SOMOS DEPORTE. SOMOS SALUD
Esta semana hemos tenido un debate
intenso en la Asamblea sobre el nuevo Programa “Somos Deporte. Somos salud”,
que combina, como bien indica su denominación, la actividad física (
fundamentalmente con mayores y colectivos con determinadas patologías) con la
salud.
Para aquellos que lo han cuestionado, les
hemos insistido en que estamos ante un cambio de modelo. Es fruto del análisis
pormenorizado de los resultados del anterior. Como muy bien explicaba Esther
Gutiérrez, la Consejera de Educación y Empleo, hemos pasado de una etapa en la
que se han producido, por un lado, numerosos efectos positivos, incluso
reconocimientos, con respecto al
anterior Programa, a otra en la que estábamos abocados al estancamiento.
Necesitábamos crecer. Necesitábamos
mejorar. Necesitábamos priorizar el interés general sobre el particular. Por eso, era preciso el cambio.
El cambio, obviamente a mejor.
Cierto es, que se precisa de una
extraordinaria pedagogía para hacer ver a todos los implicados que las
modificaciones se han realizado con la sana intención de progresar. Y lo
veremos. Y lo disfrutaremos. Y nos alegraremos cuando, tengamos que volver a
debatirlo. Cuando tenga que reconocer la oposición que se equivocó, que
malinterpretó las señales, que obró de manera torticera buscando otros
objetivos, seguramente muy diferentes a los contenidos en un Programa de
Deporte y Salud.
Estamos en un cambio de modelo y lo
comprobaremos en unas pocas semanas. Asistiremos a la incorporación de muchos
vecinos de otros pueblos que nunca tuvieron la posibilidad de disfrutar de este
loable Programa.
Si nos paramos un momento y analizamos
los cambios en una simple tabla a dos
columnas, la conclusión es muy sencilla. El Programa Somos Deporte. Somos
Salud, conlleva con respecto al anterior más
empleo, más usuarios, más municipios y más competencias. ¿ Hay alguna razón
para oponerse? Seguro, que si las
hubiera, no estarían relacionadas con los beneficios del nuevo Programa.
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