Estamos a tres meses de concluir varias
convocatorias electorales y todos los medios de comunicación coinciden en que
ya se ha iniciado la campaña.
Es evidente que el objetivo primordial es
la movilización de los votantes. Está claro que a todos nos gusta mostrar
músculo ( un ejemplo evidente fue la demostración realizada en IFEME de Mérida
por los socialistas extremeños el pasado fin de semana).
Sin embargo, más allá de algunos
titulares, es el PSOE el único que ha trabajado durante varios meses para
conformar lo que será su oferta.
Hay un tópico que molesta a la mayoría de
la gente cuando señalan que sólo nos acordamos de la ciudadanía para pedirles
el voto. En esta ocasión, hemos de decir alto y claro, que en el caso de los
socialistas está aseveración se aleja de la realidad.
El programa electoral que se está
redactando es el fruto del trabajo ejecutado, no únicamente con la militancia,
sino fundamentalmente con la sociedad civil. Han sido numerosas las reuniones
con representantes de todo tipo de colectivos que, desde la crítica
constructiva, han ido aportando ideas que pueden dar resultados a los problemas
que nos aquejan.
Y no sólo el mundo del asociacionismo,
también la ciudadanía a título particular ha tenido espacios para la
participación.
El resultado final fue el debate y el
contraste de miles de opiniones que tuvimos más de 1300 delegados e invitados a
la Conferencia Autonómica que celebramos hace unos días. Allí se ha podido
observar la vitalidad de una fuerza política que sabe apreciar la diferencia
entre la unidad del bloque en defensa de Extremadura con la diversidad de
puntos de vista ante determinados mensajes o asuntos de actualidad.
De esta forma, quién quiera observar qué
ofrecen, que piensan, que proponen, los socialistas y en definitiva buena parte
de la sociedad extremeña, sólo tienen que escuchar o leer nuestros documentos.
Del resto de partidos, de momento, lo que tenemos es el deseo, como expresaba
uno de los portavoces de la derecha, de “quitar a los socialistas de la Junta”.
Ese es el sentido patrimonial que tienen del Poder.
Unos nos volcamos en escuchar. Otros se
empeñan en derribar.