martes, 26 de noviembre de 2019

RECONOCER


El  pasado domingo estuve en El Cuartillo en Cáceres. Se disputaba una edición más del multitudinario campeonato de campo a Través que organiza cada año la Diputación de Cáceres.
Ver desplazarse por la hierba mojada a centenares de chicas y chicos en una mañana, afortunadamente, lluviosa, fue un auténtico placer.
A ello, se le añadió el motivo principal que me mueve a escribir este artículo: en esta ocasión se celebró un homenaje para reconocer la trayectoria del gran José Moreno.
Estamos ante un veterano atleta que viene participando en actividades deportivas desde finales de los años 70. Sin embargo, todos los que conocemos a Pepe, sabemos que si por algo se caracteriza es por se el alma mater, el impulsor, el creador y dinamizador de numerosos eventos deportivos en su Torrejoncillo natal.
El celebérrimo cross de la Encamisa, los duatlones, las pruebas populares de verano, junto a los interminables días que discurre Pepe, al lado de su inagotable cantera, en las pistas ubicadas rodeando el campo de fútbol del pueblo y la piscina, son su seña de identidad.
A su lado, se han forjado grandes atletas que han paseado el nombre de Extremadura por toda España en incontables ocasiones. Incluso este lugar mereció en su momento el apelativo cariñoso de “ la Kenia de Extremadura”…
A mi me gustaría resaltar el ambiente que ha conseguido generar en su entorno. Pequeños y mayores se reúnen en torno a él, que genera unas dinámicas de constante alegría. ¡Es imposible no esbozar una sonrisa al verle!
Así pues, un motivo de gran satisfacción que las instituciones públicas sepan valorar el trabajo realizado desde la base. El objetivo final no está siendo conseguir solamente buenos deportistas ( que lo también lo es) si no extraordinarios ciudadanos, preparados para convivir de manera saludable con los demás y decididos a afrontar cualquier reto que les ponga la vida.
Enhorabuena a Pepe y muchas gracias a la Diputación de Cáceres por mostrarnos a todos la grandeza del trabajo constante con humildad y, a la vez, con profesionalidad y dedicación de nuestro  entrañable personaje.
Somos Extremadura.


martes, 19 de noviembre de 2019

FUNÁMBULO


Tanto los movimientos acontecidos antes de las elecciones electorales del domingo, como la propia campaña electoral, e incluso las prospecciones de futuro inmediato, nos vienen a dar que pensar  que muchos han estado practicando ejercicios de peligrosa acrobacia socio-política y que, aunque todas las exteriorizaciones devienen en la exageración, no han dado, para algunos, los resultados previstos de antemano.
Cada uno sacará sus propias conclusiones, pero nadie podrá poner en duda que España ha vuelto a respaldar las políticas de izquierdas. Algunos dirán que han subido, otros que se han mantenido, incluso tendremos casos en los que se pretenderá justificar una estrepitosa derrota. Sin embargo, lo que es mucho más que una evidencia, es que el PSOE ha sido la fuerza más votada. Y además con mucha diferencia. Todas las veces que lo repitamos, llegaremos al mismo destino: los socialistas han ganado las elecciones del 10 de noviembre.
La razón principal es porque no nos hemos movido de nuestro lugar en el espectro. No hemos traicionado nuestros principios y hemos reivindicado orgullosos nuestros valores. El votante ha sabido reconocerlo. Y ahora tiene que ser mucho más sencillo entendernos con fuerzas políticas próximas a nuestro modo de ver la vida, el mundo y la política.
El efecto contrario ya lo conocemos. Partidos que al traicionar su primogenia ideología han sufrido tal batacazo, que han ocasionado un crecimiento de aquellos que parecían vestigios testimoniales de épocas pasadas, afortunadamente superadas y casi en el olvido, cuando no en la marginación. Ahora salen muy fortalecidos, pese, no lo dejemos de lado, a seguir siendo poco determinantes, tanto en el Congreso como en el Senado.
 No es una buena noticia este crecimiento de la extrema derecha para los defensores de los Derechos Humanos, la convivencia pacífica y diversa o la búsqueda de corregir desequilibrios entre los desiguales. Pero les combatiremos desde la Democracia. Les combatiremos con la fuerza de la palabra y con la energía de los votos.
Los progresistas estamos dispuestos a poner todo nuestro empeño en que los únicos gritos que se oigan en la calle sean los de la solidaridad. Ese es nuestro “ a por ellos…”




