martes, 26 de junio de 2018

DAMNATIO MEMORIAE


Según el diccionario, damnatio memoriae es una locución latina que significa literalmente “ condena de la memoria”. Era una práctica propia de la antigua Roma consistente en, como su nombre indica, condenar el recuerdo de un enemigo del Estado tras su muerte. Cuando el Senado romano decretaba oficialmente la damnatio memoriae, se procedía a eliminar todo cuanto recordara al condenado: imágenes, monumentos, inscripciones, e incluso se llegaba a la prohibición de usar su nombre.
Nosotros, hoy traemos a colación este concepto para utilizarlo a la inversa. Recientemente, hemos conocido las intenciones del Gobierno de la Nación de sacar los restos del dictador Francisco Franco del monumento que se erigió en el Valle de los Caídos, para, entre otras barbaridades, exaltar su nombre y su obra. Del mismo modo, se pretende convertir este lugar en un Museo de la Memoria.
Y aquí es donde reside el acierto. Tras la polémica suscitada en torno a la simbología, que recuerda el franquismo, por otra parte, en cumplimiento de una Ley en vigor (no nos cansaremos de repetirlo), nos parece adecuado que las generaciones más jóvenes conozcan su pasado más reciente.
Para ello no es  procedente, a mi juicio, eliminar los vestigios. Hay que conservarlos en el lugar adecuado, pero siempre acompañados de una acción pedagógica que muestre lo que representan. Que enseñen a los que no lo vivieron el dolor de la tortura, de la pérdida de la libertad, de la represión, muerte y silencio que llevó consigo todo lo que se asoció al funesto régimen al que se vio sometida la población española entre 1939 y 1975.
Se trata de una lección de Historia, pero sobre todo, de una lección de Democracia y de Ciudadanía. Las Administraciones públicas, con lentitud pero sin pausa, parece que se están poniendo manos a la obra. La última que lo acaba de hacer es la Diputación de Cáceres con la creación de un Comité de Memoria Histórica formado por expertos, que asesorarán a los municipios de la provincia y cuya principal función será elaborar un catálogo de vestigios franquistas.

De eso estamos hablando, no de condenar la memoria, como citábamos al principio de nuestro artículo, si no todo lo contrario, mantenerla, preservarla, darla a conocer para que el pensamiento crítico cale en todos aquellos que no soportamos ningún tipo de totalitarimo.

martes, 19 de junio de 2018

GRADUACIONES


Con la llegada del verano y el fin del curso académico, se producen una serie de actos, tan entrañables como significativos, de un cambio de etapa. Nos referimos, fundamentalmente, a las graduaciones de los alumnos que terminan la Enseñanza Secundaria y a los que, unas semanas antes, les tocó el turno, los de Bachillerato.
Estamos ante un nuevo tiempo. Un ciclo vital termina y otro está presto a comenzar. Pero, no solamente queremos resaltar lo que representan estos momentos para sus protagonistas; esta eclosión de miles de adolescentes que irradian, con su contagios, alegría en nuestras calles y parques, si no también para sus familias y profesores.
A estos últimos quisiera dedicarles unas palabras. Han sido sus acompañantes durante varios años. Han escuchado sus problemas. Han intercedido por ellos. Han transmitido algo más que sabiduría y pedagogía. Por eso, da gusto ver la dedicación y el caudal de emociones que supone ver ahora partir a estos adolescentes. Sin olvidarnos de aquellos profesores ya jubilados  que aprovechan estos días para volver a ver a sus discípulos. Para reencontrarse. ¡Bonita palabra!
Padres y abuelos, tanto unos como otros, que han pasado días y noches de angustias y alegrías. De concentración y dispersión. De búsqueda en común.
En definitiva, una comunidad educativa formada por varias piezas que cuando actúan unidas son imparables.
Detened, chicas y chicos estas impactantes horas, pues estoy completamente seguro que vais a volver, repetidas veces en vuestras vidas, a ellas. Serán retazos de una película que pasará por vuestras mentes en instantes de debilidad y que os reconfortará, en otros muchos, de fortaleza.
Sensaciones, que multiplicadas con muchas otras que viviréis, servirán para convertiros en personas y que serán un punto y seguido a vuestra independencia con el nexo de unión de todos y cada uno de los que la han hecho posible.
Volad!



martes, 12 de junio de 2018

PRINCIPIOS


Cuando en realidad se demuestra la fortaleza de los principios es en las adversidades. Esta semana, he tenido la ocasión de comprobarlo en el ataque gratuito y sin fundamento, ni por las formas, ni por el contenido, a una compañera.
Las redes sociales, ese escaparate a la libertad de expresión tiene, a su vez, este tipo de contrapartida. Te ves expuesto en una diana, donde cualquiera puede lanzar infundios, que al margen de la gravedad del tono, no resisten una comparativa o un paralelismo en su contraste.
Cuando alguien tiene consolidado una manera de estar en la vida. Una forma de actuar. Un perfil de pensamiento. En definitiva, unos principios. Entonces, la gente te conoce y es muy difícil deteriorar esa imagen. Ni siquiera con el ruin intento de hacer daño.
Más bien al contrario. Son momentos que te hacen crecer. Que te permiten exhibir con orgullo la grandeza de tu familia, de tus amigos, de tu entorno. De todos aquellos que comparten contigo tantas cosas. Los que te acompañan en tus aciertos y están a tu lado con tus errores. Los que escuchan antes de hablar.
En mi opinión, nada de lo sucedido debería coartar nuestra línea de actuación. Es más, posiblemente, sea necesario perseverar en nuestras posiciones. Hacer ver lo acertado de los razonamientos. La virtud de la dialéctica. La sana exposición de planteamientos que no tienen por qué ser compartidos por todo el mundo.
Algunos son partidarios de bloquear estas informaciones. Otros de fomentar la provocación. Yo prefiero demostrar con la vía de los hechos quién se equivoca. Siempre, desde el respeto.
Son mis principios y al contrario de lo que diría Groucho Marx,  si no le gustan, no tengo otros.







martes, 5 de junio de 2018

UNANIMIDADES


Siempre he tenido claro que, para que una organización funcione correctamente, necesita la existencia de sectores críticos que hagan que no te adormezcas. Esto no significa que el que se oponga, tenga la razón, sólo por el hecho de discrepar del que ostenta la responsabilidad o el poder. Tampoco es positivo cuando la minoría crítica no lo es tal y sobrepasa un determinado porcentaje. Entonces estaríamos hablando de división.
En el lado contrario, y es el que me ocupa en este artículo, está el asunto de las unanimidades. En muchas ocasiones no ha tenido buena prensa, pues se la asociaba a la nula disonancia o a la escasez de libertad y/o miedo para expresarte. Sin embargo, a todos nos gusta buscar el consenso. Tratar, como diría Unamuno, de convencer en lugar de vencer. Ser conscientes de que el “otro” también puede aportar cosas buenas. Asumir que se puede ceder para crecer.
En estos días he tenido la oportunidad de verlo en temas muy concretos, como la cooperación en Extremadura. Nos situamos en un escenario muy delicado, donde se trata de trabajar, fundamentalmente, a favor de los más vulnerables, y donde el partidismo ( que no la ideología) debería dejarse de lado.
En nuestra región trabajan muchas organizaciones en este sector. Y en su mayoría están aplaudiendo el trabajo conjunto que se hace con la Administración. Planes cuatrienales, anuales, reuniones del Consejo, estudios para una futura Ley…, son símbolos de identidad reflejados en la participación y en la transparencia.
Por estas razones es prioritario ahondar en este tipo de vías. Dentro de la sana pluralidad, se han construido unos espacios de entendimiento, y de colaboración donde elementos estratégicos como el desarrollo humano sostenible, tanto exterior como interior, son ámbitos en los que desenvolvernos juntos.
Sea pues así, expresemos nuestros diferentes puntos de vista, pero no dejemos que otros intereses vulneren  o realicen grietas en un espacio construido para el progreso global.
Hablemos.