martes, 11 de octubre de 2016

CORRER


La semana pasada, con ocasión de asistir al éxito de la presentación de un libro sobre iniciación al “running”, de un excelente amigo, me surgieron una serie de reflexiones que quisiera compartir.
No podemos caer en el absurdo de plantear este asunto como una moda, como una superación social al encontrarnos nuestras calles inundadas por gente que corre, que hace deporte, que camina, que se esfuerza a diario… Tampoco valen las disputas de los puristas por la terminología: runner, atleta, corredor popular…
Todo ello hace que, casi siempre nos evadamos de lo principal: no se trata de iniciarnos en la actividad física regular. Se trata de consolidar el hábito. No se trata de principiantes. Se trata de buscar la fidelización.
Se huye de mantenerse en la carrera, en la mayoría de las ocasiones, al asociar la frustración que se origina cuando se plantean objetivos a cumplir excesivamente pronto. Cuando no se prioriza la salud o la convivencia con los compañeros. Cuando no se comparte y se hipertrofia lo que presuntamente se realiza.
Por eso considero que una actividad que cada vez mueve a un mayor número de gente. Que cada día se reinventa. Que cada vez nos pone delante de los ojos nuevos retos, necesita hablar claro y tenerle el respeto que se merece.
De esto han aprendido algunas empresas que están facilitando la realización de ejercicio en horario de trabajo al comprobar, desde el punto de vista económico, que le salen mucho más rentables tener empleados sanos. De esto tienen que aprender aquellos que se calzan por primera vez ( o tras mucho tiempo de inactividad) unas zapatillas: hay que controlar nuestro estado físico: y qué mejor que una prueba de esfuerzo o un reconocimiento médico.
Si se quiere abundar más, se buscará ayuda de profesionales o amigos que te asesoren. Se perseguirá dormir, comer de forma adecuada a lo que queremos conseguir. Pero sobre todo, se buscará estar mejor contigo mismo ( correr es un método fenomenal para pensar y poner claras tus ideas) y con la gente que te rodea. Compartir puede convertirse en una palabra talismán.


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