sábado, 12 de junio de 2010

LA MUJER EXTREMEÑA EN LA POSTGUERRA

Esta semana hemos presentado en el Ateneo de Cáceres un libro que bajo el título “La mujer extremeña en la postguerra” es el fruto de un innovador proyecto de investigación histórico-sociológico impulsado por el Instituto de la Mujer de Extremadura y la Fundación CIVES.
Por un lado los autores, la socióloga Josune Aguinaga y el historiador Fernando Ayala Vicente, expusieron los contenidos que han dado como resultado esta obra. El contexto en el que se desenvolvieron muchas mujeres en los duros años 40 y comienzos de los 50 bajo los auspicios de unos férreos condicionantes políticos, sociales, económicos y culturales para dar paso al relato de las denominadas historias de vida. Amplias entrevistas donde las mujeres pudieron dar rienda suelta a sus silencios. A sus miedos. A su dolor.
Por otra parte, durante el acto se inició un interesante debate sobre la oportunidad de dar voz, y yo diría aún más, imagen, a estos personajes de nuestra Historia que nunca han aparecido en las crónicas oficiales. Se trata en definitiva de rescatar su presencia. Hablamos, eso sí, de casos concretos, de una selección entre miles de posibilidades, pero que de perderse empobrecerían nuestro pasado. Si bien, desde el punto de vista sociológico se ha optado por trabajar desde el anonimato para permitirlas expresarse con absoluta libertad.
Esta línea original de trabajo auspicia una continuidad dada la imperiosa necesidad de que no se pierdan estos entrañables testimonios de represión, que fue el denominador común, tanto física como metafísica, en palabras de un querido compañero.
Y es que, como se comentaba en la Mesa, todavía, y parece increíble, existe un fuerte recelo, especialmente entre las personas de edad avanzada, por contar las duras penalidades por las que atravesaron. Lo pudimos comprobar la noche del jueves en el Ateneo cuando el numeroso público que siguió con interés a los ponentes pidió la palabra. Fueron momentos de intensa emotividad. De lágrimas derramadas. De llantos entrecortados. De verdad desgranada y pulsando por salir.
Por eso no estaría de más, como se apuntaba, que todo esto se pueda enseñar en nuestras escuelas. Es una parte de la Historia reciente que nunca se ha contado desde las instituciones. Que apenas se ha escuchado en casa. Son varios los retos. Ganas no faltan.

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