Estamos asistiendo en los últimos meses,
a una carrera entre muchos de los partidarios de los diferentes grupos
políticos por ver quién es más español. De convertir a los símbolos en el
ejemplo exhibicionista de un nacionalismo, en la mayoría de las ocasiones
excluyente.
¡Claro que nos sentimos orgullosos del
camino que hemos recorrido juntos a lo largo de nuestra Historia!. ¡Claro que
deberíamos ser más enfervorecidos defensores de los puentes, en lugar de las
trincheras!.
Sin embargo, se utiliza la bandera para
manipular las emociones. Cierto es, que estamos muy contentos cada vez que
alguien próximo a nosotros consigue un éxito. Que nos entristecen y nos
solidarizamos con las desgracias de nuestros compatriotas. Que tratamos de
estar cerca, como diría la expresión coloquial, “ en las alegrías y en las
penas”.
Pero ello no es óbice para que a la hora
de enarbolar banderas, reconozcamos que la auténtica enseña, es la de la
igualdad. Se es más español cuando somos capaces de asimilar que todos tenemos
los mismos derechos y las mismas obligaciones.
Cuando al margen de pulseritas en la
muñeca, paguemos más impuestos los que más podemos contribuir a evitar
desequilibrios territoriales. Ya sea en un pequeño pueblo de la provincia de
Cáceres o en los alrededores de la periferia metropolitana de Barcelona.
Se trata de salir a la calle gritando
“soy español”, cuando seamos capaces de acoger a los inmigrantes que se juegan
la vida en el Mediterráneo. Se trata de demostrar que somos españoles cuando
condenemos de manera contundente la violencia de género y aportemos todos los
medios posibles para combatirla.
Se trata de que no haya un solo español
más en una fosa común y que demostremos nuestra españoleidad buscando recursos
para sacarlos.
Se trata, en definitiva, de conseguir que
los ricos puedan recibir la educación, la sanidad y la atención a la
dependencia que quieran, siempre que los pobres puedan acceder a las mismas con
la mayor calidad posible gracias a la implicación del Estado en ello.
Esas sí que son mis banderas. Las
banderas de la igualdad.
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