miércoles, 19 de marzo de 2014

AHÍTOS


AHÍTOS
Durante la semana pasada se nos insistía en que el Presidente del Gobierno de Extremadura estaba “triunfando” en Madrid. El denominado verso libre había realizado una campaña de promoción que levantaba expectativas entre los medios de la capital.
Ahora bien, no está de más que, dando por supuesto que no estamos ante un carácter flemático, pongamos las cosas en su sitio. Es cierto que hablar de Extremadura fuera de nuestras fronteras contribuye a que nos presten atención, pero no lo es menos que cuando se lanzan mensajes se hagan con todas las consecuencias. Es decir con la verdad por delante y no quedándonos a medias en los planteamientos.
Buena parte de la culpa es posible que la tenga la falta de información sobre nuestra realidad una vez que nos alejamos de ella. Así, se puede decir y quedarse tan pancho, “que ha implantado la Renta Básica” obviando comentar que pagarla, lo que se dice pagarla, se está llevando a cabo en una mínima parte.
O llevado de la mano de la introspección precisar que no le condiciona el apoyo de IU. Es decir que aquellas propuestas que incluso puedan llegar a sobrepasar por la izquierda al PSOE son meramente obra de su propio pensamiento personal (tras dos décadas militando en un partido orgulloso de ser de derechas).
O trazar una imagen de una Comunidad pobre, desvalida, aquejada por todos los males históricos y que por lo tanto necesita de la compasión (otros la llamamos solidaridad) del resto de España. En lugar de tratar de poner en valor las numerosas capacidades que tienen los hombres y mujeres de esta región.
Esa iniquidad solo queda amparada en el deseo de llamar la atención a toda costa. De convertirse en un altavoz de los estereotipos. De lanzar la mano del diálogo para responder con actuaciones concretas en la dirección opuesta: céntimo sanitario duplicado para contener el déficit, televisión autonómica supuestamente plural, defensor del “derecho de las mujeres a decidir” y ni siquiera hace una llamada al máximo responsable del despropósito (y han pasado varios meses), llamada al consenso en la financiación del Estado y lo precede con la publicación de una balanza fiscal propia e inventada....
En efecto, hemos quedado repletos de humo, de ese vapor que dicen que echan ahora los cigarrillos eléctricos. Al parecer inicuo pero que lleva asociado un símbolo de malas prácticas. Sea o no sea cierto. Quedamos en definitiva ahítos.




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