miércoles, 24 de marzo de 2010

EN TIEMPOS DE SILENCIO

EN TIEMPOS DE SILENCIO
Tras algunas incursiones en el relato corto, Enrique Giraldo nos regala con su primera novela, un relato, más bien una melancólica mirada atrás en nuestra Historia reciente a la vida de un conjunto de personajes que discurren en torno a la guerra civil española desde la perspectiva de un joven de una pequeña localidad cacereña, Ibahernando. En cierta medida lo podemos relacionar con “El vuelo de la carrancla”, la obra de José Antonio Redondo recientemente comentada.
Hace alusión el título, “En tiempos de silencio”, a la calle. Al ver y callar. A la solidaridad de los vecinos. A la traición, la hipocresía o la simple supervivencia de la mayoría.
El argumento teje su hilo principal en un avance y retroceso en el tiempo en torno al compromiso fallido de la entrega de una carta procedente de Salvador, el maestro asesinado, con destino a su mujer y que el protagonista, el entonces casi un niño Julián debe hacer. Nos encontramos entre 1936 y 1939, pero también en 1995. O bien nos situamos en Ibahernando, Badajoz, Ciudad Real, Madrid, pero a su vez en Francia y de vuelta a casa.
A partir de ahí surge un entramado de relaciones y un conjunto de entrañables personajes entre los que podemos destacar el vínculo permanente a lo largo de toda la historia que se establece entre Julián y el periodista portugués que le servirá de ayuda y con el que mantendrá una sólida amistad y cuyo antecedente fue la relación mantenida entre el maestro y el niño que bajo su influencia pasó rápidamente a la adolescencia y de ahí a una precipitada madurez.
Nos encontramos, pues, ante una mezcla de Historia real, con constantes citas más propias de un historiador y el relato de ficción cuya fuente de inspiración es el producto de la Literatura y donde veremos cómo se notará el posicionamiento del autor o, bien podemos decirlo, la simpatía hacia la vida que decide escoger el protagonista.
Es el momento de lo símbolos, muy recurrentes en todos los capítulos: la carta, la tenebrosa libreta donde se anotaban los próximos asesinados, la descripción de los paseos, la comunidad protestante de Ibahernando...
Aparece reflejado a su vez el exilio y la represión en todos los sentidos. Resulta especialmente estremecedor el relato del saqueo de la casa del maestro (parece que lo estamos viendo/viviendo).
Llama la atención la técnica de la entrevista intercalando la narración. Aporta una información muy interesante y complementaria. De este modo vemos el inicio de la guerra cómo sorprende al pueblo, el reclutamiento obligado de los jóvenes, su incorporación al ejército nacional, su marcha a Badajoz, la marcha al otro frente con el agravante de que la familia sufriría las consecuencias en el pueblo ( detención del padre, represión rapando continuamente el pelo a la madre) o la aparición en el escenario de Manuel, el hermano minusválido de Julián que planea ( y lo hace) acabar con la vida del origen del padecimiento de su familia: la delación de su vecina Gertudris.
Buena parte de la historia discurre en el Madrid republicano. Allí podemos ver las imágenes de los refugios en el metro tras los bombardeos. El encuentro con el amor de la mano de Angelina y la apertura a la vida en sus calles.
También asistiremos a mazazos como la noticia de la muerte de Manuel o la ocurrente idea de “secuestrar” a los padres que estaban malviviendo en el pueblo utilizando para ello una compañía de títeres. Es la hora de la solidaridad de los compañeros. De los soldados extremeños en la capital.
Por último queda la organización de la salida fuera de España o el detalle de casarse en el segundo aniversario del asesinato de su querido maestro como un perpetuo homenaje a su memoria. En medio queda la singular aparición de una aristócrata gracias a la cual podrán disponer de los medios económicos para perpetrar sus planes.
Terminamos con la descripción de las sensaciones de las denominadas terceras generaciones: los nietos con una contradicción a su cargo. Unos que tratan de mantener vivo el espíritu que movilizó a sus abuelos en la lucha por la defensa de la libertad perdida. El resto en la radicalización del mensaje de no querer escuchar la causa de los múltiples padecimientos y que parecen querer mirar a otro lado. Y entre todos la continua represión y el exilio que no es otra cosa que la huida y el desencanto hacia lo no querido.

2 comentarios:

  1. Quique lo mejor de lo mejor, y suerte en esta tu obra prima!!!

    Saludos

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  2. Esperemos ver pronto publicada la novela para que mucha más gente pueda disfrutar de su lectura. De momento animar a Enrique a seguir escribiendo.

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