martes, 19 de enero de 2010

Identidad

IDENTIDAD
Ahora que tenemos todavía presente en la memoria el debate suscitado en torno al déficit de derechos democráticos ocasionados por las polémicas suscitadas alrededor de los Ayuntamientos de Vic y de Torrejón de Ardoz, es bueno que reflexionemos sobre la identidad.
Como historiador me gusta reflejar en mis comentarios el resultado de lo que hemos ido sumando a lo largo del tiempo. En el caso que nos ocupa parece claro que somos el producto de una mezcla. De una interrelación. De una comunicación permanente. Nadie puede vivir aislado durante muchos años sin tener que recurrir al contacto con lo que le rodea. Ya sea cerca. O lejos.
Las políticas de multiculturalidad o interculturalidad, dependiendo del país donde nos encontremos o del enfoque que prefiramos darle, son aprehendidas más facilmente en la escuela que en la vida real. O bien pueden entenderse como el paso previo para ponerlas en práctica en la cotidianeidad.
Está claro que un ejercicio de realismo que facilite la integración, la convivencia, la simbiosis, la permanencia de las peculiaridades o el enriquecimiento de la diversidad, se da de manera evidente cada día en nuestras aulas.
Somos los mayores los que habitualmente adulteramos este intento de experimento social al sacarlo de la burbuja educativa. Desde nuestras calles, nuestros hogares, nuestras cerradas mentes, trasladamos el miedo al “otro” silenciado en las etapas infantiles.
Por eso es preciso que nos volquemos en alejarnos de la retórica de lo que algunos denominan el buenismo, para demostrar, en la práctica, que es posible la vida sin exclusiones. Solamente tendremos que depositar las esperanzas en que con el paso del tiempo el ADN, las señas de identidad de personas y pueblos, estará cada vez más contaminado, en el mejor sentido del concepto.
Sean, pues bienvenidos los cambios. Acérquense las distancias. Que sean eliminadas las barreras. Hemos superado las fronteras físicas a la hora de trazar itinerarios políticos. Hablamos cada vez más de transnacionalidades. Hasta la ayuda humanitaria pide a gritos coordinaciones colectivas y que huyamos de los individualismos. Que cada uno aporte lo que pueda. Seremos más grandes.


Fernando Ayala Vicente
Doctor en Historia

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