domingo, 11 de julio de 2010

El abrazo de Cáceres 2016

Esta semana se ha presentado, primero en Cáceres y luego en Madrid, el proyecto para la candidatura a capitalidad europea de la cultura en el 2016. Varias han sido las gratificantes impresiones que me he llevado. Acudía al primer acto en un Hotel de Cáceres donde pude departir con un elevado grupo de gente que representan, en buena medida, el buen hacer del movimiento cultural, asociativo y político de la ciudad y que estaban expectantes por escuchar el resultado de tantos meses de trabajo.
En primer lugar el lema escogido es tremendamente acogedor: "Cáceres y la fuerza de su abrazo". Representa por un lado, las ganas de devolver lo que tanto nos ha dado Europa y por otra compartir con todo el mundo nuestro enlace latinoamericano y la fraternidad portuguesa.
Otro aspecto reseñable es que nos consideramos desde un primer momento un proyecto ganador. Sin embargo a mi me parece más destacable el hecho de que muchas de las actividades ya se estén haciendo, que se haya establecido un marco temporal que va más allá del 2016 y que al margen de las decisiones va a suponer un revulsivo para el dinamismo de la gestión cultural extremeña. Y es que, ese es otro aspecto que hay que recordar, la candidatura, se ha dicho de manera reiterada, no es de Cáceres, es regional. Han comprometido su apoyo todas las instituciones más representativas de la Comunidad y estoy seguro que su impacto recorrerá toda la geografía extremeña.
Al apoyo público ha de sumarse el privado ( así se contempla en el proyecto), pues, según nos comentaron, se tiene intención de realizar numerosísimas actividades durante todos los días del año y en todos los barrios de la ciudad. De esta forma, además de los grandes eventos, asistiremos a un gota a gota de acciones puntuales.
El eje principal es la Ribera del Marco y en torno a él se describen los distintos grupos y programas temáticos a desarrollar. Esto supone que si una de las grandes bazas para el triunfo final es la participación ciudadana, se verá consiguientemente espoleada cuando vea el resultado de la suma de fuerzas.
En resumen, creo que tanto Guayasamín como Vostell se sentirían orgullosos de ver como alrededor de sus figuras se va a generar un polo de desarrollo cultural, sostenible y sobre todo que no será flor de un día, sino que por el contrario tiene la firme pretensión de permanecer mucho tiempo. De momento, hasta 2020.

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