clara división de tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. De ahí, que volviendo al comienzo del artículo, no deberíamos observar en la punición, en el castigo, en las penas por haber cometido una falta, nada más que el cumplimiento de la ley. Tampoco es necesario la estigmatización. Todos cometemos errores. El problema, a mi juicio, es que en lugar de reconocerlos, e incluso pedir disculpas, somos tan exageradamente inapropiados, que buscamos excusas o incluso nos inventamos pretextos ( cuando no, en el peor de los casos, insistimos en el hecho de que los demás tampoco cumplen y/o que estamos presenciando un presunto agravio). Y eso sólo si nos referimos al simple cumplimiento de lo que deciden nuestras autoridades con motivo de los estragos de la pandemia. Juzguen, lectores, lo que sucede en el resto de los ámbitos en los que se desenvuelve nuestra existencia. Y encontraremos numerosos ejemplos.

domingo, 21 de febrero de 2021

DITIRÁMBICO

Hace unos días, en una reunión con uno de los colectivos afectados por las consecuencias de la pandemia, buscando puntos en común y asumiendo que muchas de las inquietudes que se plantean son compartidas, les hice saber que todos tenemos que tener paciencia. Si ante momentos de crisis, de dudas, de incertidumbres ( pero también de certezas) no sabemos adaptarnos a los cambios, siempre viviremos en la perenne queja o en lastimeras apreciaciones. Dicho esto, me viene como introducción para un asunto totalmente opuesto. Las elecciones en Cataluña. Venimos en las últimas horas asistiendo a comportamientos, a mi juicio ditirámbicos. A celebraciones excesivas. Incluso, en lenguaje coloquial, a lo que se conoce como “postureo”. Si es cierto que, salvo excepciones tan claras como desastrosas, el que no se contenta es porque no quiere. No lo es menos que, dependiendo de dónde quieras poner el acento, la balanza se inclina a un lado o se posiciona más en otro. Si hacemos el análisis por bloques ( por cierto en este caso la elección de éstos es muy singular: vale tanto optar por derechas/ izquierdas, como por constitucionalistas/independentistas y eso sin contar el elemento no valorado suficientemente del nacionalismo a secas), vemos que la polarización es prácticamente simétrica. Nos encontramos en un sistema, con todos sus matices, fuertemente dividido en dos mitades. Pero si elegimos analizar de manera individual las fuerzas políticas, aquí nos encontramos de todo. Izquierdas como los socialistas que suben enormemente, los Comunes manteniéndose, y las derechas unas hundidas ( Ciudadanos y PP) y otras emergiendo desde lo más extremo del tablero (VOX). En el campo independentista, tanto desde su visión más moderada (Junts) como a medida que nos escoramos a la izquierda (Esquerra y el otro extremo del tablero, la CUP) tienen un componente singular: su suma y su acuerdo hace que se derriben cualquier otra hipótesis en la que se quiera trabajar. Pero esto, y de ahí viene el título del artículo, no hace posible una estabilidad o una satisfacción plena para aquellos que se lanzan a disfrutar de lo votado. Va a exigir disciplina y equilibrios mantenidos. Y sobre todo ello vuela la influencia que puedan ejercer estos resultados en el resto del Estado. Pero eso sería objeto de otro artículo.

