Estamos
asistiendo en las últimas semanas a una serie de acontecimientos que, bien
podríamos englobarlos, bajo la denominación de restitución de derechos
perdidos. En el caso que hoy nos ocupa hablaremos de los Puntos de Atención
Continuada (los PAC).
Quiero
singularizarlo no únicamente en el acto protocolario, institucional, de volver
a abrir las urgencias en nuestros pueblos. Saludar a los facultativos, ventear
las puertas, recolocar el instrumental. En definitiva, volver a la normalidad.
Decía, que me apetecía analizar la importancia que ha tenido el movimiento
ciudadano en la lucha por sus reaperturas.
Un
caso paradigmático ha sido el de la Plataforma de Madroñera. Gracias a su
esfuerzo. A su constancia. A su ingenio y empeño. A la originalidad con la que
defendían sus planteamientos… Han sido capaces de ver con generalizado gozo la
utilidad de sus movilizaciones.
Por
eso cobraban sentido las palabras de Vergeles, el consejero de Sanidad y
Políticas Sociales cuando hacía referencia en la fiesta, sí la jornada de
fiesta, que se organizó, para celebrar que ya estaba, de nuevo, el PAC
funcionando: gratitud y reconocimiento a los vecinos.
A
mí me gustó una barbaridad comprobar in situ la alegría de la gente. Las
muestras de satisfacción alejadas de los discursos grandilocuentes. Los
comentarios. Los sentidos recuerdos hacia aquellos que han sufrido las consecuencias
de este terrible y enormemente largo cierre.
Son
ejemplos contrastados de la utilidad social de estos servicios. Lejos queda la
impronta con la que se pretendía barnizar la oscura decisión: la manida
rentabilidad económica. Aquí, hay algo inconmensurable. Algo que no se puede
valorar si no traspasas los sentimientos: el padre, la hija enferma, la
soledad….
Así,
dentro de un acto lúdico, con todavía muestras de una fina ironía
reivindicativa, con la emoción por la
memoria de los fallecidos en la lucha. Dejando atrás la prepotencia con la que
fueron tratados, cuando no el desprecio. Mirando hacia delante, pese a la
desconfianza de los más escépticos. Así es como se celebró la última reunión de
esta Plataforma. Con las palabras del pregonero “dando permiso para enfermar”.
Con las declaraciones de Isabel Moza, la portavoz: “No todos los políticos son
iguales”.
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