Esta
semana hemos debatido en la Asamblea de Extremadura sobre los deberes escolares
en las primeras etapas de formación, es decir, en Primaria. La postura del
grupo parlamentario PSOE-SIEX ha sido la de involucrar a toda la Comunidad
Educativa en su pronunciamiento a través de los representantes que tienen en el
Consejo Escolar de Extremadura: padres y madres, alumnado, administración, grupos
políticos, sindicatos…
Hemos
querido constatar la disparidad de opiniones, el listado de elementos
presuntamente positivos y negativos, la necesidad de buscar equilibrios entre
el esfuerzo y la felicidad de los que están comenzando a aprender.
Hemos
recordado a aquellos padres que se quejan porque sus hijos nunca traen tarea a
casa. También a aquellos que no son capaces de comprender ( incluso asumiendo
parte de la responsabilidad) el hecho de que unos niños salgan de su casa a las
8 de la mañana y hasta bien avanzada la noche no paren ( entre clases,
actividades extraescolares y deberes).
Hemos
analizado el problema que se ocasiona cuando los progenitores en lugar de
supervisar se tienen que dedicar a realizar los trabajos encomendados: bien por
el pánico a que sus hijos los lleven al día siguiente mal hechos, bien por el
temor a que ni siquiera los hagan.
En
definitiva, hemos estado hablando durante una jornada de lo importante: del
futuro, de las generaciones jóvenes, de la Enseñanza, de la madurez y de la
inocencia. De la vida.
Sin
gritos, sin acusaciones, con sosiego y claridad. Evitando tirar balones fuera,
salvo cuando la derecha volvía a incidir, para cambiar de tema, que les
preocupaban más otras cosas.
Creo
que siempre necesitaremos un tiempo para hablar de educación. No queremos ser
como aquellos malos estudiantes, que de manera inmediata eligen otros caminos
más fáciles para, con el paso del tiempo, arrepentirse del error que
cometieron.
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