domingo, 14 de febrero de 2021

ENFURECIDOS EN LA HISTORIA

A raíz del artículo de la semana pasada, un lector me hizo una propuesta: darle continuidad con representaciones de todos aquellos a los que la exasperación les ha movido a lo largo de la Historia. Dada la limitación de espacio, vamos a seleccionar algunos ejemplos, muy conocidos, que pueden servirnos de referentes. Empecemos por los denominados motines de subsistencias o levantamientos contra la subida del precio de productos básicos, como el pan, que en muchas sociedades eran determinantes para la mera subsistencia. Estas crisis que recorrieron toda Europa, desde, como mínimo, el siglo XV al XIX, ocasionaron profundas hambrunas. Uno de los más conocidos para los españoles, fue el llamado Motín de Esquilache. Bajo otras anécdotas que han pasado a la posteridad, se escondía una tremenda protesta contra el precio de los alimentos básicos en el año 1766 bajo el reinado de Carlos III. Si nos vamos a las postrimerías del siglo XVIII y a las primeras décadas del XIX, asistiremos al ciclo de revoluciones más políticas: la francesa, la americana o incluso, a comienzos del siglo XX, la rusa. Aquí también subyace un elevado componente económico, pues bajo el deseo de cambiar de sistema o de régimen político, nos encontramos de nuevo ante la pobreza de buena parte de capas de la población. Miseria y marginación del pueblo llano. Una nueva muestra traemos aquí a colación: las barricadas que tan bien describe Víctor Hugo en su obra “Los Miserables”. París en 1832 significaba la unión de serios problemas económicos con ideales republicanos. El resto lo pusieron los disturbios, la rebelión, las barricadas… Otro motivo de enfurecimiento de determinados sectores fue el odio racial, la xenofobia, el temor al diferente que presuntamente se apropia de nuestras riquezas, de nuestro trabajo, mientras muchos apenas tienen para vivir. Aquí tenemos desde ejemplos como la persecución a los judíos en la España altomedieval, hasta la conocida como “noche de los cristales rotos” que sirvió de antesala para dar a conocer al mundo las atrocidades que los nazis estaban dispuestos a acometer. Finalmente quisiera referirme a algunas protestas más recientes. Tanto en el tiempo, como en el espacio. Así, podemos recordar a las protestas obreras y estudiantiles en los años finales del franquismo o al movimiento de los indignados del 15-M en 2011. Ambos, representan el estallido de amplios sectores sociales, hartos, como en la época de las revoluciones, de un sistema que enturbiaba con su forma de actuar el porvenir de sus administrados. Lo de la turba que asaltó el Capitolio es otro cantar…

domingo, 7 de febrero de 2021

EXASPERAR

Vivimos unos meses de continuas contradicciones. Estados de ánimo cambiante. Actitudes vitales que tan pronto ven la luz como se hunden en la más profunda de las sombras. Multitudes que cumplen hasta la obsesión las normas que se deciden en cada momento, frente a grupos que, pase lo que pase, siguen como si con ellos no fuera todo lo que está pasando. El problema es que se llega al límite de la desesperación. La gente se irrita. Se enfurece. Se exaspera, cuando ve que todos los esfuerzos realizados chocan con la irresponsabilidad de determinados individuos. Y es en esos momentos donde surgen las reacciones más primarias. Algunas podríamos entender cada día más comprensibles. Se pide, se exige, dureza hasta los límites de lo que, hoy podríamos convenir en sociedades avanzadas, como la frontera entre civilización y barbarie. He llegado a oír solicitar que se recurra, como en países dictatoriales, a lo que algunos etiquetan como la “violencia blanda”: castigos que rocen algo más que el compromiso económico. Incluso que superen la privación de libertad. He escuchado pedir que se recluya a los incumplidores en hospitales para que vean la consecuencia de sus actos, o hacerles recoger en espacios públicos y a las horas en las que habitualmente desarrollan sus conductas liberticidas, la basura o los restos orgánicos de enfermos y trabajadores públicos que se dedican en cuerpo y alma a solventar los problemas ocasionados por la pandemia. Y en esas estamos. No sirve, parece ser la lógica. No valen los métodos argumentales. No parece de utilidad el viejo adagio “ convencer para vencer”. Pero tenemos que ser más fuertes que los que con sus actitudes tratan de demoler el mayoritario intento de la gente sana, de los que tienen la mente abierta hacia los demás, de aquellos que con su ejemplaridad están mostrando al resto, que si se quiere, se puede. Así pues, desde la entereza que da la razón. Desde la firmeza que da la sensatez y la moderación ante las provocaciones, no exasperaremos. Seguiremos cumpliendo, aprendiendo y descubriendo que tras muchos retrocesos, con paso decidido llegaremos, más pronto que tarde, a avanzar sin pausas. Pese al deseo del arrebato, tiene que poder más en la mayoría, el anhelo de la consecución de un objetivo común y compartido. Aunque parezca que no sean suficientes las apelaciones a la paciencia y las llamadas a tener más y mejor ánimo.

