miércoles, 16 de febrero de 2011

CLASES MEDIAS Y SOCIALDEMOCRACIA

Ya en los comienzos de la Transición, en los años 80 la sociedad española supo ver en el PSOE el Partido del "cambio". El Partido del progreso. De la modernización del país. En definitiva, representaba lo que se podría denominar un espíritu joven, lleno de fuerza, ganas e ilusiones. Fue fiel a sus tradiciones. A sus compromisos con los que algunos llamaban "los descamisados". Con los humildes y más necesitados. Pero también se adaptó a los nuevos tiempos. Y a él llegaron en aluvión, masas de votantes procedentes no sólo de la intelectualidad ( eso ya había pasado en otras épocas) sino de lo que conceptualmente se ha dado en llamar las profesiones liberales, las clases medias urbanas, los licenciados universitarios, los sectores más dinámicos de la economía, la cultura, la sociedad... Estaba bien visto ser socialista.
Con el paso del tiempo y la generalización del progreso, hemos podido observar un paulatino alejamiento de mucha gente que llegó al socialismo, triunfó en su vida cotidiana, adquirió un cierto nivel y/o status económico y se fueron conservadurizando, si bien les quedaba todavía ese prurito y/o nostalgia de sus tiempos de izquierda militante.
En pleno siglo XXI nos encontramos con un escenario en el que estas capas sociales han visto incrementado su número en determinadas zonas y son determinantes a la hora de dilucidar una consulta electoral. Si bien se ha perdido, en cierta medida la fidelización de su voto al PSOE no lo es menos que son un atractivo objetivo en los próximos meses.
Son yacimientos de voto que representan un estereotipo muy afín al socialismo democrático. Son personas que pueden verse identificados en las ingentes transformaciones que los socialistas hemos realizado en las últimas décadas. Son, en realidad, copartícipes del cambio. De las reformas. De las políticas sociales. Del estado del bienestar universalizado. Son cómplices de nuestra victoria. A ellos les tenemos que tender una mano en la próxima campaña. Nos ayudarán y contribuirán a que se consolide la revolución que ha llegado a nuestra tierra con el compromiso de todos. Lo contrario, sería un paso atrás. Y de nada valdrá lamentarse o pontificar sobre el desvío de las políticas. Estamos ante un punto y seguido. Sin duda.

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