domingo, 30 de marzo de 2025

SOLIDARIDAD, DE NUEVO

SOLIDARIDAD, DE NUEVO Llevamos varias semanas con la polémica provocada por las derechas sobre el reparto de los menores inmigrantes que han llegado, fundamentalmente, a Canarias. Esta actitud has sido, a mi juicio, además acentuada al individualizar o multiplicar problemas aislados. Se habla mucho de solidaridad, sobre todo con la Comunidad canaria que está, a todas luces, sobresaturada y excediendo, con mucho, su capacidad de acogida. Sin embargo, entiendo que la situación se está analizando desde un prisma equivocado. No se trata solo de solidaridad entre Comunidades y países ( sean más o menos ricos) sino entre ciudadanos. Cuando hablamos de menores inmigrantes, algunos quieren ponerles el adjetivo de ilegal, otros cuestionan su edad, los más atrevidos e ignorantes ( de acuerdo con las estadísticas de delitos cometidos en España) les identifican con delincuentes o con inseguridad ciudadana allá donde se encuentren. Pero no se percatan que estos calificativos no cuadran con la auténtica realidad. Esta va más allá del color de la piel ( ¿por qué un trato diferenciado?), su religión o costumbres ( habría que ver el comportamiento poco acorde con su religión que adoptan muchos de sus críticos). En el colmo del despropósito se vienen utilizando las redes sociales para lanzar bulos (ya en muchas ocasiones para considerarlos hechos anecdóticos), sobre la presunta culpabilidad cuando los medios de comunicación sacan noticias muy delicadas para la ciudadanía: una violación, un asesinato, un robo con fuerza… Lo cierto es que en una inmensa mayoría de las ocasiones estos delitos están realizados por personas que, desde el punto de vista físico, no sólo es que tengan muchas semejanzas, sino posiblemente muchas más similitudes con los que lanzan estas insidias, que con los inmigrantes a los que culpabilizan de estos hechos. Finalmente, no es menos importante advertir, al menos a modo informativo, lo que muchos historiadores han demostrado a través de la genealogía. Pongamos el ejemplo de una ciudad extremeña como Cáceres, pues bien, hay estudios sobre familias muy conocidas en la ciudad y que gozan de tremendo respeto popular que, tirando para atrás en el tiempo, sus antepasados fueron musulmanes. Este ejemplo lo pongo para que, por mucho que les duela, la “pureza de sangre” es un invento, en nuestra sociedad, de la extrema derecha, no se si por maldad o por pura negligencia. Somos la mezcla de varias generaciones de individuos de todo tipo, lo que ha hecho que vayamos progresando en muchos de los ámbitos de la vida. A ese negro, moro, musulmán, que le atacan es previsiblemente el nieto de un abuelo que también dio lugar a arios y cristianos.

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