PRESUPUESTOS
Habitualmente me gusta hablar, comentar o simplemente dar mi opinión
sobre temas que, bien domino, bien tengo información que puede
comprender adecuadamente. En esta ocasión quisiera lanzar algunos
mensajes acerca de una cuestión con la que hemos comenzado a
desplegar “globos sonda” desde hace unos días.
Se trata del debate de los presupuestos, la principal ley de cada
anualidad en todos los Parlamentos ya que es la que determina la
plasmación práctica de las políticas que defienden los políticos
en sus discursos.
Empezaremos con los nacionales, para ir en cascada hacia los
regionales, provinciales y locales.
Llama la atención que el primer titular, con el que la derecha
extremeña ha pretendido iniciar la defensa de los presupuestos del
Gobierno de Rajoy, ha sido que son serios y responsables porque
reflejan su preocupación por el empleo, el crecimiento y la cohesión
social.
Despejemos a bote pronto cada uno de los apelativos y nos daremos
cuenta que poca o ninguna inquietud pueden tener por estos
razonamientos cuando, por ejemplo, nos encontramos con una enésima
congelación del sueldo de los funcionarios públicos que viene
acompañada con una escasísima, cuando no inexistente en algunos
sectores, oferta de empleo público.
Evidentemente esto va relacionado con el crecimiento, dado que,
quiero pensar que en alguna clase de Económicas enseñarán a que si
no existe liquidez no puede haber consumo. Es decir que si un sector
importante de la sociedad, como son los funcionarios públicos ven,
de nuevo, mermados sus ingresos mientras asisten a un inusitado
aumento de precios o de la carestía de la vida, la conclusión es
obvia: estancamiento y/o decrecimiento. Salvo eso sí, como nos
vienen diciendo, las cifras macroeconómicas indican lo contrario.
Sin embargo, en la calle yo no lo percibo así. Cada día prolifera
la tristeza, la desesperación, la sombra y se atisba la luz cuando
alguien habla de un cambio en el Gobierno.
Algo de razón tendrán los cada vez más numerosos colectivos
sociales que se lanzan a la calle a reivindicar derechos de los que
se ven desposeídos. Esto es otra prueba de lejanía de la cohesión
social que se anhela alcanzar. Por no insistir en el desprecio hacia
los interlocutores sociales.
Parece que sólo aciertan cuando dan marcha atrás a iniciativas en
las que no cuentan con el respaldo de la mayoría. Parece que, de
nuevo, nos verán manifestándonos pues los recortes no se acaban de
acabar (insisto en la redundancia). Parece que no acaba de ver la
derecha regional que lo malo que se planifica en Madrid va a
perjudicar, aún más que en sitios favorecidos por el desarrollo
histórico, a Extremadura.
Presupongan y verán cómo es necesario otra forma de ver y hacer las
cosas.
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