domingo, 31 de enero de 2021

RESPONDER

Aprobados los Presupuestos de la Comunidad Autónoma para el año 2021, nos vamos a centrar en analizar someramente lo que puede significar, más allá de los números, la necesidad de agilizar la respuestas en el sector de la Cultura. Se trata, en definitiva, no únicamente de generar crecimiento, sino también de distribuir solidaridad. Además el entorno de la Cultura hace que, valga el concepto tan usado en estos tiempos de pandemia, nos obligue a empatizar. A ponernos en el lugar de los que peor lo están pasando. En el caso de este sector, han sido los que en los momentos más duros nos ayudaron a sobrellevar las penas y las desgracias. Los libros, la música, el deporte, el cine o las series de televisión, hicieron que la aportación de los creadores se haga acreedora de nuestro respeto y admiración. Y ahora nos necesitan. Y por eso todas las ayudas que podamos proporcionarles en unos meses en los que escasean sus intervenciones públicas, son precisas y por ende, insuficientes, para que puedan, al menos sobrevivir. Por esa razón, está bien que todos fijemos nuestra su mirada en la resolución de problemas que vayamos detectando, pero, no parece oportuno, que algunos se empeñen en que sea a costa de deshacer lo que está funcionando. La Memoria Democrática, el desarrollo de la Ley de Artes Escénicas y de Instituciones Museísticas, el impulso de Museos como el Helga de Alvear tan reconocidos a nivel internacional, la conservación de nuestro rico patrimonio histórico-artístico, la difusión y promoción de nuestros creadores, así como de los Festivales y Encuentros donde muchos de ellos desarrollan su actividad, la sostenibilidad de nuestros recursos culturales y turísticos, la promoción y el desarrollo de nuestras redes de teatro, de bibliotecas, entre un sinfín de ejemplos, hacen que la tarea de la Administración Pública en este sentido sea del mismo modo ardua como apasionante. Por estas razones es imperioso tener respuestas siempre preparadas. Porque las necesidades no solamente son acuciantes sino que en muchas ocasiones rayan, como hemos insistido en otras ocasiones, la posibilidad de la supervivencia de mucha gente. Por todo ello, hay que valorar el hecho de que tengamos claro el catálogo de medidas a implementar en cada momento. Y también, por ello, entenderemos, que existan ciertos desencuentros a la hora de planificar las actuaciones. Todos sabemos que debe haber prioridades. Sin embargo, nos cuesta reconocer que éstas son las de los otros.

domingo, 24 de enero de 2021

MACERADO

Del mismo modo que macerar puede significar ablandar algo, también tiene otra acepción, mortificar, afligir la carne con penitencias. Viene esto a colación porque, si ya hemos reiterado en multitud de ocasiones, que en la tesitura en la que nos desenvolvemos, todo está “ contaminado” por la pandemia, no lo es menos que, es complicado abordar un tema, que al menos de manera transversal no tenga ahora mismo una relación con las consecuencias del COVID. Es cierto que con la evolución tan negativa que estamos teniendo se han tenido que producir, día sí y día también, una sucesión de restricciones que no le gustan a nadie. Todos anhelamos los “viejos tiempos”. Pero sin embargo, se constata que a veces al miedo le supera la inconciencia, el vivir al día, el yo pongo medidas o si no está prohibido, es que está permitido. Pongamos algunos ejemplos: La no apertura de hostelería y comercios se hizo con un objetivo primordial: reducir la movilidad. Con tiendas, bares y restaurantes cerrados, parece deducirse que la gente no necesita salir. Sin embargo, pese a que se produce una reducción sustancial de personas en la calle, seguimos a lo largo de todo el día observando a mucha gente deambular. Como no está prohibido… Otro más: parques, jardines, zonas de recreo, al no estar cerrados y siguiendo el argumento anterior, te puedes encontrar con la contradicción de ir a determinados espacios, donde habitualmente estás casi solo o con un reducido número de acompañantes y ahora verlos cada tarde repletos de caminantes, padres con niños, paseantes de animales domésticos, gente en bicicleta o haciendo deporte, con la casualidad de que se coincide un elevado número al mismo tiempo. Como no está prohibido… Finalmente, en las tertulias, en los debates políticos, abordes la cuestión que quieras elegir, siempre habrá un punto de conexión con la pandemia: la cultura, la educación, la sanidad, el empleo, el deporte, el turismo… Por eso hablaba de macerado. Por un lado ablandamos los problemas, relativizando las consecuencias y por otro estamos todo el día lamentando lo sucedido. Sin embargo nos queda fijarnos en el reto del día después. De la convivencia. De la perspectiva de futuro. Parece una obviedad, pero es cada vez más necesario que, teniendo en cuenta la realidad cambiante y lo incesante de los movimientos, procuremos seguir firmes en el cumplimiento de las obligaciones. Los derechos ya nos los sabemos.

