En relación con la Memoria Democrática el PP de Extremadura ha optado por la molicie. Un exceso de comodidad o de huida a la hora de afrontar las inquietudes de miles de paisanos por el mero hecho ( fallido) de conseguir el beneplácito de la extrema derecha.
Menos mal que alguien sensato, es decir el Gobierno de España, ha decidido, tras una pormenorizada lectura de los puntos que comprende la ley de Concordia, solicitar un recurso de inconstitucionalidad, pues ve suficientes fundamentos para que sea atendido.
Ahora el PSOE regional debe, no sólo incluir en su programa electoral la aprobación de una nueva ley de Memoria Democrática, sino comprometerse fehacientemente a que la va a llevar a cabo y a intensificar su desarrollo. Y eso sólo se puede hacer con recursos públicos ( como por otra parte están haciendo las Diputaciones y sus numerosas iniciativa tendentes a poner en valor la importancia de la Democracia)
No es menos cierto que el propio PP actuó con coherencia al principio al derogar la ley de Memoria Histórica y Democrática de Extremadura. El diputado Laureano León ya avanzó sus intenciones para la siguiente legislatura en el debate en el que se aprobó esta norma en el año 2019.
Sin embargo, no es menos cierto que, visto lo visto, no ha salido tal como ellos pretendían. Han tenido que ceder en puntos tan sustanciales, que en privado comentan que no se parece en nada a su idea inicial.
Por otra parte, el diputado de VOX, Fernández de la Calle, les ha recordado al PP que pactaron ambas fuerzas políticas, “palabra por palabra...coma y punto por punto”. Seguimos con las contradicciones.
Y sobre todo, que, como hemos podido comprobar el pasado lunes, el resultado de sus gestiones no ha dado su fruto: no pueden mantenerse en el Gobierno ya que sus socios naturales (VOX) les han dado la espalda.
Siguen equivocándose al dirigirse a las víctimas. Tanto el PP como algún dirigente de otro partido, se empeñan en mantener el discurso de que buscan su dignidad. El Presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, lo ha repetido varias veces: las víctimas jamás perdieron su dignidad. Los que necesitan una cura de salud en este sentido son sus verdugos. Aquellos que actuaron miserablemente y con cobardía, asesinando y torturando a muchísima gente inocente y más decente que ellos.
Volviendo a las derechas regionales, tienen razón: la ley de Concordia no es ( afortunadamente) una nueva versión de la ley de Memoria Histórica y Democrática. Es otra cosa. Y por ello tendrán que rendir cuentas.
Volveremos.
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