Con motivo de la celebración de la
entrega de los Premios “Empresario extremeño del año” organizados por El
Periódico Extremadura, me han venido a la memoria una serie de reflexiones
sobre el papel de los agentes sociales en el desarrollo de nuestra Comunidad.
En primer lugar, me ha llamado
agradablemente la atención, que la mayoría de los premiados hayan hecho
referencias en sus discursos al reconocimiento que les hacen a sus familias,
los clientes y los trabajadores.
Es muy significativo el papel en su
trabajo de cada uno de estos tres elementos. Por eso cobra relevancia que se
haga saber en público.
Es de todos sabido que con unas mejores
condiciones de vida todo el mundo sale ganando. El incremento de las rentas
lleva consigo un incremento de las ventas y, por supuesto, una menor
conflictividad social. Es lo que podríamos dar en denominar el capitalismo
social.
Por otra parte, fueron muy entretenidas
las tertulias posteriores al acto de entrega de los Premios. Se mezclaron los
tres poderes: el económico el político y la prensa, sacándose unas conclusiones
en medio de un clima que habría que fomentar en más ocasiones.
Tuvimos, del mismo modo, nuevos
protagonistas, como el alcalde de Cáceres, que apeló determinadamente al
ofrecimiento para acompañar en el crecimiento de la ciudad.
El Presidente de la Junta, entonces en
funciones, nos interpeló sobre el papel de la Cultura en la ciudad, las
oportunidades que da el turismo o, lo más importante a mi juicio, la colaboración entre las distintas
Administraciones: Ayuntamiento, Diputación y Junta de Extremadura.
También hubo tiempo para el saber estar,
el contemporaneizar: así las sonrisas que nos arrancó continuamente la
presentadora se pudieron conjugar con la solidaridad de los asistentes con la tragedia de los refugiados.
En definitiva, muchas imágenes que
reflejaron un Cáceres en color.
Debe quedar claro que en la Historia la
felicidad ha ido unida siempre al cumplimiento de las expectativas. Que así
sea.
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