Tengo buenos amigos que todos los días
dedican una parte de su tiempo a andar. Han comprobado los beneficios de
realizar esta actividad y les llena de satisfacción. Pero hoy, al hilo del
camino, quisiera referirme al poeta que simboliza, por un lado la España
democrática que fue vencida, por la fuerza de las armas y no de las urnas, hace
80 años y, por otro, a la deuda que tenemos todos los españoles con nuestros
compatriotas exiliados.
En efecto, se trata de personalizar en
Antonio Machado a todos aquellos que tuvieron que huir en contra de su voluntad
de su tierra. Él lo tenía claro “ se hace camino al andar”. Pero, al igual que
los amigos de los que hablaba al comienzo de mi artículo, y parafraseando al
Presidente de Portugal, Antonio Costa, es mucho más importante si sabemos a
dónde queremos ir.
De eso se trata, de realizar una travesía
teniendo presente un horizonte. Eso fue lo que llevaron consigo los españoles
exiliados: la imagen de su Patria. La idea de una España en convivencia que
dejaban atrás, sepultada bajo la losa de una terrible Dictadura, que, pese al
final de la contienda, seguía matando.
Otra gesta que vamos a conmemorar
próximamente es el 500 aniversario de la llegada de Hernán Cortés a México. Qué
duda cabe que fue un episodio histórico de enorme magnitud y que, lejos de las
luces del presentismo, los historiadores tenemos la obligación de poner en
valor. Pero no lo es menos, varios siglos después, recordar a nuestros hermanos
mexicanos que tuvieron la gloria de acogernos en 1939. Sí, ese fue otro
encuentro entre dos mundos: la oferta de un lugar para vivir a los españoles
humillados por Franco ( al que la Historia también está poniendo en su sitio).
Caminos hacia Francia y hacia América Latina fundamentalmente, pero
también hacia otros lugares de Europa o el Norte de África. Caminantes que
andaban, pero que sin echar la vista atrás, sabían dónde querían ir y sobre
todo a lo que no querían volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario