Parece
evidente, y no hace falta ser historiador para ello, que estamos ante una
ocasión que hacía muchos años no vivía la democracia española. Unas elecciones
generales en las que, no sólo se rompe el bipartidismo, sino que el escenario
de juego cuenta con 4 elementos trascendentes, cada uno por sí mismo.
A
nadie se le puede engañar con el señuelo de las mayorías absolutas que ya no
van a existir. Sin embargo, eso no significa que partidos, como el PSOE, que
nacieron desde un primer momento con vocación de gobernar, con la intención de
ser impulsores de los grandes cambios y transformaciones de España, salga a
esta contienda pretendiendo ser el referente del futuro gobierno.
Está
claro que habrá que dialogar, entenderse, pactar… llamémosle “x” como diría Sabina, entre otros. Ahora bien
todo sincronizado: primero los principios, luego el programa y por último los sillones ( algunos actores
han pretendido recientemente cambiar el orden).
Cierto
es que hemos llamado en muchas ocasiones al denominado voto útil, sobre todo en
las elecciones nacionales y en circunscripciones pequeñas. Entonces
argumentábamos que era complicado que fuerzas de menor entidad lograran sacar
el número suficiente de sufragios para llegar a obtener un solo diputado. Y por
lo tanto, era poco más o menos que desperdiciar la oportunidad de elegir tus
representantes.¡ La dichosa ley electoral, se decía!. Ahora, sin duda tiene
mayor sentido esa apelación al voto útil. Sólo que esta vez los adversarios no
son ( que también) sólo los partidos que presentan alternativas a las tuyas,
sino la abstención. Los socialistas hemos tenido, afortunadamente, siempre
votantes muy críticos. Pensaban claro lo que hacían. Combatían hasta la
extenuación nuestros errores. Sonrojaban a sus líderes cuando se desviaban de
su línea ideológica. Y expresaban el hartazgo quedándose en casa. En estos
momentos una abstención elevada bajaría el número de votos para obtener escaño,
lo que facilitaría las cosas a los que quieren ocupar el espacio.
¿Cómo
combatirlo? Argumentando lo que somos. Diciendo lo que estamos haciendo donde gobernamos. Exponiendo
claramente que hemos profundizado en la recuperación de derechos perdidos en
estos 4 años. Sabemos hacerlo. Tenemos equipo, experiencia, ganas e ilusión.
Somos el partido del cambio. Somos la gente del Si. Somos, el PSOE.
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