lunes, 27 de octubre de 2014

PRIMARIAS


PRIMARIAS
El pasado domingo, miles de militantes socialistas tuvieron la oportunidad de elegir al que será el cabeza de lista de las próximas elecciones municipales y en algunos casos, autonómicas.
Por la experiencia que viví en Cáceres pude constatar como el cursi comentario “la fiesta de la democracia” era un hecho tan real que me atrevo a repetirlo. Y es cierto, medio en broma, medio en serio, se sucedían las iniciativas en torno a la Casa del Pueblo en el sentido de la necesidad de repetir con más frecuencia este tipo de convocatorias.
La razón es que ha permitido a la militancia movilizarse como nunca antes lo había hecho. Nos ha devuelto esa sensación de estar vivos. De querer participar. De que se nos tenga en cuenta. De huir, en muchas ocasiones de las etiquetas de “familias” o de campañas orquestadas de antemano pues, una y otra vez, la gente se acercaba a justificar la intención de su voto, a reivindicar la petición de intimidad, a mostrarse cansino con las presiones. Algo debe estar cambiando.
Sin embargo, muchas de estas claves se escapan fuera de la liturgia del Partido. Resulta curioso, rayando en lo ridículo, escuchar en un medio audiovisual a un tertuliano hacer un análisis de quien apoyaba a un candidato o a otro en función de lo que consideraba afín o lejano a “aparatos” de todas clases: locales, provinciales, regionales... Pronto harán subdivisiones por aficiones, barrios, federaciones sindicales, clubes deportivos, generaciones o trienios de militancia.
Lo cierto es que nos ha permitido poner cara a una multitud de compañeros que bien no conocemos o bien no se dejan ver en los actos que se convocan. También intercambiar opiniones con otros muchos con los que te cuesta coincidir o con aquellos que se mostraban retraídos. Y en eso coincide la grandeza de esta elección: haber sido posibles de aglutinar una participación interna histórica. El reto es consolidar ahora su atracción por la política.
Los historiadores solemos hablar de ucronía cuando alguien plantea “que hubiera pasado si...”, por ejemplo: si hubiesen sido primarias abiertas a la ciudadanía, si hubiese una segunda vuelta con los dos candidatos más votados, si no se pidiesen avales, si se pudiera votar por correo... Especular ahora no tiene sentido. Las reglas del juego han sido iguales para todos. La ejemplaridad ha venido acompañada de la elegancia en el reconocimiento del resultado por todos los contendientes.
Ahora bien, visto el perfil de cada uno, lo que pueden representar, los entornos en los que se mueven, qué duda cabe en que al margen de la cabecera (que no olvidemos, insisto, es lo único que se ha elegido el domingo) el escenario ideal es la complementariedad entre lo que pueden aportar cada uno de ellos. Como se ha señalado en alguna ocasión: juntos somos invencibles.

martes, 21 de octubre de 2014

DIMISIONES Y/O CESES

http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/dimisiones-ceses_833333.html
Al  hilo de la tremenda crisis santiaria que estamos padeciendo por la penosa gestión de los contagios del ébola, surgen voces que piden dimisiones y/ o ceses. Parece de libro recordar que en muchas ocasiones basta con que lo pida la gente para que el que detenta el Poder aparentemente quiera dar lecciones de autoridad para negarse al cese, o bien el aludido refuerce su falta de responsabilidad, en la presunta vergüenza que le supone asumir que se ha equivocado, que no ha dado la talla o que, simplemente “esto no es lo suyo”.
Puede que sea la escasa costumbre en nuestra cultura democrática a hacer estas cosas, el hecho de no ver normal que se puedan cambiar los equipos para mejorar resultados o la generosidad del que sale solidarizándose con un proyecto que con sus errores está contribuyendo a hundir, lo que hace que no se produzcan.
Pero lo cierto es que tanto el que puede  hacerlo como el que es cuestionado, pierden credibilidad a pasos agigantados y no es cuestión de dejar que pase el tiempo. Ese es el problema. Eso contribuye a que, tanto en el gobierno como en la oposición, los miembros de parlamentos y ayuntamientos formen parte de listas electorales atrincherándose en multitud de ocasiones.
Parece lógico que todos tengan que dar cuentas de lo que hacen y que ello sirva para seguir formando parte de las propuestas de candidaturas de las distintas formaciones políticas. Es lo que se llama, en el mejor de los sentidos, meritocracia.
No tiene ninguna razón que se pretendan perpetuar en diferentes puestos diputados, concejales... a los que apenas nadie les conoce. O en el peor de los casos se les conozca por sus negligencias.
Del mismo modo que parece sensato que para ser aceptado tengas que contar con el visto bueno de los procedimientos que cada partido político tiene, lo es asimismo que se pueda presentar como aval el reconocimiento público de tus obras o de tu acción y aceptación pública. Y que si es posible se compare. Y se contraste.
Eso es, en realidad la regeneración. La apuesta por la continuidad de los que  hacen bien su trabajo y la llegada de los que pueden mejorarlo. En un sentido más general podemos hablar de dimisiones y ceses que afectan no sólo a cargos públicos, sino también, aunque no sea el término más adecuado, a los electos o a los que aspiren a serlo.
Pongamos un método. Sigamos el sonido de la calle. Escuchemos fuera de nuestros entornos más próximos y seguro que hallaremos muchas iniciativas personales dignas de ser atendidas. Es tiempo de ello.
Dimisiones y ceses ( El Periódico Extremadura - 18/10/2014 )