domingo, 17 de enero de 2021

FATUM

Si justo después de la primera ola de la pandemia aparecieron, como surgidos de un criadero, montones de presuntos especialistas que nos “ asesoraron” e “ilustraron” sobre los numerosos errores cometidos y cómo ellos los hubieran vaticinado sin apenas dificultad, ahora nos encontramos con todo lo contrario. Es decir, sabiendo lo que sabemos, y tal como señala el adagio, “ el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”, hemos vuelto a caer. El propio Fernando Simón nos lo recordaba hace escasos días: está creciendo ( y subirá más) el número de contagios, las hospitalizaciones, las saturaciones en las UCIs, el cansancio entre el personal sanitario y lo más lamentable, por lo irremediable, las defunciones. Hemos pasado unas fiestas de Navidad, posiblemente de la forma menos aconsejable, dadas las actuales circunstancias. Y ahí, interviene el fatum. El destino. La predicción. Lo sabíamos y aún así, parecía no importarnos. Quizás nos tenga que influir la extenuante queja de todos los sectores implicados, tanto en el sentido sanitario como en el aspecto económico. Quizás las inconmensurables molestias que cada día que pasa, la pandemia está ocasionando. Quizás el deseo porque los efectos de los tratamientos, ya de por sí acelerados gracias a la eficacia y al trabajo de los investigadores, se puedan vislumbrar. En definitiva, muchos quizás que deberían replantearnos el hecho de que no podemos obsesionarnos con la búsqueda de responsabilidades, de culpabilidades, unilaterales. Hay múltiples factores interrelacionados que nos van a hacer convivir durante mucho tiempo con estas indeseadas consecuencias. Por esa y por muchas otras razones, sería bueno parar. Mirar humildemente hacia todo aquello que pueda enseñarnos como revertir nuestras, indudables, equivocaciones. En definitiva, creer que es todavía posible una hoja de ruta sin marcha atrás, siempre que nos quede claro, que ante la dimensión de esta tragedia, no cabe el cortoplacismo. Si estamos ante una crisis global. Si los dígitos que la caracterizan ocupan ya varios espacios. Entonces, seamos conscientes que queda mucho, pero que nada avanza si nada se mueve.

