domingo, 6 de febrero de 2011

INCÓLUME

Así se debería quedar uno cuando a lo largo de los días escucha, lee, comenta las noticias de actualidad y sin embargo sucede lo contrario, la irritación, cuando te percatas de cómo en el momento en que las distintas penosas situaciones se alteran ligeramente para mejor, hay siempre alguien, y qué casualidad siempre los mismos, y qué casualidad, siempre escorados a la derecha, que se enfadan porque las cosas no vayan tan mal como a ellos, al parecer, les gustaría.
Y es que a través de variados vericuetos dialécticos se produce una sibilina y a la vez procaz, respuesta queriendo quedar, por un lado al margen (imposible) y por otro, pidiendo siempre más y asegurando que " con ellos no hubiera pasado esto...".
Pongamos ejemplos en diferentes niveles: si esta semana recibimos la visita de la canciller Merkel quien, al igual que alguien poco sospechoso de radical izquierdismo, como el banquero Botín, señalan que España está haciendo bien los deberes, suenan los altavoces del revanchismo para dejar huella indeleble de su gran patriotismo: " alguien los debe haber engañado".
Si se firma un gran pacto social con sindicatos y empresarios, ocurre algo similar.
En el ámbito regional y local si se anuncian debates, se ponen pegas. Si se proponen medidas, se consideran siempre insuficientes, si se toman alternativas, se presumen tardías...
¡Qué pena de escasa cualificación en los pronunciamientos! O lo que es peor ¡ qué triste si se hace a posta!

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