Soy de los que piensan que si no vas a
aportar nada nuevo, lo mejor es el silencio. Viene esto a colación de la
situación que algunos tratan de etiquetar bajo el concepto de “bloqueo
institucional”. No somos capaces de formar Gobierno en España. Sin embargo, nos
hemos dotado de unas normas para llevar a cabo todo el proceso. Si éstas, al
igual que cualquier Ley, se constataran que son mejorables, cabría pensar que
para evitar situaciones como las
actuales, la primera tarea consistiría en modificarlas, actualizarlas,
convertirlas en herramientas útiles para la ciudadanía. En caso contrario, nos
seguirá pareciendo bien que, ante nuevas situaciones en el espectro político,
como las que estamos viviendo, se siga funcionando bajo el mismo paraguas
legislativo.
Por otra parte, por mucho que nos
esforcemos, no podemos sustraernos al hecho de que se ha querido, posiblemente,
como una estrategia política de sus adversarios, convertir al PSOE en el centro
de la cuestión. En el elemento determinante de la solución e incluso, en el
colmo de la desfachatez, cuando te descuidas te insultan diciendo que “los
socialistas son el problema”.
Llegados a este punto, convendría
recordar que el PSOE es un Partido que se rige por una serie de normas de
funcionamiento a la hora de tomar decisiones. En este caso la responsabilidad
recae en el Secretario General, en la Ejecutiva y en el Comité Federal. El
resto, únicamente podemos opinar, con el fin de generar un ambiente que ayude,
si cabe, a nuestros órganos a tomar las decisiones más correctas. Por eso, no
parece procedente, ni que se vete al que piense de manera diferente, ni que se
le trate de silenciar o incluso se le acuse de deslealtad.
Si algo caracteriza a los socialistas a
lo largo de nuestra Historia es que nunca hemos tenido una opinión unánime.
Somos, como la sociedad que nos rodea, diversos. Eso sí, tenemos que ser
respetuosos con las decisiones que tome la mayoría o los responsables
ejecutivos de la Dirección del Partido.
A
algunos nos puede parecer la opción más correcta explorar posibles gobiernos de
izquierdas, a otros irnos a la oposición, bien a través de una abstención o
porque la derecha consiga unirse. También quedaría el intento de buscar la
aquiescencia de Ciudadanos a un apoyo de Podemos…
En fin, posibilidades hay. No parece de
recibo que se extienda el comentario de que tenemos (todos) que reflexionar,
pensar, que esto es insostenible, etc. para luego pararnos a esperar y que pase
el tiempo. Esa, sí que no es la opción.
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