domingo, 19 de enero de 2025

LA LLEGADA DE LA DEMOCRACIA

En nuestra anterior columna de opinión hacíamos alusión al 50 aniversario de vida en libertad. Hoy hablaremos de la llegada de la Democracia. Es evidente que durante la llamada Transición hubo años muy duros donde todavía costaba asimilar, por parte de los sectores más intransigentes del Antiguo Régimen, que habían llegado nuevos tiempos. Se siguieron padeciendo detenciones arbitrarias, torturas, asesinatos… pero también una fuerte movilización social y una paulatina organización de numerosas fuerzas políticas y sociales que hicieron que pocos años después en 1978 se aprobase la Constitución y a continuación celebrásemos las primeras elecciones de la nueva etapa democrática. Todos estos actos que se van a producir a lo largo de 2025 conmemoran este proceso. Es decir, el advenimiento de nuevo, tras el largo paréntesis de la Dictadura, de la vida en libertad. Algunos, para desviar la atención, querrán pensar que ponemos el foco de la atención en darle el protagonismo de estos eventos al fallecimiento de Franco. ¡Claro que fue el detonante para todo lo demás! Sin embargo no es del todo cierto, ya que lo que es un gran motivo de alegría es poder llevar 50 años de convivencia en los que todos podemos participar y tomar parte de las decisiones públicas a través de las elecciones, de los partidos políticos, de las Asociaciones de todo tipo, sindicatos, manifestaciones o publicaciones sin censura… Es decir, ahora es el momento ideal de recuerdo de todos los que dieron su vida por una España auténticamente en libertad, en homenaje a sus familias y amigos, en memoria de los que lucharon por traer otra vez la Democracia y por los que protagonizaron la llegada de la primera en 1931. En definitiva, en apoyo para todos los que entendían que el franquismo era una anomalía en una sociedad civilizada. Así, daremos luz a personajes nacionales, autonómicos y locales. A acontecimientos que nos mostrarán que no fue sencillo el camino. Haremos balance de todo lo positivo y aprenderemos de los errores cometidos. Hablaremos de si fue posible hacer mejor algunas cosas. Debatiremos sobre diferentes puntos de vista, sobre las posturas e iniciativas que se tuvieron que poner en marcha. Y, efectivamente, lo podemos hacer porque, a diferencia de los nostálgicos de los viejos tiempos, en la actualidad en España se puede hablar. Se puede discutir. Se puede disentir sin más consecuencias físicas que el tener opciones políticas variadas. Claro que podemos perfeccionar el sistema. Claro que se pueden modificar las bases del marco que estructura nuestra vida en común. Todo ello viene facilitado porque existe la división de poderes lo que nos debe servir para apuntalar la Democracia y para efectuar, con el máximo consenso posible ( como así se ha hecho recientemente para modificar la Constitución de 1978), los cambios que se consideren oportuno. Por cierto, Franco está bien donde está: lejos de cualquier sitio que sirva para obtener ostentación o exhibición pública. Los homenajes, a nuestra Democracia: 2025 año de celebración de la Libertad.

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