miércoles, 28 de abril de 2010

CONOCEMOS LA HISTORIA

¿CONOCEMOS LA HISTORIA?
Durante las últimas semanas venimos asistiendo a un conglomerado de opiniones fuertemente constratadas acerca de cuestiones relacionadas con la denominada Memoria Histórica y para ser más concretos en torno al juicio paralelo, de pasillo o de medios de comunicación que se está realizando al Juez Garzón.
Al margen de lo que cada uno de los lectores pueda pensar al respecto, el objeto de esta columna va dirigida a la reflexión sobre el grado de conocimiento de la Historia que tienen las generaciones más jóvenes.
Viene todo esto a cuento a raíz de un programa de humor donde pude asistir estupefacto a las respuestas de un conjunto de chicos y chicas que ya habían pasado la más tierna adolescencia y que rayaban los albores del principio de una juventud más consolidada ( vamos que no eran unos niños) a los que la entrevistadora mostraba unas imágenes de Pol Pot, Pinochet y Franco y les pedía que identificaran a este último, así como se les hacían una serie de preguntas sobre su actividad.. Primero venían las dudas y más adelante, los despropósitos. Muchos no acertaban a precisar quién era, otros no sabían prácticamente nada del personaje, había quienes afirmaban incluso que había ganado varios procesos electorales….
Así, cuando valoramos desde la perspectiva de lo que aprendimos no nos percatamos que existen enormes lagunas en las preocupaciones o prioridades de los chavales. Si para determinados grupos de edad parece imprescindible saber que pasó durante la Dictadura franquista, para otros, no sólo lo arrinconan en el desván de los tiempos, que podía ser una opción, sino que lo más lamentable es que ni siquiera tienen una idea aproximada de lo que representó.
Piensan como si siempre se hubiera vivido como ahora. Creen que son historias tan antiguas como si les hablaras de Grecia, Egipto o los Reyes Católicos. No son conscientes que buena parte de lo que son se lo deben a los procesos políticos y a su desenvolvimiento de los últimos 30 ó 40 años.
Ya en mi época universitaria comenzábamos a hablar de la Historia del tiempo presente como una diferencia de lo que entonces llamábamos Historia Contemporánea. No estaría mal tampoco que cuando algunos oigan escuchar el concepto de Memoria Histórica empiecen a asociarlo con el de Memoria Democrática. Eso sí, partiendo de la base de que han de diferenciar de manera fehaciente los conceptos de Dictadura y Democracia. No da lo mismo.

Publicado en Escuela. Mayo. 2010

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