domingo, 23 de noviembre de 2025

LA VERDAD

 

LA VERDAD

Siempre ha existido un debate historiográfico ( aplicable también a la política) sobre el alcance de la verdad a la hora de argumentar los hechos analizados. Precisamente hace unas semanas he estado en unas Jornadas en Pamplona sobre las Comisiones de la Verdad, Sociedades post conflicto y garantías de no repetición.

Allí nos hemos reunido, además de representantes de las tres Comisiones de la Verdad existentes en España ( País Vasco, Navarra y la del Gobierno central), lo que se puede considerar un foro internacional con gente de Chile, Argentina, Colombia, México, El Salvador… Esta participación de los asistentes representaba una conjunción entre los estados (o algunas de sus instituciones) y la sociedad civil.

Se trataba de trabajar por el bien común aprendiendo de aciertos y errores de nuestra historia reciente y sobre todo combatir las olas reaccionarias y negacionistas globales que estamos padeciendo. El planteamiento es tejer redes ya que la verdad no conoce fronteras.

Una de las cuestiones que, como historiador, más me han interesado ha sido la preservación de los archivos como repositorios de la verdad. Hay que evitar que estén alojados en instituciones que generen desconfianza en las víctimas de la violencia política. Esto, hoy en día, es posible, gracias al acceso a la documentación que permiten las nuevas tecnologías al no comprometer la confidencialidad.

Tenemos que partir de la base de que muchas víctimas  necesitan saber o conocer información sobre sus familiares ( o en algunos casos sobre ellos mismos) y se sienten indefensas al haber estado silenciadas durante mucho tiempo.

Otro tema relevante fue la consideración del derecho al duelo de las personas objeto de  desapariciones forzosas. Incluimos en este apartado incluso los desaparecidos con vida, como por ejemplo, los bebés robados. Han pasado varias décadas y todavía se les sigue buscando, tanto en España como en Latinoamérica.

Me encantó un proyecto desarrollado en Argentina bajo la denominación “ las escuelas van a los juicios”. Los que me conocen saben que le doy mucha importancia a la educación en democracia entre las generaciones más jóvenes. En el caso que acabo de describir se trataba de que los escolares pudieran asistir a las audiencias que se daban en los juicios por los responsables de la última dictadura argentina.

La reparación de las víctimas, dada la impunidad que ha generado el paso del tiempo, se puede hacer a través de la denominada justicia no penal. Es decir, buscando la verdad judicial por medio de las fiscalías de derechos humanos y de Memoria.

Por último, las Declaraciones que se están entregando a los familiares resultan enormemente reconfortantes. La Directora General de Atención a las Víctimas, Zoraida Hijosa nos recordaba un caso muy ilustrativo de un señor en Sevilla,  que al recibir las suya, hizo copias para pegar en todos los bares de su pueblo para que se supiera que “su padre no fue un criminal”.

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