Tras varios meses de trabajo, esta
semana, los miembros de la Comisión encargada de elaborar el Borrador, de lo
que puede convertirse en la futura Ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura, han concluido
su cometido. Profesores de la Universidad de Extremadura, representantes de las
Asociaciones junto con técnicos de la Junta han logrado consensuar un texto,
que como lo definía uno de sus autores, es muy asumible para la sociedad
regional.
Mi más profunda enhorabuena por su
compromiso, esfuerzo y tenaz dedicación. Ya hemos transitado parte del camino.
Ahora, juntos, debemos continuar haciendo que el trámite parlamentario sea lo
más fructífero posible. En eso estaremos pendiente.
El gobierno socialista de Guillermo
Fernández Vara sigue adelante con sus compromisos. Al día siguiente de recibir
el documento, pasó por el Consejo de
Gobierno quien dio el visto bueno a su continuidad.
Esperemos que en breve haga el recorrido
burocrático pertinente, para que los grupos políticos, en comunión con todas
las partes implicadas e interesadas, podamos ponernos de acuerdo en un proyecto
limpio y que ponga, de una vez por todas, voz a los que tantos años han estado
silenciados.
Pero no sólo esa debe ser la pretensión.
Se necesita implicar al entorno educativo en la asimilación de unas profundas
convicciones democráticas. Se necesita reconocer la diversidad de nuestra
Comunidad. Se necesita respetar la pluralidad en el pensamiento y/o en las
ideas políticas. Se necesita saber escuchar.
La Historia reciente de Extremadura ha
estado jalonada de episodios, unas veces brillantes y otros muy sombríos. Es
imperativo no olvidar ninguno. Tenemos que aprender a convivir con nuestras
victorias y con nuestras derrotas. Con nuestros éxitos y con nuestras miserias.
Hace unos días concluía la lectura de un
libro sobre los 30 años de la Asamblea de Extremadura. En sus líneas, en sus
imágenes, se reflejaban lo que somos, más que lo que hemos sido. Eso es la
Memoria. Eso es la Historia. Esa es nuestra Democracia.
Ojalá podamos construir una Ley que
expulse de nuestros pensamientos cualquier veleidad en la defensa de la
tiranía, la Dictadura y en definitiva la violencia hacia el otro.
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