sábado, 8 de diciembre de 2012

TEORíA Y/O ACCIÓN

TEORÍA Y/O ACCIÓN A lo largo de la Historia hemos podido constatar la influencia de los intelectuales en la práctica política. Es costumbre que la ascendencia de determinados personajes tenga repercusiones concretas en la línea de actuación de los Partidos y en la conducta de las masas. Sin embargo, no está de más contrastar que el pensamiento por sí sólo pierde su capacidad resolutiva sino está indisolublemente unido a la acción. Es habitual, en nuestros días comprobar cómo la teoría inunda nuestros espacios mediáticos. Vemos a individuos pontificando sobre cualquier tipo de problema, sea cual sea su naturaleza. Todos insisten en que hay que reflexionar. Muchos requieren que hay que buscar la implicación, la participación. Que todo debe cambiar si aspiramos a mejorar. Pero a la hora de la verdad, pocos de los que ejecutan tales premoniciones deciden, con su iniciativa, poner en práctica lo que predican. Quizás, como insinuaba hace unos días Felipe González sea el momento no del debate por sí mismo, sino de la aportación de ideas ( “ el que tenga una idea que la ponga encima de la mesa”). La introspección queda muy bien para los conciábulos. Se pasan buenos ratos viajando por las nubes. La cruda realidad es otra cosa. Requiere compromiso. Requiere tiempo. Requiere generosidad y comprensión hacia aquellos que, con todas sus limitaciones, deciden ponerse manos a la obra. Por estas razones, no me agrada que, amparándonos en la libertad a expresar los impulsos de cada uno, a mostrar la rabia hacia lo que no nos gusta o simplemente a trasladar nuestros mensajes como prioritarios, nos perdamos en el desprecio de lo que el resto de tus presuntos compañeros de viaje puedan intentar hacer. Recuperemos el poder de la unión entre la teoría y/o la acción. No reduzcamos las posibilidades de las ideas en el papel. Hagamos algo más: pongámoslas en marcha. Recuerdo a un añorado profesor que me hablaba de un “filósofo de pueblo” al que le apodaban el “ y si” porque siempre que se le requería su opinión para buscar soluciones a cualquier demanda, contestaba “ y si hiciéramos esto” “ y si hiciéramos lo otro”, pero jamás quiso emprender nada. Sus propuestas se quedaban siempre en el condicional. Fernando Ayala Vicente Secretario Para la Historia Socialista de la Ejecutiva Provincial del PSOE de Cáceres

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