El sábado pasado nos reunimos en Almoharín un
elevado número de militantes socialistas, a los que se unieron simpatizantes,
representantes de Asociaciones de Memoria, profesores de la Universidad y en
general gente interesada por la Historia. En nuestro caso por la Historia del
socialismo.
Fue una densa jornada donde tuvimos largo
tiempo para hablar sobre el devenir del PSOE. El más remoto, el de nuestros
orígenes, pero también el más reciente, con las experiencias de compañeros,
como Victorino Mayoral Cortés quien nos deleitó con su amplísima trayectoria
política y sobre todo nos ilustró con sus trascendentes aportaciones, en
especial, al mundo de la Educación. Toda una revolución en la década de los 80
y 90.
Es cierto, tal y como comentaba Guillermo
Fernández Vara, lo hicimos y había un motivo: somos el único Partido que puede
celebrar unas Jornadas para debatir sobre su Historia. Por eso estamos muy
orgullosos de nuestros 137 años. Por eso nos interesa resaltar lo que
realizamos, para continuar en la senda de nuestros principios y para reconocer y corregir nuestros errores.
Pero era también el momento de la gente. Se
escuchó la voz de las Asociaciones ante la inminente Ley de Memoria Democrática
de Extremadura con un referente, magistralmente expuesto por Miguel Ángel
Melero, en Andalucía, o las recomendaciones del abogado madrileño Eduardo Ranz
sobre la simbología franquista, seguidas con gran atención por muchos afectados
en sus localidades.
También volvieron a sonar desgarradores los
testimonios orales. Tanto los presenciales, los vividos en primera persona,
como los de las investigadoras de Montánchez que expusieron parte de su trabajo
de recogida de muestras de nuestra pasada herencia.
Ese bullir de gente que llenó el salón de actos del Centro Cívico (que
metáfora, fue el antiguo cine del pueblo) hizo posible que los versos cantados
de Fede Muñoz pusieran un genial colofón a este magnífico día de convivencia.
Pero lo que quedó en el ambiente, como me
transmitieron muchos de los asistentes, fueron las contundentes palabras de
Juan Carlos Rodríguez Ibarra, quien a modo de recordatorio, nos explicó lo
importante que es tener en un coche un amplio parabrisas, para poder mirar
claramente hacia adelante. Pero es quizás igualmente necesario contar con un
retrovisor. Para tener presente lo que dejamos detrás.
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