MEMBRESÍA

Este concepto hace alusión a la condición de ser miembro de un grupo, de un colectivo, de un conjunto de personas que se caracterizan por tener objetivos comunes, así como derechos y obligaciones compartidos. Con el paso del tiempo todos podemos identificarnos, a lo largo de nuestras vidas, por formar parte de algo que nos une. Ya sea por afición, por deporte, por ideología, por convencionalismos sociales, económicos o culturales. Así, hemos ido formando identidades que mientras no sean excluyentes, como en el caso de los denominados “clubes selectos” o aquellos en los que su pertenencia delega las obligaciones en privilegios, hacen que la fuerza de la suma de sus partes consiga que se puedan construir cosas mucho más grandes que empresas mantenidas en solitario. Por eso, es muy interesante la defensa de la cosa pública. Porque nos hace miembros de un equipo. Porque permite que los que nacen o se inician con menos posibilidades puedan, con la ayuda y la solidaridad de sus compañeros, estar cada vez más a su altura o al menos caminar juntos. Por esa razón, siempre me ha gustado el valor de lo que algunos consideran “marca”. Es decir, el sentirte apoyado por aquellos que tienen inquietudes similares a las tuyas. Compartir triunfos, analizar derrotas o debilidades, enumerar objetivos y próximos retos es una ambiciosa tarea que genera ilusión y expectativas a partes iguales y en todo momento. Además, no cabe la menor duda de que en el mundo en el que nos desenvolvemos, resulta cada día más complejo aislarte, optar por la no dependencia de nada ni de nadie. En definitiva, prescindir de las noticias, de las llamadas de atención, de las peculiaridades que se pueden encontrar en otras vidas. Me resulta mucho más pleno poder esperar de los demás un ingrediente que, paso a paso, me permite crecer, aumentar mi formación, mejorar mi capacidad de comprensión hacia otras maneras de enfrentarse o ver las multitud de posibilidades que se abren ante todo tipo de cuestiones. Así pues, muy orgulloso de pertenecer, de ser miembro, de formar parte de lo colectivo. Conseguir que lo que aporto al conjunto lo haga más grande y sobre todo mejor. Aprender.

PRIORIDADES

Comentaba la semana pasada en un acto en la UGT, al hilo de la defensa de los valores democráticos, que hay que pasar a la ofensiva ya que, fundamentalmente por la extrema derecha, estos valores son cuestionados una y otra vez. Y es nuestra obligación contrarrestar estos ataques. Señalaba entonces que hacemos demasiado hincapié en futuros proyectos para el desarrollo de la región. En iniciativas que desbloquearán las penalidades de miles de nuestros paisanos que están sin trabajo. En cuestiones que deben contribuir a seguir consolidando nuestro estado del Bienestar…. Y no nos damos cuenta del peligro que corremos si la extrema derecha consigue llegar a nuestras instituciones. Y no digamos si llega a gobernar. Se acabarían todos estos debates. Por eso, entiendo que debemos fomentar la pedagogía de la enseñanza de todo lo que representaron nuestros predecesores y que sigue vigente en nuestro día a día. Algo parecido a lo que se dio en denominar “Educación para la Ciudadanía”. La defensa de valores democráticos como la tolerancia, la libertad, la diversidad, la pluralidad… Puede parecer una falacia pero es muy posible que nos quedemos sin ellos si no conseguimos hacer extensiva la importancia de su pérdida sobre todo entre las clases medias y bajas y fundamentalmente entre las generaciones más jóvenes. Tenemos referentes en la lucha por la conquista de los principales Derechos. Pese a que poco a poco han ido perdiendo su peso en nuestra vida diaria es el momento de rescatarlos. Tanto las personas como las ideas que llevaron a cabo son necesarias en un contexto de dificultad para la supervivencia de un sistema de convivencia que no podemos permitir que se deteriore. Redoblemos nuestros esfuerzos en ello.

CULTURA PARTICIPATIVA

Durante toda la semana Cáceres se llena de gente que acude al Paseo de Cánovas a disfrutar con un buen número de presentaciones de libros. Una manera muy atractiva de hacer participativa la Cultura. Una forma muy expresiva de acercar a autores, lectores y al sector. La afluencia de público es un síntoma de alegría por hacer posible el encuentro físico entre todos los componentes que se mueven alrededor de la Feria. Por esa misma razón ha sido muy importante que hace unos días reconozcamos en la Asamblea de Extremadura la relevancia de los fondos europeos que vienen a Extremadura para dinamizar el sector. Precisamente son los libros uno de los apartados que más hemos agradecido su presencia en este debate. Nunca hemos tenido en Extremadura cantidades tan importantes para la adquisición de libros. Además, es muy interesante que las compra de libros para nuestras bibliotecas sirvan para reforzar a las librerías locales. En su conjunto, destinado para la Cultura, el Turismo y el Deporte, estaríamos hablando del destino de cerca de 45 millones de euros para Extremadura encauzados a través de dos denominadas políticas palanca: la V dedicada a la modernización y digitalización del tejido turístico y la IX al impulso de la industria cultural y el deporte. Estos recursos tienen que cumplir el objetivo planteado por el Gobierno de España para paliar los efectos causados por la pandemia del COVID en el sector. Está en juego la recuperación. Un concepto que afortunadamente venimos utilizando en los últimos meses como un bálsamo para curar las tremendas heridas ocasionadas a miles de familias que vivían de la Cultura, el Turismo o el Deporte. Además hay que resaltar el hecho de que se haya tenido tan en cuenta al mundo rural. Es decir, a las actuaciones en sectores no urbanos conducentes fundamentalmente a la modernización de las pequeñas y medianas empresas. El uso correcto de estas cantidades procedentes de Europa van a permitir atender a sectores muy sensibles y a la vez necesitados de ayuda como son, a modo de ejemplo, las ampliaciones de museos, las adquisiciones de libros, la modernización del turismo, la transición ecológica en el deporte… Claro que todo esto no sería posible sin la implicación directa, no sólo de las Instituciones, responsables de su gestión, sino de los colectivos a los que vayan destinadas las ayudas. Es, por consiguiente, imprescindible seguir manteniendo contactos permanentes con todos ellos. Escucharles, trasladar sus inquietudes, recoger sus propuestas y a continuación, ejecutarlas. Es una manera de dar participación a la sociedad. Es una forma de continuar haciendo cosas en su beneficio.