domingo, 10 de enero de 2021

NUMEN

El acierto, la inspiración, el numen… en todo lo relacionado con nuestras vidas actuales es motivador y a la vez es fruto, no del azar, como muchos creen ( también en su lado opuesto) sino de la experiencia, de la acción, de lo que en realidad comprende lo que se viene a denominar Ciencia. Una y otra vez se escucha a la gente pronunciarse en cualquiera de los foros donde nos situemos, que el error en el que nos estamos viendo sumergidos es fruto precisamente del incumplimiento. De la inmadurez. De la relajación. A la vez, somos capaces de irrumpir con nuestro desaforado vocabulario, para expresar la furia de la desesperación hablando de improvisación, de “ ya te lo decía yo” o del “ se llega, una vez más, tarde”. Pero, sin embargo, no es menos cierto, que para eso existen los sistemas contrafactuales. Podemos, en tiempo real, comparar qué se ha hecho en otras épocas y qué se está haciendo en distintas sociedades y espacios en circunstancias de índole similar. Y la realidad es tozuda. Parte de la civilización occidental parece que no está preparada para afrontar situaciones complejas sino es con la coerción. Por voluntad propia, por solidaridad con el otro, por comprensión de la infalibilidad del conjunto, no llegamos suficientemente a la solución definitiva. Ni siquiera a paliar el desastre. Así pues, resulta cada vez más reiterativa, la apelación a la represión. A la aplicación de medidas efectivas por ser reales y no quedarse meramente en la voluntad o en el aviso. Basta ya, parecen decir, de recomendaciones. Si demostramos no estar capacitados para guiarnos por lo que está demostrado que conduce al Bien. Si creemos que esto afecta sólo al resto. Si no estamos dispuestos a admitir la gravedad tanto actual como futura de muchas actitudes inconsecuentes. Entonces está claro que no hay numen que valga. Probablemente ni siquiera vacunas, ni medios económicos desmesurados, ni infraestructuras humanas y materiales volcadas. Nada será suficiente, desde el instante que lo confiemos todo a que el tiempo y un poco de suerte dejará todo esto en un mal sueño. Pesadilla que ya dura mucho más de lo que cualquier mente podría haber imaginado. No dejemos que la puerta la abra solamente la genialidad. Seamos copartícipes. Siempre estaremos a tiempo de no estropearlo aún más.

domingo, 3 de enero de 2021

SOFISMAS

Asistimos con una inusitada frecuencia en los últimos tiempos a una exposición de motivos, argumentarios se dice desde diferentes entornos, destinados, en más ocasiones de las deseadas, no a convencer, sino a confundir a los interlocutores. No se trata tan sólo de las tan denostadas noticias falsas, que suelen ser desmontadas por los adversarios o simplemente por la realidad más cruda que pone a cada uno en su sitio. Si bien, es relativamente cierta la máxima de que “calumnia que algo queda” o el hecho de que cuesta a veces más trabajo demostrar la verdad. En ocasiones, lo que da es pereza. En los casos que me quiero referir, hablo más bien de los sofismas. Es decir, cuando la gente le da por creerse lo que cuenta, sabedora de que es mentira. Y lo malo es que montan una batería de elementos persuasivos para intentar atraer la atención de los destinatarios de los mensajes. Así, por ejemplo, nos está pasando con la vacuna contra el Covid-19. Se empezó diciendo, por algunos, que era demasiado pronto, que no se conocían los efectos secundarios, incluso los más atrevidos ( los negacionistas) hablaron de conspiraciones y de negocios de las grandes multinacionales ( cuando no de estrategias de poder autoritarias). Sin embargo, obviaban el hecho de que ante una catástrofe como en la que nos encontramos, se han movilizado ingentes esfuerzos tendentes a acelerar, respetando escrupulosamente la seguridad, todos los procesos. Así, se han realizado miles de pruebas previas, se han invertido millones de recursos económicos, se han priorizado presupuestos públicos, se ha investigado, ensayado, probado… hasta la saciedad. Y llegamos al momento actual. El calificativo más extendido ( y más adecuado) es el de la esperanza. Junto a ella, la prudencia. Así pues, lejos de los gafes, de los que parece que no quieren ver la luz, de los que huyen de la salida, nos encontraremos la mayoría. Ante nosotros, los sofismas se deben estrellar. Ante nosotros la fuerza y las ganas de salir adelante contrarrestarán todo intento de empujarnos al desánimo. Ante nosotros el peligro es, sin lugar a duda, la charla emborregada de los que lejos del debate científico, tratan de imponer una visión, excesivamente negativa en lugar de llamar a la unión, a la cooperación y al deseo de supervivencia.