En Educación ha surgido en multitud de ocasiones el debate sobre si determinadas materias, deben tener un tratamiento único o son contenidos que tienen que ser tratados de manera transversal en varias de ellas.
Sobre todo cuando incluyen temas que tienen un fuerte contenido ético, incluso componentes morales y que algunos querrían ver un carácter ideológico o de adoctrinamiento. En este sentido, me viene ahora a la memoria el debate sobre la asignatura “Educación para la ciudadanía.
Así pues, la Constitución, la Igualdad, las normas cívicas de comportamiento ( como el tráfico en pueblos y ciudades, la fiscalidad…), o bien otras cuestiones como la tolerancia, la interculturalidad, la participación pública como ciudadanos… eran objetos de su atención.
Y pongo como ejemplo el hecho de que se atacara la impartición de esta materia ( antes de conocer sus contenidos, ya que posteriormente, tanto alumnos como padres, fueron conscientes de su importancia) para sacar a colación el tratamiento de un aspecto que últimamente está continuamente de actualidad: la Memoria Democrática.
Y aquí, sucede algo parecido, muchos parecen tergiversar intencionadamente, a modo de golpes de pelota sobre una pared, los objetivos que se trabajan en ella. Incluso en el descaro de la ignorancia, tratan de hacer extensiva la idea que la Memoria Democrática solo aborda una parte de nuestra historia más reciente: la represión en la guerra civil y en la Dictadura.
En un amago de descalificación insinúan que no abordamos, por ejemplo a las víctimas del terrorismo. Desconocen, evidentemente que no siguen ( o no quieren seguir) las actuaciones que en este sentido se están implementando. Por cierto, la última en la Sala Malinche, organizada por la Diputación de Cáceres y con un enorme éxito de participación de cerca de 300 estudiantes universitarios y de centros de Secundaria y Bachillerato. Estos jóvenes, libremente pudieron preguntar e interactuar con un guardia civil, víctima de ETA, que narró sus experiencias, así como con dos responsables públicos del País Vasco y Navarra.
Para que quede claro, la Memoria Democrática aborda todas las actuaciones tendentes a poner en valor el duro camino en la lucha por la conquista de las libertades y de la Democracia. Nos centramos, fundamentalmente desde 1808 con la aprobación de la Constitución de Cádiz hasta la actualidad.
Introduzcan pues, ustedes, todos aquellos temas que crean afectan a esta declaración: desde el estudio constitucional, el pluralismo político, la importancia de las mujeres en la vida pública, la destrucción de la Democracia con guerras, asesinatos, golpes de Estado…, la reconstrucción de la misma con la Transición…
Es, por consiguiente, como una lluvia fina que no moja pero cala. Es, por tanto, la transversalidad que debería tocar a muchos ámbitos de nuestra vida.
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