martes, 14 de octubre de 2014

LA GENTE NORMAL

LA GENTE NORMAL
Los socialistas estamos entusiasmados por la experiencia de poder consultar con nuestros militantes quiénes consideramos los candidatos más adecuados para encabezar las listas electorales a la Presidencia de las Comunidades Autónomas y a la alcaldía de algunas ciudades.
Qué duda cabe que a mí me hubiera gustado que esta consulta se hiciese extensiva al resto de la ciudadanía. Y lo digo por todo aquello que he podido detectar en los últimos 15 días como miembro del equipo de Fernando Solís.
Por todos los rincones donde nos hemos acercado hemos escuchado palabras de ánimo y de fuerza para continuar. En todas las Asociaciones de Vecinos con las que hemos contactado y convivido hemos recogido sugerencias y expresiones de gratitud por el ofrecimiento a trabajar juntos.
Desde los medios de comunicación y en las redes sociales nos ha inundado de palabras de muchos ciudadanos que trataban de identificarse con nosotros.
Y es aquí donde quería llegar. Asistimos a una época  donde a los partidos se les intenta  enfrentar, dispersar, atacar, vilipendiar.... con el objetivo de mimetizar en el comportamiento de unos pocos al conjunto. Estamos ante unas organizaciones donde por defecto se ha trasladado a la opinión pública que tienen más cosas que les separan que elementos que les agrupen: por ejemplo la presión de los lobbies, la influencia de las “ familias”, los enfrentamientos personales, las afinidades legítimas por la preferencia individual, muy lejana la mayoría de las ocasiones de la ideológica...
Sin embargo, con el equipo que rodea a Fernando Solís, con su entorno, con la presencia de todos aquellos que nos ayudan a mejorar el proyecto, he comprendido que estamos precisamente en lo que siempre se ha buscado: la gente corriente.
Los militantes de un Partido hemos decidido asumir un compromiso vinculado a unas siglas, a una Historia, a una ideología que nos hace volcarnos en la consecución de una primera finalidad impresa como en un frontispicio pero que hay que pasarla a hacerla real: mejorar las condiciones de vida de los que nos rodean. Pero, no es menos cierto que somos una minoría dentro del enjambre de una población, en nuestro caso Cáceres. Por eso necesitamos diluirnos con la gente. Hacer nuestros sus problemas, sus alegrías, sus preocupaciones. Y no podemos hacerlo si no nos ven como ellos. Somos gente de la calle, con la que puedes conversar, tomar un refresco, salir a hacer deporte o asitir a un acto social sin pretensión de distanciamiento.
Son nuevos tiempos, en efecto. Es la hora de la gente normal
La gente normal ( El Periódico Extremadura - 11/10/2014 )http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/gente-normal_832088.html

martes, 7 de octubre de 2014

PRESUPUESTOS


PRESUPUESTOS
Habitualmente me gusta hablar, comentar o simplemente dar mi opinión sobre temas que, bien domino, bien tengo información que puede comprender adecuadamente. En esta ocasión quisiera lanzar algunos mensajes acerca de una cuestión con la que hemos comenzado a desplegar “globos sonda” desde hace unos días.
Se trata del debate de los presupuestos, la principal ley de cada anualidad en todos los Parlamentos ya que es la que determina la plasmación práctica de las políticas que defienden los políticos en sus discursos.
Empezaremos con los nacionales, para ir en cascada hacia los regionales, provinciales y locales.
Llama la atención que el primer titular, con el que la derecha extremeña ha pretendido iniciar la defensa de los presupuestos del Gobierno de Rajoy, ha sido que son serios y responsables porque reflejan su preocupación por el empleo, el crecimiento y la cohesión social.
Despejemos a bote pronto cada uno de los apelativos y nos daremos cuenta que poca o ninguna inquietud pueden tener por estos razonamientos cuando, por ejemplo, nos encontramos con una enésima congelación del sueldo de los funcionarios públicos que viene acompañada con una escasísima, cuando no inexistente en algunos sectores, oferta de empleo público.
Evidentemente esto va relacionado con el crecimiento, dado que, quiero pensar que en alguna clase de Económicas enseñarán a que si no existe liquidez no puede haber consumo. Es decir que si un sector importante de la sociedad, como son los funcionarios públicos ven, de nuevo, mermados sus ingresos mientras asisten a un inusitado aumento de precios o de la carestía de la vida, la conclusión es obvia: estancamiento y/o decrecimiento. Salvo eso sí, como nos vienen diciendo, las cifras macroeconómicas indican lo contrario. Sin embargo, en la calle yo no lo percibo así. Cada día prolifera la tristeza, la desesperación, la sombra y se atisba la luz cuando alguien habla de un cambio en el Gobierno.
Algo de razón tendrán los cada vez más numerosos colectivos sociales que se lanzan a la calle a reivindicar derechos de los que se ven desposeídos. Esto es otra prueba de lejanía de la cohesión social que se anhela alcanzar. Por no insistir en el desprecio hacia los interlocutores sociales.
Parece que sólo aciertan cuando dan marcha atrás a iniciativas en las que no cuentan con el respaldo de la mayoría. Parece que, de nuevo, nos verán manifestándonos pues los recortes no se acaban de acabar (insisto en la redundancia). Parece que no acaba de ver la derecha regional que lo malo que se planifica en Madrid va a perjudicar, aún más que en sitios favorecidos por el desarrollo histórico, a Extremadura.
Presupongan y verán cómo es necesario otra forma de ver y hacer las cosas.