EL SILENCIO NO ES NEUTRAL

EL SILENCIO NO ES NEUTRAL
Valga el modelo de lo sucedido con las cuestiones relacionadas con la Memoria Histórica, extensible a numerosos otros ámbitos, para analizar la actitud de IU Extremadura en estos primeros meses de legislatura.
Durante el verano he tenido la ocasión de acudir a varios actos, jornadas, homenajes a asesinados, entrega de restos a los familiares y dignificación de su destino final...
Desde mi puesto de responsabilidad política he tratado de explicar las actuaciones realizadas por las distintas Administraciones, fundamentalmente la estatal, con la aplicación y el desarrollo de la ley de la Memoria Histórica, como la autonómica, con hitos tan significativos como el programa institucional llevado a cabo por las dos diputaciones, la Universidad de Extremadura y la Junta o los campos de trabajo de los jóvenes durante todos estos últimos veranos en distintos puntos de nuestra geografía.
Más de una vez se me ha acercado gente de IU para señalarme que todo esto puede terminar con el nuevo gobierno regional. Y tienen razón. Pero también tienen que asumir su cuota de implicación. En efecto, el silencio no es neutral, como se ha dicho en más de una intervención.
Hasta ahora abstenerse era la estratagema realizada para evitar contaminarte de lo que pudieran hacer unos u otros, pero desde el momento en el que con tu ausencia de criterio se produce un abandono de unas actividades, que ciertamente podrían ser incluso modificadas tanto en su cuantía, profundidad o estilo, el resultado final es que lo quieras o no te haces corresponsable de su destino.
Es una pena que también en este campo tengamos que influir desde la ideología para evitar fundamentalismos, en lugar de acudir al terreno de los sentimientos. Si logras moderación en los pronunciamientos, nadie medianamente sereno puede evitar juzgar como acertado procurar darle un digno final a los restos de unos seres queridos. Nadie sensato puede valorar como temerario que quieras acordarte de la labor que realizaron tus compañeros sin necesidad de contraponerla a quienes fueron sus adversarios. Nadie, en definitiva, puede pretender tener el monopolio de la verdad. Por eso es necesario, aunque a algunos les duela, echar de vez en cuando la vista atrás, para agradecer el sacrificio de miles de extremeños que dieron su vida para mejorar las condiciones de sus semejantes. Condenar no sólo su olvido material sino también su ostracismo de nuestra reciente Historia. Y todo ello sin detrimento de acentuar, cada vez que sea necesario, nuestras diferencias. En eso consiste la Democracia: en hablar, argumentar posturas o presentar proyectos. Sean o no coincidentes.