martes, 15 de noviembre de 2011

TIPOS DE MÍTINES

TIPOS DE MÍTINES
A lo largo de la semana he tenido el lujo de poder asistir a distintos tipos de actos públicos: los convencionalmente conocidos como mítines. En todos ellos he comprobado la pasión y entrega de la militancia. El fervor con el que asediaban a sus líderes. El constante tronar de cientos, de miles de gargantas alzando su voz en defensa de lo conquistado.
Los mensajes dentro de esta liturgia están muy claros y es necesaria, casi imprescindible, en momentos como los actuales, la escenografía. La presencia próxima de la gente. Los recaditos al oído del prójimo. Las interpretaciones, a veces variadas, de los discursos.
Pero sobre todo, la envidia sana de comprobar cómo las bases del PSOE son las que realmente hacen grande a nuestra organización.
Decía al comienzo del artículo que he podido palpar el ambiente en variadas convocatorias. Por un lado los grandes espectáculos, con Felipe González ( y su clase magistral sobre Europa) el jueves en el Palacio de Congresos de Cáceres o el acto central con Rubalcaba ( y su entrega hasta el último gramo de sus energías) el sábado en IFEBA. En ambos se me puso la piel de gallina, me pudo la emoción, cuando las masas gritaban ¡Presidente, Presidente! al comienzo de la intervención de Guillermo.
Por otra parte y quizás no menos atractivos desde el punto de vista sentimental, han sido los mítines a los que he acudido como orador. Los últimos en La Cumbre y en Torre de Santa María. Ambos en la Casa de la Cultura del Pueblo. Ambos símbolos de los 28 años de gobiernos socialistas en Extremadura. Y ambos con un auditorio sano, convencido al mismo tiempo que preocupado y que coincide en el dolor por ver cómo muchos prefieren lamentarse después del 20 de noviembre en lugar de comprometerse ahora. Mientras tanto, se me acercan dos funcionarios en Cáceres para, en momentos tan difíciles, solicitarme una ficha para afiliarse. Siempre avanzando.

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