domingo, 4 de julio de 2010

COOPERACIÓN

La semana pasada tuve la ocasión de acudir a un Congreso sobre Cooperación al Desarrollo en Cáceres. Las impresiones que extraje se dividen en dos grandes grupos. Por un lado la experiencia de compartir charla y tiempo con tantísima gente ( mucha más de la que a veces nos imaginamos) que dedican toda su vida al servicio de los demás. A esa cara oculta que aparece fugazmente en nuestras mentes tras visualizar un noticiario. Pero tienen no sólo rostro sino un gran contenido de trabajo tras ellos. Y eso me reportó mucha alegría. Escucharlos, saludarlos, intercambiar opiniones...
En segundo lugar quisiera resaltar el capítulo de mensajes de autoridades y ponentes. Así, por ejemplo, la Secretaria de Estado nos habló de la importancia de la política y su solidez o continuidad en el tiempo, hasta el extremo de que debe ser mucho más significativo el objetivo de reducir el número de pobres en vez de tratar de ponderar cuánto de ricos vamos siendo. A su vez nos recordó que, ahora que tanto se habla de lo mal que están las cosas, tenemos la fortuna de contar con un gobierno socialista que va aumentando el porcentaje del PIB de ayuda al desarrollo. Y no está de más decir que en este sentido Extremadura se acerca, a pasos agigantados, al simbólico dígito del 0.7. Todo ello incluso en una época tan complicada como la que estamos viviendo ( sin poner sólo el acento en la crisis económica actual, ya que, de lo contrario, nos olvidaríamos de otras tan o más importantes como la alimentaria o la energética que pueden o nó ser complementarias).
Y es que, como nos recordaba Guillermo, no lo hacemos por solidaridad, sino por pertenencia. Nuestra contribución al desarrollo de aquellos que más lo necesitan, es fundamentalmente dentro de un sentimiento de parte. De identificación con el otro. Es una manera de conjugarlo en la primera persona del plural.
Se trata, por consiguiente de hacer, insisto, política. No solamente de aplicar recursos externos. De la lectura de las ponencias he deducido que desde el Sur ( entendiéndolo dentro del concepto de lo que tiene déficit de desarrollo) se detecta todavía una dependencia del Norte ( con esa conciencia casi siempre de culpabilidad), mientras que lo deseable sería ir dando pasos hacia una mayor autonomía que es la que llevaría a evitar los desequilibrios.
Es, por lo tanto, como nos decía Francisco Martos, el momento de hablar. Me gustó el detalle.

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