martes, 12 de noviembre de 2019

CONMISERACIÓN


Noviembre, con la llegada del cambio de hora, se convierte en un mes melancólico. Induce a la introspección. A la tristeza serena que no tiene por qué ser negativa.
En muchas ocasiones, se producen sentimientos de pena que se acentúan ante situaciones que, a modo de reflexión, quizás en esta época, se interiorizan hasta hacernos plantear la rebelión contra todo tipo de injusticias.
Se multiplican de este modo los fenómenos solidarios. Nos preocupamos cada vez más, si cabe, por tratar de solucionar todas aquellas causas, malamente llamadas perdidas.
No hay fin de semana sin que se produzca un evento donde colaborar con nuestra participación, asistencia o implicación.
Pero la conmiseración, esa sensación de pena por aquellos que no gozan de la misma calidad de vida que tú, no se puede traducir únicamente en acontecimientos solidarios. Es preciso concienciarse que, si bien, es muy de agradecer la conciencia múltiple que hace posible la consecución de grandes retos, no lo es menos, la exigencia de que sean los poderes públicos, el Estado, las Comunidades Autónomas, los Ayuntamientos… los que deben ponerse como obligación poner freno a estos dramas que rodean nuestra vida cotidiana.
De esa manera la política, ahora que estamos en la antesala de unas nuevas elecciones generales, tiene que convertirse en el catalizador de todo este tipo de demandas.
Podremos hacer reconocimientos honoríficos a los miles de voluntarios que diariamente batallan para combatir cualquier tipo de situación desagradable. Jamás estaremos suficientemente agradecidos Sin embargo es a nuestros responsables públicos a los que tenemos que dirigir nuestras miradas reivindicativas para hacerles ver la diferencia entre la caridad y los derechos humanos.
No lo olvidemos, cada vez que hagamos una acción que evite sentirnos culpables  en conciencia de los males ajenos.




martes, 5 de noviembre de 2019

OTOÑO MÁGICO


Somos Cultura, decía recientemente Nuria Flores, consejera de Cultura, Turismo y Deportes en una comparecencia en la Asamblea de Extremadura. Tiene razón, no bastan ya únicamente los consolidados eventos que,  sumando décadas a sus espaldas, enriquecen y gratifican nuestras vidas.
El último ejemplo lo estamos observando estos días en el valle del Ambroz. El viernes, 25 de octubre, se inauguró en La Garganta, un bellísimo pueblo en las zonas altas de la región, el denominado “Otoño Mágico”.
Dos conceptos que unidos impulsan el deseo de disfrutar. Una programación muy completa en la que, estamos completamente seguros, miles de visitantes descubrirán, y a la vez servirán de embajadores, una Extremadura magnífica, excelente, sorprendente y sobre todo, muy distinta, de la imagen que se habían ( les habían) forjado desde tiempos inmemoriales.
El ejemplo de La Garganta es paradigmático. Fente al inicio del frío, con las humedades de angostas carreteras y senderos, aupados por la visión prístina de unos paisajes de arrebatador encanto, se llenó un espacio dispuesto a compartir unas horas de agradable convivencia: alcaldes, diputados, gentes de Extremadura y Castilla y León, desdibujando fronteras e ideologías, supimos ver que, en efecto, llegaba el otoño y una vez más, sería mágico.
Por estas razones, cada vez con más profundidad, Extremadura viene a ser sinónimo de Cultura. Otro ejemplo a añadir, esta semana una ciudad como Cáceres repleta de festivales, actividades en la calle, presentaciones de libros, conciertos y danza, deporte….
Y cada fin de semana un repertorio de acción recorre la región: ya seas un paseante tranquilo, un curioso observador, un inquieto descubridor de novedades gastronómicas o lugares con encanto, no te van a faltar en los próximos meses, oportunidades para disfrutar, para rellenar tu agenda, para, en definitiva, vivir con plenitud el paso de las horas, en unos momentos en los que los atardeceres caen repentinamente encima de nosotros.
Así pues, dejémonos atrapar por el embrujo de la magia que produce la cultura en nuestra tierra. Siempre habrá tiempo de reposar. Siempre habrá tiempo de echar la vista al frente y subir y bajar el telón.

Seguimos.